Qué es Psicología inversa:
Como psicología inversa, también conocida como técnica de inversión paradójica, se denomina una técnica conductista que consiste en intentar influir a una persona pidiéndole que haga lo contrario a lo que se procura obtener.
Los seres humanos no valoramos lo suficiente las conductas permitidas, mientras que sobrevaloramos aquellas que nos están prohibidas. Es decir, no nos agrada que nos digan qué hacer, de modo que inconscientemente buscamos afirmar nuestra libertad y autonomía haciendo exactamente lo contrario.
A esta reacción se le conoce como reactancia, que es la tendencia de las personas a oponerse a las reglas o prohibiciones, y es en esta conducta en que la psicología inversa basa su técnica para lograr su objetivo, que es modificar la conducta del individuo o empujarlo a que tome una decisión determinada.
Para aplicar la psicología inversa, lo primero que debemos saber es ante qué tipo de persona estamos, si ante una que se va a empeñar en llevarnos la contraria, o una que podría llegar a concedernos razón. La primera de ellas es ideal para aplicar la psicología inversa, y suele manifestarse sobre todo en niños, jóvenes rebeldes y personas testarudas o con un gran ego.
El siguiente paso es descubrir de qué modo podemos influir su conducta defendiendo una idea opuesta a la que pretendemos, de modo que el otro, al llevarnos la contraria, acabe pensando que ha ganado la discusión.
Algunas fórmulas clásicas de psicología inversa que escuchamos cotidianamente serían: “apuesto a que no eres capaz de comer verduras durante una semana”, “apuesto que no llegarás puntual”, “si te comes todo tu chocolate, habrá verduras”.
Esta técnica es también cuestionada, pues cuando no es usada respetando ciertos límites éticos, se convierte simplemente en una forma de manipular personas.
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