Las virtudes son aquellas disposiciones que hacen que las personas obren a partir del bien, la justicia y la verdad. Por eso, conllevan a la rectitud de la voluntad y alejan a las personas de los vicios.
Para filósofos como Aristóteles y Platón, las virtudes determinan las buenas acciones, conductas y hábitos en las personas. Desde la concepción teologal, en cambio, las virtudes son los valores que permiten que el ser humano se acerque a Dios actuando desde el bien.
A continuación, te presentamos una lista de ejemplos de las virtudes más importantes del ser humano, y cómo estas se reflejan en nuestra vida diaria.
1. Justicia
La justicia es una virtud que pone en práctica el respeto hacia las personas y busca el bien común, porque procura que cada quien reciba lo que le corresponde o se merece. Además, se contrapone al egoísmo, la mentira y la maldad de ciertos actos. Quien es justo obra correctamente y respeta los derechos del otro en busca de una relación armoniosa. La justicia es considerada una virtud cardinal.
2. Prudencia
La prudencia consiste en reflexionar y distinguir lo bueno de lo malo, a fin de actuar o dar nuestra opinión de la manera más correcta y moderada en diferentes circunstancias. Por tanto, nos conduce a la felicidad. La persona prudente actúa tomando en cuenta las consecuencias de sus acciones. La prudencia es considerada una virtud cardinal.
3. Fortaleza
La fortaleza consiste en tener valor y la fuerza interna para superar las debilidades y el temor que, como individuos, tenemos y nos limitan a lograr metas o alcanzar sueños. Es considerada una virtud cardinal.
La fortaleza nos invita a hacer frente y luchar con valentía por aquellas cosas que queremos superar o alcanzar, pero actuando desde el bien y la conciencia. Si se cultiva la fortaleza seremos capaces de lograr cosas importantes para nuestro bienestar.
4. Templanza
La templanza tiene que ver con la moderación de los deseos que se tienen por los placeres. La persona que obra desde la templanza es capaz de dominar su voluntad, tentaciones y deseos desordenados por medio de la razón. Este control procura hacernos responsables de la manera en que actuamos y hacemos uso de los bienes que poseemos o queremos. La templanza forma parte de las virtudes cardinales.
5. Fe
Como virtud, la fe consiste en creer en Dios, en sus revelaciones y en la Iglesia, por eso forma parte de las virtudes teologales católicas. La fe nos permite creer en la palabra de Dios y obrar en nuestra vida cotidiana según sus enseñanzas, es decir, a partir de bien y de sus principios espirituales.
Las dudas que se nos pueden presentar sobre la fe, nos pueden ayudar a acercarnos a Dios y alejarnos de los falsos profetas.
6. Esperanza
La esperanza surge de la fe. Se trata de una virtud que nos permite esperar, con la certeza divina, aquello que deseamos de forma confiante y optimista. Por ejemplo, la persona que obra desde la esperanza confía en que sus buenas acciones le serán retribuidas a lo largo de la vida.
En el cristianismo, como virtud teologal, la esperanza se refiere al cumplimiento de las promesas de Cristo, de alcanzar el Reino de los cielos y la vida eterna.
7. Caridad
La caridad es una virtud que contiene en sí misma la fe y la esperanza. La caridad nos permite actuar a partir del amor, de manera desinteresada y haciendo siempre el bien. Por eso, los actos de caridad generan alegría, gozo y paz. La caridad se puede apreciar en aquel que ayuda y ama al prójimo como así mismo.
La caridad guarda relación con el amor que se siente por Dios por sobre todas las cosas, lo que conlleva a amar al prójimo como a nosotros mismos. Es considerada una virtud teologal.
8. Generosidad
La generosidad se refiere a saber compartir bienes materiales o dar alguna ayuda en general, de manera desinteresada, sin esperar nada a cambio. Esta virtud es bien vista en la sociedad, ya que se relaciona con la caridad y la bondad. Quien ofrece sus conocimientos a fin de ayudar a otro, está actuando de forma generosa.
9. Paciencia
La paciencia es la virtud que nos ayuda a sobrepasar aquellos momentos difíciles con fortaleza y sin perder la calma. La persona paciente sabe esperar porque es consciente de que hay cosas que no dependen directamente de nuestros actos, sino de elementos ajenos a nosotros.
10. Bondad
La bondad es la virtud que invita a las personas a actuar desde la amabilidad, la confianza y el bien, haciendo que se alejen de la maldad. Por ello, las personas bondadosas son consideradas como buenas o benignas. Un acto bondadoso podría ser ayudar en las tareas del hogar sin que nuestros padres no lo pidan.
11. Humildad
La humildad es una virtud que nos permite reconocer y aceptar nuestras habilidades, así como, nuestros límites y debilidades, razón por la cual en ocasiones se cometen errores. La persona humilde genera confianza y no actúa desde la soberbia porque sabe que hay cosas que desconoce y que debe aprender a solventar.
12. Sabiduría
La sabiduría tiene que ver con el conocimiento, por eso nos permite distinguir lo bueno de lo malo, y lo correcto de lo incorrecto. En este sentido, también se relaciona con la moral y con la forma en que actuamos. Por ejemplo, la persona sabia se caracteriza por ser prudente, amable y evitar incomodar a otros.
13. Perdón
El perdón hacia nosotros o los demás nos permite aceptar los errores u ofensas vividas, así como, estar en paz con nosotros mismos y con los demás. La persona que aplica la virtud del perdón evita el rencor y el deseo de venganza, por lo que puede llevar una vida más plena.
14. Gratitud
La gratitud nos permite valorar y reconocer el lado positivo de lo que vivimos, tenemos o recibimos. A través de la gratitud podemos expresar nuestro agradecimiento hacia los demás. Abrazar a un ser querido puede ser una demostración de gratitud por todas las atenciones que se reciben de esa persona.
15. Abnegación
La abnegación es una virtud que tiene que ver con la actitud de sacrificio que algunas personas toman, de forma voluntaria, a favor de los demás. Es decir, la persona abnegada renuncia a sus deseos o intereses a fin de conseguir el bien ajeno sobre el propio, por eso se relaciona con el altruismo.
16. Magnanimidad
Es una virtud que se relaciona con la grandeza o una gran generosidad. Se trata de la capacidad de establecerse metas grandes y complejas, partiendo de la razón de nuestros actos, más allá de las dificultades que estas pueden generar. Por consiguiente, la magnanimidad conlleva al perfeccionamiento de otras virtudes y a mantener una buena disposición de ánimo a lo largo de la vida.
17. Perseverancia
La perseverancia es una virtud que nos permite ser constantes en el seguimiento de nuestras metas, opiniones o actitudes. La perseverancia nos acerca a nuestras metas y a continuar en frente más allás de las dificultades. La persona perseverante mantiene su mejor esfuerzo, voluntad y certeza de querer alcanzar algo.
18. Vergüenza
La vergüenza, aunque se opone a la templanza, es una virtud que promueve la honestidad. Quien ha experimentado la vergüenza evita volver a hacer cosas torpes o que conlleven a vicios que se opongan a las virtudes y cualidades del ser humano. Por tanto, invita a reflexionar y a actuar según lo que se considera moralmente correcto.
19. Valentía
La valentía es una virtud que se relaciona con la fuerza de voluntad para decidir y enfrentar con valor las circunstancias difíciles. La persona que aplica la valentía actúa desde la autodeterminación de que es capaz de superar el miedo y las dificultades que se le antepongan.
20. Castidad
La castidad es la virtud que aleja o modera la búsqueda de placer. Se relaciona con la templanza y la capacidad de abstenerse a cometer este tipo de actos, logrando que el individuo anteponga la razón y la sobriedad. Es una postura que las personas toman de manera libre. Ayuda a evitar el libertinaje.
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