El refrán popular que reza "Más vale que digan de aquí huyó que aquí murió" expresa que el cobarde prefiere ver comprometida su reputación antes que morir, esto es, antes que dar una batalla que no puede ganar. Esta expresión tiene su origen en la cultura española, desde donde se extendió a todos los países de habla hispana.
Su contenido gira en torno al problema de la reputación personal. La expresión, de hecho, pone en evidencia que quien invoca el refrán, es consciente del peso de la memoria histórica, que se expresa en los relatos que van de generación en generación.
El refrán pone en evidencia que el cobarde invierte los valores convenidos por la sociedad de la que forma parte. En efecto, para la sociedad occidental, una causa justa merece la pelea, aun cuando se sepa de antemano que esta se puede perder. Por lo tanto, este refrán subraya la confrontación entre dos valores esenciales: el valor del honor frente al valor de la vida.
En un sentido más profundo y acorde con la imagen del refrán, un héroe o un valiente es aquel que ofrece su vida en sacrificio por una buena causa, y su retribución será que su historia sea contada generación tras generación.
Para el cobarde, es preferible salvar su vida y vivir con una mala reputación, que entrar en el memorial de los difuntos. Esto quiere decir que para el cobarde, su sobrevivencia, la cual puede ser vista como símbolo de la propia tranquilidad frente a un conflicto, está por encima el qué dirán.
Ver también Perro que ladra no muerde.