La responsabilidad es un valor fundamental en nuestras vidas. Está presente en nuestras acciones de todos los días. Para lograr lo que nos proponemos, para tener una óptima relación con los demás y para ser unos buenos ciudadanos es necesario que seamos responsables.
La responsabilidad se manifiesta de muchas formas: al asumir nuestros deberes, al ser consecuentes con nuestros compromisos, al tomar decisiones y al cumplir con nuestras obligaciones. Por eso, a continuación te contamos cuál es el verdadero significado de la responsabilidad.
Responsabilidad es deber
La responsabilidad está asociada al deber. Los deberes son las obligaciones que adquirimos con nosotros mismos o con los demás. Por eso, cuando asumimos un deber, lo responsable es ser consecuentes con nuestros actos y honrarlo.
Para un padre, es un deber brindar cuidado y protección a su hijo, para un político, es responder ante las necesidades de la gente, para un estudiante, su deber será cumplir con las tareas y obligaciones que lo van a ayudar en su proceso de aprendizaje.
Responsabilidad es compromiso
La responsabilidad implica también comprometernos de manera sincera con aquello que hemos ofrecido, prometido o propuesto a otra u otras personas. El compromiso es una forma positiva de asumir las obligaciones, pues no siempre estas son agradables. El compromiso, por lo tanto, garantiza que actuaremos con responsabilidad y cumpliremos nuestra palabra.
Somos responsables cuando honramos nuestros compromisos. En el trabajo, con la entrega de un proyecto, en la vida personal, con nuestra pareja, o en la política, cuando respaldamos una causa justa.
Responsabilidad es prudencia
La responsabilidad requiere prudencia. No somos responsables si actuamos impulsivamente, sin reflexionar, si a la hora de tomar una decisión no la meditamos detenidamente. Por eso, la responsabilidad también debe estar en la raíz de todas nuestras acciones y decisiones.
Así, la responsabilidad es prudencia cuando evitamos situaciones riesgosas o desagradables, cuando somos conscientes de las consecuencias y secuelas de nuestras acciones y decisiones y actuamos de la manera más sensata posible.
Responsabilidad es cumplimiento
La responsabilidad también significa cumplir con nuestros deberes y obligaciones. No es solo una cuestión de actitud, prudencia o compromiso, la responsabilidad también se traduce en darle cumplimiento a aquello que nos ha sido pedido o asignado.
Por eso, somos responsables cuando hacemos la tarea de la escuela, cuando concretamos aquel proyecto que nos había sido asignado en el trabajo, o cuando honramos una deuda económica pagándola. El cumplimiento de una responsabilidad es una fuente positiva de satisfacción.
Responsabilidad es madurez
La responsabilidad es también una señal de madurez. Mientras crecemos, vamos asumiendo más y más responsabilidades en nuestra vida. Primero en casa, cuando ayudamos a nuestros padres en los trabajos domésticos, después en la escuela, cuando cumplimos con nuestras tareas, y más adelante en el trabajo, cuando lo sacamos adelante con éxito.
De allí que, cuando llegamos a la edad madura, seamos capaces de asumir enormes responsabilidades, como la realización de un trabajo importante, la conducción de una empresa e, incluso, el gobierno de un país.
Responsabilidad es ética
En la base de la responsabilidad está la ética. La ética implica asumir un comportamiento responsable, ante los demás y ante nosotros mismos, en función de nuestros deberes y obligaciones.
La ética, en este sentido, significa hacer lo correcto, es decir, actuar y tomar decisiones en función de un conjunto de principios que nos ayudan a distinguir lo que está bien y lo que está mal. Por eso, decimos que la responsabilidad empieza en la ética, porque ser responsables es siempre hacer lo correcto.
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