Qué es Medicamento:
Se denomina medicamento a las sustancias que contienen propiedades específicas para el tratamiento o prevención de enfermedades tanto para los seres humanos como para los animales.
El uso de medicamentos se remonta a las civilizaciones antiguas, el ser humano siempre se ha preocupado por su estado de salud y bienestar. De allí que en un principio hiciera uso de las propiedades de las plantas, vegetales y animales con el fin de curar enfermedades y dolencias.
A medida que se ampliaron las investigaciones en el área de la salud, apareció la farmacología, ciencia que estudia las propiedades y efectos de las sustancias químicas para el tratamiento o prevención de enfermedades, alivio de dolores, entre otros.
Los medicamentos están compuestos por una forma farmacéutica en la que se presentan cuáles son los principios activos y los excipientes que lo conforman, a fin de facilitar su uso y administración. Los principios activos son los fármacos y los excipientes son la materia farmacológica inactiva.
Todos los medicamentos deben cumplir una serie de normativas legales y ser aprobados por los entes públicos de cada país, previamente establecidos por los ministerios de salud o sanidad.
También es importante que el paciente, antes de iniciar un tratamiento, consulte con su médico tratante o farmaceuta de confianza cuándo deben ser usados cierto medicamentos y cómo debe ser su debida ingesta.
No obstante, esta información también se encuentra en los envoltorios de los medicamentos o en su interior, donde se especifica su uso, posología, contraindicaciones, entre otros datos de importancia para el consumidor.
Vea también Fármaco.
Clasificación de los medicamentos
Existen diferentes tipos de medicamentos que se clasifican según su actividad terapéutica, su acceso, origen o correcta administración.
Según su actividad terapéutica
Se refiere al medicamento que se encuentra en venta para el público y que debe administrarse en dosis determinadas según su forma farmacéutica. Cuenta con un embalaje etiquetado con el debido registro sanitario.
Según su acceso
Según su acceso los medicamentos se clasifican en:
Medicamentos que se adquieren con receta médica
Las autoridades sanitarias tienen una lista de los medicamentos que exigen de una receta médica para su obtención o compra, la cual debe estar previamente valorada por el médico tratante. Esto se debe a que el consumo incorrecto de ciertos medicamentos pueden generar graves problemas de salud.
Estos medicamentos no pueden ser publicitados, y cuando la patente de su principio activo ha caducado, pueden ser producidos por otras empresas farmacéuticas como genéricos, manteniendo su eficacia y calidad.
Medicamentos publicitarios
Son medicamentos que cuentan con publicidad y pueden ser vendidos en las farmacias sin receta médica. Estos medicamentos contrarrestan síntomas menores. Por ejemplo, antigripales, medicamentos para la fiebre, entre otros.
Medicamentos hospitalarios
Son aquellos medicamentos que son administrados en los hospitales cuando el paciente está ingresado en uno de estos centros de salud. En caso de que el paciente sea dado de alta y necesite continuar con su tratamiento, solo podrá acceder a estos medicamentos en las farmacias de estos espacios.
Según su origen
Los medicamentos tienen diferentes orígenes según su función. Algunos derivan del cuerpo humano a partir de los derivados de la sangre, los tejidos o las glándulas. Las plantas son otro recurso natural del cual también se obtienen un gran número de medicamentos con utilidad terapéutica.
Asimismo, se deben mencionar los medicamentos homeopáticos, inmunológicos, radiofármacos, entre otros, así como, las fórmulas magistrales que son aquellos medicamentos preparados en la farmacia siguiendo las indicaciones de la receta médica dadas por el médico tratante.
Sin embargo, los medicamentos más habituales son aquellos que derivan de la síntesis de varios componentes químicos y que son elaborados en los laboratorios.
Según su administración
Los medicamentos pueden ser administrados de diferentes maneras según su finalidad y la enfermedad que se esté tratando, como la vía oral, arterial o respiratoria, entre otros.
Por ejemplo, pastillas, píldoras, comprimidos, jarabes, gotas, suspensiones, preparaciones inyectables, inhaladores, parches transdérmicos, etcétera.