El Miércoles de Ceniza es el día que se da inicio a la Cuaresma para los católicos, que son los cuarenta días antes de la Semana Santa, la cual comienza el Domingo de Ramos.
Esta celebración que no tiene una fecha fija en el calendario litúrgico, por lo tanto es variable de en año en año y se celebra entre el mes de febrero y marzo, justo después del martes de Carnaval y seis semanas antes del día de Pascua.
El Miércoles de Ceniza es un día especial para los católicos en el cual se debe poner en práctica el ayuno y la abstinencia, para dar inicio a los cuarenta días de penitencia en los cuales los católicos buscan purgar sus pecados y dedicar tiempo a Dios.
El empleo de la ceniza deriva de una antigua costumbre judía en la cual las personas que habían pecado acostumbraban a cubrir parte de su cuerpo con cenizas. Era una forma de demostrar su deseo por alejarse de lo malo y acercarse a Dios.
Dicha tradición fue modificada hasta la que se practica actualmente, en la cual los fieles asisten por iniciativa propia a la misa de Miércoles de Ceniza y en actitud de reflexión para reencontrarse con Dios durante la Cuaresma.
La ceniza que se utiliza para la imposición de la de la cruz en la frente de las personas, deriva de la incineración de los ramos bendecidos durante el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.
Durante la imposición de la ceniza el sacerdote pronuncia una de las siguientes frases, con el fin de recordar que la vida en la tierra es efímera y que la vida definitiva se encuentra en el cielo:
- “Recuerda, que polvo eres y en polvo te convertirás”.
- “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
- Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”.
El Miércoles de Ceniza, cualquier persona bautizada o no, incluso, fiel creyente o no, puede recibir la imposición de las cenizas. Asimismo, no es un día de precepto, es decir, obligatorio, ni es necesario haberse confesado recientemente.
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