Qué es Símil:
El símil, también llamado comparación, es una figura retórica que consiste en establecer una relación de semejanza o comparación entre dos imágenes, ideas, sentimientos, cosas, etc. La palabra, como tal, proviene del latín simĭlis.
Una característica fundamental del símil como figura literaria (y que lo diferencia de la metáfora), es que el símil es introducido por un elemento relacional, es decir, una palabra que establece una relación explícita entre dos elementos como, por ejemplo: como, cual, que, se asemeja a, semejante a, similar a, parecido a, etc.
De este modo, el símil permite conectar diferentes elementos de una forma simple y eficaz para ofrecer una nueva forma de ver o entender una cosa determinada, pues opera trasladando las características o rasgos, simbólicos o evidentes, de una cosa a la otra.
Por ejemplo:
- “Miraba como el alba pura;/ sonreía como una flor”. Rubén Darío.
- “¡Oh, soledad sonora! Mi corazón sereno/ se abre, como un tesoro, al soplo de tu brisa”. Juan Ramón Jiménez.
La literatura y, sobre todo, la poesía, emplea símiles constantemente para relacionar ideas, objetos, emociones, etc., con el fin de dotar de mayor vivacidad y fuerza la imagen. Sin embargo, su uso no se limita al campo literario, puesto que en el lenguaje popular las personas utilizan símiles constantemente de manera espontánea:
Por ejemplo:
- Estaba tan cansada que cuando se acostó cayó como piedra en pozo.
- Me siento fuerte como un roble.
- Este es un país joven como la mañana.
- Tu padre siempre ha sido terco como una mula.
- Conocí a una chica rubia como el sol.
Vea también:
Símil y metáfora
Tanto el símil como la metáfora expresan relaciones de proximidad o semejanza entre elementos, imágenes, ideas, sentimientos o cosas. Sin embargo, se diferencian por varias cosas. Por un lado, el símil establece conexiones que resultan más notorias o evidentes entre los elementos o imágenes que compara, mientras que en la metáfora esta relación es más sutil.
Por otro lado, el símil posee elementos relacionales explícitos (como, cual, que, etc.), que la metáfora no tiene. Por ejemplo: la metáfora dice: “Los suspiros escapan de su boca de fresa”. Mientras que el símil postularía: “Los suspiros escapan de su boca roja como la fresa”. Ejemplo extraído de "Sonatina" de Rubén Darío.
Vea también Metáfora.