Qué es la sociedad del conocimiento
La sociedad del conocimiento es aquella que se desarrolla y se transforma, principalmente, a través del uso de la información y del saber humano.
O, dicho de manera más detallada, es una sociedad cuya estructura económica, política y cultural se basa en la gestión de información. Y que lo hace con el propósito de crear recursos útiles, especialmente, a través de las grandes tecnologías de la información y la comunicación, las TIC.
Diferencias entre sociedad del conocimiento y sociedad de la información
Se entiende por sociedad de la información aquella cuyos procesos económicos, sociales y culturales se ven profundamente afectados por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, conocidas como TIC.
Sin embargo, se entiende por sociedad del conocimiento a aquella que, viéndose afectada por estos mismos procesos, tiene como objetivo el progreso de todos los sectores sociales. Es decir, aquella que busca un impacto positivo del conocimiento y la información en todos los órdenes.
En este sentido, la sociedad del conocimiento va más allá de la famosa sociedad de la información, al incluir un fin. No se busca solo la recogida de información, el acopio indiscriminado de datos, sino que la información se almacena y se organiza con el objetivo de contribuir al desarrollo social.
Características de la sociedad del conocimiento
Acceso a la información: Muchos autores afirman que Internet es una gran biblioteca de Alejandría, donde los datos y su uso son el auténtico motor del siglo XXI. De hecho, se ha comparado a Google con el famoso faro del mundo antiguo, pero también con la legendaria torre de Babel, donde todo se mezclaba, pero donde no todos eran capaces de comunicarse.
En este sentido, entendida como un objetivo a alcanzar, cuánto más universal sea el acceso a la información, más nos acercamos a una verdadera sociedad del conocimiento.
Gestión de la información: El manejo y la gestión de la información son claves en la sociedad del conocimiento. Y esta última palabra, gestión, es imprescindible para comprender el concepto, pues como decíamos, para hablar de sociedad del conocimiento la información debe ir encaminada hacia un fin.
Por tanto, sin una adecuada gestión de la información no puede haber una verdadera sociedad del conocimiento.
El Big Data: Los datos crecen exponencialmente. En 2025 habrá 175 veces más datos en Internet que los que había en 2011. Para hacernos una idea, cada minuto se envían más de 40 millones de mensajes por WhatsApp o se suben más de 500 horas de vídeo solo a Youtube. El conocimiento almacenado en Internet aumenta por segundos y va desde las diferentes formas de anudar una corbata, hasta explicaciones detalladas sobre ingeniería aeronáutica.
Los datos que guardamos en la nube son como el universo en plena expansión. como una gran mancha de aceite que no deja de crecer y que lo hace a tal velocidad que no somos capaces de dimensionar su tamaño. Porque ya no hay barreras físicas. Tanto es así, que solo el 0,007% del saber acumulado por los seres humanos está en papel. El resto, son ya unos y ceros, en combinaciones infinitas.
Las TIC: Es precisamente por la necesidad de gestionar el Big Data por lo que la sociedad del conocimiento no puede entenderse sin las grandes tecnologías de la información. Estas permiten el almacenaje y, sobre todo, la interpretación y el uso de esta ingente cantidad de datos.
Origen del término “sociedad del conocimiento”
El término lo usó por primera vez Peter Drucker, padre del management empresarial, allá por los años 60 del pasado siglo. Aunque ha sido en las dos últimas décadas cuando se ha universalizado.
De hecho, el concepto nació unido al desarrollo empresarial e impulsado por las nuevas tecnologías.
La sociedad postindustrial y postmoderna, que rompió con los discursos totalizadores del siglo XX, coloca al conocimiento concreto, útil, medible y alcanzable, como el eje central de su funcionamiento. Y lo hace afectando a todos los órdenes de la vida, según autores como Yves Courrier.
Debate actual sobre la sociedad del conocimiento
Existe un debate actualmente sobre si vivimos ya en una sociedad del conocimiento o se trata de una utopía hacia la que caminar.
Para autores como Manuel Castells y otros, el conocimiento es ya el nuevo paradigma tecnológico.
Sin embargo, para otra buena cantidad de sociólogos y pensadores actuales, como el filósofo André Gorz, realmente vivimos en la sociedad de la información, aunque deberíamos caminar cada vez más hacia la sociedad del conocimiento. Así se ha entendido también desde organismos supranacionales como la Unión Europea o las Naciones unidas.
De hecho, la UNESCO, el órgano de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura, trabaja con el término “sociedad del conocimiento”. Y lo hace apoyando la idea de una sociedad cuyas transformaciones se basen en el conocimiento y sean, a la vez, universales y sostenibles. Universales, porque el acceso a la información sea cada vez más equitativo. Y sostenibles, porque conduzca al desarrollo de un tejido empresarial, tecnológico e industrial no dañino para el planeta.
Vista así, la sociedad del conocimiento sería más una utopía, un horizonte hacia el que caminar, que una descripción de la sociedad actual.
Aunque también están quienes afirman que hay muchos países desarrollados que ya viven en la sociedad del conocimiento, pero que debido a la famosa “brecha digital” los países con menor desarrollo todavía no la han alcanzado. De ahí el intento de universalizar sus características principales.
Críticas a la sociedad del conocimiento
Entre las críticas a la sociedad del conocimiento y sus peligros, destacan aquellos que alertan del control de las grandes corporaciones sobre el Big Data. Esto se debe a que el análisis y la interpretación de los datos en grandes cantidades dependen, casi en exclusiva, de ellas.
Primero la Unión Europea, pero ahora también EEUU, han dado ya algunos pasos para intentar regular y controlar el poder de las grandes compañías tecnológicas.
Por otro lado, psicólogos y neurocientíficos han advertido también de una menor capacidad para retener información y para memorizar debido al bombardeo constante de información al que nos vemos sometidos a través de las redes sociales.
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