Qué es Obsolescencia programada:
La obsolescencia programada, también conocida como obsolescencia planificada, significa reducir la vida útil de un producto para aumentar el consumo de versiones más recientes.
La determinación de la vida útil de un producto o servicio es planeada por la empresa o fabricante con el objetivo de aumentar la demanda, al estimular a los consumidores a comprar nuevos productos con nueva tecnología y desempeños en sus funciones. Generalmente, el usuario desea poseer la última versión de los aparatos electrónicos como Apple, Samsung, etc., para disfrutar de sus nuevas invenciones en relación al anterior modelo.
Para más información, consulte el artículo Obsoleto.
Según el documental comprar, tirar, comprar, algunos de los ejemplos más significativos de obsolescencia programada son:
- Las bombillas, en principio, tenía una duración de 1500 horas. Al trascurrir los años alteraron su tiempo de duración a 2500 horas. En 1924, se celebró en Ginebra una reunión en la cual sus asistentes acordaron en reducir la vida de una bombilla a 1000 horas.
- Las medias de nailon, por un tiempo se caracterizaron por su difícil rasgón, llevando a reducir las ganancias, por lo que sus representantes decidieron elaborar las medias de nailon con otros materiales que permiten la facilidad de rompimiento, obligando a los clientes a la sucesiva compra del producto.
- Las impresoras, luego de superar el número de impresiones permitido dejará de funcionar, siendo muy costoso su reparación.
La obsolescencia programada puede ser vista como una estrategia positiva del marketing, específicamente para la empresa que comercializa el producto, ya que estimula el consumismo, induciendo a la compra de modelos modernos y atractivos, dejando de lado la alternativa de la reparación del antiguo aparato por su alto costo, por lo que el consumidor se siente obligado a sustituir su producto por otro nuevo.
Consulte el artículo de marketing.
La obsolescencia programada consiste en desechar los productos viejos o que ya no funcionan a un vertedero de basura, logrando un impacto visual, ambiental y de salud de los habitantes, ya que los dispositivos están elaborados con productos químicos de altos niveles tóxicos y muy perjudiciales para la salud. Es por ello, el llamado a las grandes empresas para el uso del reciclaje de los desechos electrónicos y la eliminación de la obsolescencia programada.
Vea también el reciclaje y impacto ambiental.
Bernard London fue quien promulgó el concepto de obsolescencia programada y presentó como idea positiva que los productos contaran con una fecha de caducidad para aumentar la demanda, y llevando a las empresas a producir mercancías para satisfacer a los clientes.
Obsolescencia programada y percibida
Se está ante la obsolescencia programada cuando el producto deja de responder y obliga al individuo a comprar uno nuevo, ya que su reparación es más costosa que obtener uno nuevo. Este fenómeno se debe a que el fabricante estudia o planifica la vida útil de los productos. Por ejemplo: algunas impresoras poseen un chip para determinar el número máximo de copias que el individuo desea imprimir.
Por el contrario, bajo el supuesto de la obsolescencia percibida el producto funciona pero necesita otro más actual en su estilo que en funcionalidad. En este caso, la publicidad juega un papel importante para persuadir al cliente de que necesita la última versión del producto, ya que el anterior es anticuado, viejo y con falta de estilo. Por ejemplo: el avance de los aparatos electrónicos con teclas a pantalla táctil.