Qué es Lucifer:
Lucifer significa literalmente ''el que porta la luz''. Esta palabra se forma a partir de las palabras latinas lux, que quiere decir ''luz'', y fero, que quiere decir ''llevar''.
En el Antiguo Testamento es el nombre que se le da al ángel más bello e inteligente de la corte celestial antes de rebelarse contra Dios y convertirse en un ángel caído.
En otra acepción de uso menos extendido, pero más antigua, la palabra lucifer es sinónimo del término lucero, referido al primer destello del planeta Venus al amanecer.
Lucifer en la cultura judeocristiana
Normalmente, el uso corriente de la palabra corresponde al nombre del ángel Lucifer, quien es considerado el príncipe de los ángeles rebelados.
De acuerdo con los relatos del Antiguo Testamento, Lucifer fue un ángel hermoso, brillante e inteligente que, vencido por la soberbia, decidió competir contra Dios y hacerse como él, lo cual fue causa de su caída y degradación.
En la interpretación cristiana, a partir de ese momento Lucifer se convirtió en Satanás, palabra que quiere decir ''adversario''. Sin embargo, en el judaísmo se considera que Lucifer y Satanás son dos entidades diferentes.
Lucifer en la mitología grecorromana
En la mitología grecorromana, Lucifer se corresponde con en dios Fósforo, Heósforo o Eósforo, que se traduce igualmente como ''luz del amanecer''. Algunas veces este dios suele identificarse con su hermano Héspero, ''luz vespertina'', debido a que ambos son personificaciones del plantea Venus.
Esta dualidad de nombres proviene de que antiguamente los luceros del alba y el atardecer eran atribuido a dos cuerpos celestes diferentes. Cuando los antiguos descubrieron que ambos luceros eran producidos por el mismo planeta, los nombres comenzaron a usarse casi indistintamente.
Lucifer en el vudú
La figura de Lucifer como ángel caído fue asimilada también en el panteón sincrético de la religión vudú. Así, se suma a otra de las imágenes representativas del entrecruzamiento cultural ocurrido en América Latina.