Definición de elemento
Del latín elementum, un elemento es un principio químico o físico que forma parte de la composición de un cuerpo. Para la filosofía antigua, existían cuatro elementos que suponían los principios fundamentales inmediatos para la constitución de los cuerpos: el aire, el agua, la tierra y el fuego.
La existencia de estos cuatro elementos esenciales fue postulada por parte de los griegos. Para los chinos, en cambio, los elementos eran cinco: el agua, la tierra, el fuego, la madera y el metal. Cabe mencionar que la filosofía tradicional china los entiende como tipos de energía en constante interacción.
El fuego era uno de los cuatro elementos esenciales que se consideraban en la Antigua Grecia.
Una parte de algo
En otros sentidos, se conoce como elemento a la parte integrante de algo, a las pieza que forman una estructura y a los componentes de una agrupación humana. Por ejemplo: “La CPU es el elemento central de una computadora”, “Mi equipo de trabajo está formado por cuatro elementos básicos: el martillo, el destornillador, los clavos y los tornillos”, “La policía ha detectado el accionar de elementos subversivos dentro de la universidad pública”.
Un elemento es, por otra parte, un individuo que es valorado positiva o negativamente para el desarrollo de una acción conjunta: “Gómez es uno de los elementos más importantes en nuestro juego de equipo”, “Este hombre es un mal elemento que siempre genera problemas en la oficina”.
Qué es un elemento químico
Un elemento químico suele ser definido como la sustancia que no puede ser descompuesta en otra más simple mediante una reacción química. El término hace referencia, por otra parte, a la clase de átomos que presenta el mismo número de protones en su núcleo.
Dentro del campo de la química, existe un modelo de organización de los elementos conocidos que se denomina tabla periódica; en ella constan más de 118, ordenados según su peso atómico. Con respecto al origen de cada elemento químico, algunos fueron hallados en la naturaleza, como partes de sustancias simples o de compuestos, mientras que otros fueron desarrollados de forma artificial con ayuda de un acelerador de partículas o de un reactor atómico, en cuyo caso poseen una inestabilidad tal que sólo pueden existir durante una pequeña fracción de segundo.
Un elemento químico es una sustancia que no puede descomponerse en otra más simple a través de una reacción química.
Metales vs. no metales
Si bien existen diferentes maneras de clasificar los elementos químicos, la distinción entre metales y no metales es la fundamental. Entre dichos grupos se advierten numerosas diferencias, tanto en sus propiedades químicas como en las físicas, y algunas de ellas se detallan a continuación.
Los metales:
* presentan un bajo potencial de ionización y su peso específico es alto;
* suelen tener entre uno y tres electrones en su último nivel de energía;
* salvo el mercurio, el galio, el cesio y el francio, son todos sólidos;
* tienen un aspecto muy brilloso;
* conducen muy bien el calor y la electricidad;
* son maleables y dúctiles;
* cuando pierden electrones, se oxidan;
* tan sólo un átomo forma su molécula, y cuando su estructura cristalina se une con el oxígeno genera óxidos, los cuales forman agua cuando reaccionan con el agua;
* los de tipo alcalino presentan más actividad;
Los no metales:
* suelen tender a ganar electrones;
* poseen un alto potencial de ionización y su peso específico es bajo;
* salvo excepciones, tienen entre cuatro y siete electrones en su último nivel de energía;
* existen en las tres fases físicas de agregación;
* su aspecto no es brilloso;
* su rendimiento en la conducción de la electricidad y el calor es muy pobre;
* no son maleables ni dúctiles;
* a través de la ganancia de electrones, se reducen;
* un mínimo de dos átomos forman sus moléculas;
* cuando se unen con el oxígeno generan anhídridos, los cuales producen oxiácidos a través de una reacción con agua;
* los más activos son el oxígeno y los halógenos;
* muchos de ellos presentan alotropía, una propiedad que permite a ciertos elementos tener diferentes estructuras químicas (el oxígeno, por ejemplo, puede presentarse como O2, oxígeno atmosférico, o como O3, ozono).