Definición de disolución

Disolución procede del latín dissolutĭo. El término hace mención a la acción y efecto de disolver (separar lo que estaba unido de algún modo, mezclar de forma homogénea las moléculas de una sustancia en el seno de un líquido).

La disolución o solución, por lo tanto, es la mezcla homogénea resultante tras disolver cualquier sustancia en un líquido. En una disolución, es posible distinguir entre el soluto (la sustancia que se disuelve en la mezcla y que suele aparecer en menor cantidad) y el disolvente o solvente (la sustancia donde se disuelve el soluto).

Se conoce como concentración de la disolución a la relación entre la cantidad de soluto y la cantidad de disolvente. A mayor proporción de soluto disuelto, mayor concentración, y viceversa.

Dentro del ámbito de la física y la química merece la pena destacar el hecho de que nos encontramos con una gran variedad de tipos de disoluciones. Así, por ejemplo, nos topamos con la que se da en llamar acuosa. Recibe este nombre porque en ella el disolvente es el agua.

De la misma forma, podríamos hablar de la conocida como disolución coloidal, que se desarrolla fundamentalmente dentro del campo químico. Se trata básicamente de un compuesto que es fruto de haber llevado a cabo la disolución de un coloide (sistema formado por dos o más fases) en lo que sería un fluido determinado.

Y tampoco hay que olvidarse de una de las disoluciones más frecuentes. Nos estamos refiriendo a la conocida como sólida, que es aquella que tiene lugar como consecuencia de haber conseguido una mezcla homogénea a partir de dos o más sustancias.

Asimismo, si el criterio que tenemos en cuenta para clasificar a las disoluciones es la calidad y cantidad de la concentración, tendríamos otras dos grandes clasificaciones: las empíricas y las valoradas.

Las primeras son aquellas en las que lo que se tiene en cuenta es la calidad tanto del disolvente como del soluto. De esta manera, dentro de ellas se encuentran las saturadas, las sobresaturadas, las concentradas, las insaturadas…

Las segundas, por su parte, son las que se oponen a las anteriores. Es decir, en ellas sí se tiene en cuenta la cantidad de soluto y de disolvente que existe. Esto da lugar a dos tipos: las disoluciones molares y las porcentuales.

Cabe destacar que una disolución no es lo mismo que una suspensión; en este último caso, se trata de una mezcla en la cual el soluto no está totalmente disuelto, sino que se lo puede encontrar dispersado en pequeñas partículas.

La sal disuelta en agua es un ejemplo de disolución, donde la sal actúa como soluto y el agua toma el rol de disolvente. La disolución de alcohol en agua es otro ejemplo.

La disolución, por otra parte, permite nombrar al rompimiento o relajación de los vínculos existentes entre varias personas: “El alcoholismo, como cualquiera otra adicción, puede causar la disolución de una familia”, “La injusticia y la inequidad pueden llevar al país a su disolución”, “La disolución de la sociedad es una amenaza latente ante estos niveles de violencia”.

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