Qué es Quien siembra vientos cosecha tempestades:
“Quien siembra vientos, cosecha tempestades” es un refrán que advierte que todas nuestras acciones en la vida generan consecuencias.
En este sentido, “sembrar vientos y cosechar tempestades” hace referencia a la idea de los resultados negativos que producen acciones mal encaminadas.
“Sembrar”, tal como es utilizado en este dicho, vendría a ser una metáfora agrícola: lo que sembramos no retoña sino hasta mucho después, y solamente si lo hemos cultivado con esmero y cuidado.
“Cosechar”, por su parte, se referiría a aquello que obtenemos al momento de recoger los frutos de lo que hemos sembrado. La cosecha es representativa de nuestro trabajo de siembra: si la cosecha es buena, es porque hemos hecho un buen cultivo.
Podemos sembrar con nuestras acciones. Buenas acciones siembran amistad, cariño y solidaridad. Malas acciones, en cambio, solo traen enemistad, odio y desprecio.
Una buena siembra trae siempre buenos resultados. Por eso, esta sentencia popular también tiene implícita la idea de recompensa, que de hecho existe en un proverbio antónimo: “el que bien siembra, bien cosecha”.
Este proverbio es utilizado sobre todo para recordarnos que si actuamos mal en nuestras vidas y si hacemos mal a los demás, cuando necesitemos de ellos, no estarán allí.
Esta expresión popular tiene, además, otras variantes, como, por ejemplo: “quien siembra vientos, recoge tempestades”; “siembra vientos y recogerás tempestades”; “el que vientos siembra, tempestades cosecha”.
En inglés, por su parte, podemos traducir este refrán como “you reap what you sow” (cosechas lo que siembras).
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