Definición de autorrealización

Se llama autorrealización a alcanzar las metas personales haciendo uso de los recursos propios. La autorrealización se concreta cuando un individuo, gracias a sus capacidades y su esfuerzo, logra conseguir los objetivos que se había propuesto.

Puede decirse que la autorrealización implica el desarrollo pleno del potencial individual. El concepto se asocia a la motivación, que sirve como impulso para hallar aquello que cada sujeto busca de acuerdo a sus intereses y sus anhelos.

Para lograr la autorrealización, es imprescindible el autoconocimiento. La persona debe conocerse a sí misma para explotar su potencial y así llegar a convertirse en lo que verdaderamente es.

También se vincula la autorrealización a experimentar y sentir la existencia de manera íntegra. Esto hace que la vida se atraviese con felicidad y en armonía.

Cuando alguien se autorrealiza, llega a ser quien es. Esta cuestión tiene que ver con el interior, no con aquello que se aprende. Tampoco se relaciona la autorrealización con las apariencias ni con las pretensiones que no son coincidentes con la realidad interna de cada uno.

La autorrealización, en definitiva, requiere responder preguntas como “¿quién soy?” y “¿qué hay en mí?”. Esas respuestas guían el accionar que permite realizarse.

Este concepto se vincula también con la autoevaluación, un proceso que nos permite revisar nuestras acciones en torno a un objetivo dado para entender si lo hemos alcanzado, si hemos fallado en algo, si podríamos haber tomado mejores decisiones, etcétera. Es una parte fundamental del propósito de conocernos a nosotros mismos y una herramienta esencial para la autorrealización.

Apostar al desarrollo de lo que tenemos en el interior es la clave de la autorrealización y el camino para ser feliz, según los postulados de diversos psicólogos. El descubrimiento del Yo real es el primero paso y luego es necesario luchar para satisfacer esa voluntad, aprendiendo día a día para conseguir la mejor versión posible de uno mismo.

Como se menciona en un párrafo anterior, la autorrealización es una cuestión interna de cada individuo. Si bien la percepción de este estado puede verse afectada por diversas influencias externas, la realidad es una sola, única para cada persona: nadie más que nosotros sabe qué necesitamos para ser felices, qué esperamos de nosotros mismos, quiénes deseamos ser.

Dicho todo esto, uno de los mejores consejos para alcanzar la autorrealización es poner en práctica la disciplina: una vez que determinamos nuestro objetivo, no podemos flaquear en nuestro avance hacia él. Esto no es fácil, claro está, ya que en la vida hay muchos momentos de debilidad, problemas que nos generan ruido y nos impiden ver el camino con claridad. Pero no debemos dejar de movernos, por mucho que nos cueste a veces.

Los estímulos externos que amenazan con nuestra estabilidad emocional afectan negativamente aspectos de nuestra personalidad tales como nuestra autoestima. Por esta razón son tan peligrosos, porque si no sentimos seguridad en nosotros mismos no podremos avanzar con firmeza hacia nuestra meta. La reflexión y la meditación son dos recursos que podemos usar con frecuencia para limpiar nuestro sistema emocional, del mismo modo que depuramos nuestro organismo de toxinas para gozar de mejor salud y poder fortalecer nuestros músculos.

Escuchar a los demás cuando intentan darnos su opinión acerca de nuestras acciones es una actitud fundamental para la autorrealización. No podemos ser nuestros únicos jueces, ya que de ninguna manera podemos despojarnos de la subjetividad a la hora de mirarnos a nosotros mismos. Por difícil que pueda parecer, debemos buscar estas observaciones a menudo, en especial las que señalen nuestros defectos, para aprender a mejorar y construir sobre ellos nuevas estructuras, más fuertes. El miedo, en cualquier de sus formas, es el peor enemigo de la autorrealización.

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