Qué es Lapso:
Como lapso se denomina el tiempo transcurrido entre dos momentos o límites. Se usa para designar el intervalo de tiempo que es necesario para que se cumpla o realice un ciclo, o en referencia al tiempo que puede durar algo.
Un lapso, por otro lado, no tiene una duración determinada, sino que puede abarcar prácticamente cualquier periodo de tiempo. Así, un lapso es sinónimo de intervalo, período, espacio, transcurso o plazo.
Por ejemplo: “En un lapso de cinco años nunca se mencionó la palabra guerra en la prensa”. “A las cinco termino de trabajar y a las siete tengo que estar en la universidad, en ese lapso de tiempo podemos reunirnos”.
Por otro lado, es frecuente el uso de la expresión “lapso de tiempo”, que en sí resulta redundante, no obstante es admisible: “Durante ese lapso de tiempo no fueron capaces de resolver el problema”.
La palabra lapso, como tal, proviene del latín lapsus, que significa ‘deslizamiento’ o caída’. De allí que una de sus acepciones haga referencia a la caída en un error o equivocación.
Lapso en derecho
En el ámbito del derecho, el lapso es el plazo de tiempo legal establecido que debe trascurrir para que se produzca un efecto jurídico, es decir, para que empiece o caduque un derecho.
Así, un lapso podrá ser, por ejemplo, perentorio, que es aquel que al extinguirse supone en consecuencia la caducidad de la facultad procesal.
Asimismo, podemos hablar del lapso probatorio, que es el plazo de tiempo establecido para que se recojan y presenten las pruebas de un juicio.
¿Lapso o lapsus?
Un lapso es el tiempo transcurrido entre dos puntos o momentos concretos, mientras que un lapsus es una equivocación o un error que cometemos cuando no ponemos suficiente atención en aquello que hacemos.
Pese a que tienen el mismo origen etimológico, conviene evitar confusiones a la hora de usar uno u otro. Así, por ejemplo, no será correcto decir: “He esperado un lapsus de tiempo suficiente”, sino: “He esperado un lapso de tiempo suficiente”.