Qué es Laico:

Como laico se designa todo aquello que carece de credo o que no se encuentra sujeto o influido por una religión. La palabra, como tal, pasa al español desde el latín laĭcus.

Así, laico es un adjetivo utilizado para referirse a las organizaciones e instituciones que no están bajo el influjo de una organización religiosa. En este sentido, podemos hablar, por ejemplo, de Estados laicos, educación laica y colegios laicos.

Como laico se denomina también aquello que carece de órdenes clericales. En este sentido, un cristiano o un católico que no es miembro del clero y que, sin embargo, es creyente, puede considerarse también como laico.

Educación laica

Como educación laica se denomina aquella que no se encuentra basada o sujeta a ningún credo religioso. La finalidad de un sistema de enseñanza laico es que los alumnos no sean adoctrinados bajo ciertos dogmas o principios que respondan a una fe, a cierta forma de ver el mundo y a un sistema específico de valores morales. En este sentido, la educación laica busca más bien promover los valores del respeto y la igualdad por encima de las creencias religiosas.

Estado laico

Un Estado laico es aquel que se declara independiente de cualquier organización religiosa. En este sentido, los Estados laicos son neutrales en materia de religión, al no inclinarse en favor o en contra de ninguna organización religiosa, del mismo modo en que ninguna religión puede ejercer injerencia sobre el gobierno o los poderes públicos. El Estado laico es producto de la separación entre Iglesia y Estado.

Laicismo

Como laicismo se denomina la corriente de pensamiento que sostiene que la sociedad debe organizarse de manera independiente a las religiones, a sus valores y normas. En este sentido, procura garantizar que el orden social no dependa o esté sujeto a las organizaciones religiosas, y que los individuos gocen de plena libertad de conciencia. El principal objetivo del laicismo es la separación del Estado y la Iglesia, es decir, la secularización del Estado. Por otro lado, no debe confundirse el laicismo con el ateísmo, pues el primero no condena la existencia de los valores religiosos.