¿Qué son los Incas?
Los incas fueron una civilización indígena americana que ocupó el territorio de los Andes, desde Colombia hasta Chile, pasando por Ecuador, Perú, Bolivia y el norte de Argentina entre los siglos XII y XVI de nuestra era.
La capital era Cuzco (Perú) y su forma de gobierno era la monarquía teocrática, en la que la máxima autoridad era el inka, que en quechua quiere decir soberano.
Los incas lograron una gran expansión territorial mediante un proceso lento, que se produjo gracias al poder militar y a la imposición de leyes propias de la antigüedad andina, que los conquistados ya tenían interiorizadas.
El territorio que abarcó el imperio inca es también conocido como Tahuantinsuyo, que quiere decir cuatro regiones, y llegó a ocupar un área de 2.500.000 de km² que se dividía de la siguiente manera:
- Chinchaysuyo, que abarca la región litoral norte del imperio.
- Collasuyo, que comprende la costa sur, hoy norte de Chile y Argentina.
- Antisuyo, provincia que se extiende al este de Cuzco, desde Colombia, pasando por Ecuador, Perú y Bolivia.
- Contisuyo, región menos extensa situada al oeste.
Mapa con la división territorial del Tahuantisuyo.
Para mantener la unidad entre los territorios crearon una red de caminos que permitía una mejor comunicación y movilización, implantaron el uso de una sola lengua, el quechua, y la adoración a Inti, el dios Sol.
Los incas fueron una civilización que tomaba lo mejor de cada pueblo conquistado y lo aplicaba para desarrollar un estado eficiente y productivo.
Cultura inca
1- Vista de la ciudad sagrada de Machu-Picchu. 2- Fortaleza de Sacsayhuaman (Cuzco). 3- Los quipus eran sistemas utilizados para contabilizar bienes. 4- Vasija fabricada en cerámica y decorada con motivos geométricos.
Los incas destacaron por su arquitectura, con la construcción de ciudades fortificadas, aprovechando las irregularidades del terreno y las laderas de las montañas.
Su máxima representación es la ciudad sagrada de Machu-Picchu, construida a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar y protegida por un abismo de 600 metros, consta de 140 construcciones y 100 escalinatas hechas en piedra pulida. Se divide en dos zonas, la urbana, lugar de culto y residencia, y la agrícola, con terrazas dedicadas al cultivo regadas por un sistema de canales tallados en la piedra.
Los incas no disponían de un sistema de escritura, realizaban los registros administrativos a través de los quipus. Consistía en una cuerda de la que colgaban una serie de cordeles de colores con nudos que representaban las cantidades.
La escultura de los incas se realizó principalmente en piedra y tenía carácter ceremonial, representaba animales, plantas y figuras humanas, su tamaño variaba en función de su propósito.
La cerámica destinada al uso ceremonial se decoraba con colores y figuras de varios tipos; también fabricaban elementos cerámicos como utensilios para el hogar.
Los tejidos, principalmente de lana y algodón, se trabajaban para uso doméstico y religioso, como indumentaria para el Inca o como ofrecimiento para los dioses.
Además, trabajaron los metales, con los que fabricaban utensilios para trabajar la tierra y armas, pero también elaboraban finas piezas en oro y plata con las que decorar los templos.
Organización social
La sociedad inca mantenía un orden jerárquico, dividido en clases sociales tan diferenciadas como distantes.
En lo más alto de la pirámide social se encontraba la realeza, el emperador (inka), su esposa (coya) y su hijo (auqui).
El Inca era el protector de los bienes del Estado, controlaba la obtención y distribución de los recursos. Considerado hijo del dios Sol, dirigía la celebración de los rituales, el establecimiento de las alianzas y las declaraciones de guerra.
En el siguiente nivel se encuentra la nobleza, dividida en nobleza de sangre, a la que pertenecen los parientes del inca, y nobleza privilegiada, integrada por cargos militares, jueces y sacerdotes.
De entre la nobleza de sangre los dioses escogían al sucesor del emperador, quien debía superar una serie de pruebas que medían sus virtudes físicas y morales.
A la nobleza privilegiada pertenecen las personas que ascendieron de clase social por prestar un buen servicio al Estado.
La base de la jerarquía social estaba ocupada por los trabajadores, que se dividían en varios grupos entre los que destacan:
Hatunrunas, grupo al que pertenecía la mayor parte del pueblo y cuya labor era la agricultura, ganadería y la construcción de obras públicas.
Mitimaes, miembros de poblaciones quechuas enviados por el inca a los nuevos territorios para habitarlos y difundir la cultura incaica.
Yanaconas, prisioneros indultados que carecían de los derechos del ciudadano y cuya función era servir.
El elemento básico de organización social era el ayllu, que en quechua quiere decir comunidad y linaje. Es un grupo familiar que constituye una unidad productiva en sectores como la agricultura, el textil o la artesanía.
Cada grupo de ayllus era organizado por un curaca, un jefe local encargado de administrar de manera eficiente a sus miembros.
Organización económica
1- Centro de investigación agrícola de Moray. 2- Andenes o terrazas de cultivo. 3- La ganadería andina se basa principalmente en camélidos como llamas o alpacas. 4- Balsa fabricada en caña que utilizaban en actividades pesqueras.
La economía inca era un sistema bien organizado, capaz de abastecer las necesidades básicas de sus miembros. No existía el concepto de moneda ni de lucro, solo el intercambio de bienes.
La riqueza del estado procede de la fuerza de trabajo, los bienes producidos permiten ofrecer reciprocidad para conseguir la expansión.
El principio de reciprocidad es la máxima que rige las relaciones andinas desde el sentido de la comunidad, necesitan dar ayuda y recibir ayuda.
El Inca trataba de llegar a un acuerdo con el señor del territorio que pretendía conquistar, ofreciéndole protección, bienes y conocimientos. Si se rebelaba, el Inca llegaba a imponer castigos como la ejecución de parte de la población o marcas físicas como señal de su osadía.
El individuo se integra en la sociedad mediante su trabajo, es la manera de pagar al Estado el tributo que le asegura su manutención y protección.
Este sistema se denomina mita, que es la obligación de todos los hombres adultos a prestar su mano de obra al Estado, durante un periodo de tiempo determinado dependiendo de su actividad (construcción, agricultura, ejército, canto, danza, etc.). La holgazanería, por tanto, era motivo de castigo, aunque disponían de periodos de descanso.
Existía una relación entre la riqueza y el número de familiares que se tenía, puesto que la familia se organizaba en torno al ayllu, que cuanto más numeroso era más productivo resultaba.
La producción obtenida se depositaba en los tambos, construcciones que servían como almacén para el estado.
La agricultura se caracterizaba por la utilización de un sistema de terrazas que permitía aprovechar el terreno y cultivar diversos productos, principalmente maíz, papa y yuca.
Los ganaderos criaban y domesticaban camélidos, como llamas, alpacas y guanacos, que servían como alimento, vestimenta, y transporte de carga.
Para la pesca utilizaban balsas, disponían de instrumentos como anzuelos, arpones y redes de algodón. Extraían diferentes pescados y mariscos que les servían como alimento o para la elaboración de otros objetos.
En cuanto al comercio, estaba basado en el intercambio de bienes entre los habitantes de las distintas regiones.
Religión incaica
Los incas interpretan el mundo como una composición en la que intervienen tres tipos de comunidades: divinas (huacas), humanas (runas) y las que forman parte de la naturaleza (sallqas).
Según una antigua creencia andina, los ancestros ejercían poder sobre los fenómenos naturales y vitales, por eso los fundadores de las familias se convertían en objeto de culto a su muerte. Se realizaban ofrendas y sacrificios para agradar a los muertos y obtener su favor con la intención de evitar males futuros.
La religión de los incas era politeísta, en ella tenían cabida numerosos dioses andinos. Ya en los pueblos pre-incaicos se rendía culto a Viracocha, el dios supremo, creador del universo, del que emanan todas las cosas.
Durante el periodo imperial la divinidad principal fue Inti, el dios Sol. Este hecho se remonta al tiempo en que Pachacútec Inca Yupanqui, con la ayuda del dios Sol, defendió el curacazgo de la amenaza chanca.
A partir de entonces Inti se convierte en el dios protector al que todos los pueblos quieren agradar para ganarse su favor.
Forman parte de este culto las Vírgenes del Sol, niñas elegidas entre las más hermosas del imperio para ser consagradas al dios o casadas con el Inca.
Eran instruidas en técnicas de tejido, en música y en la elaboración de chicha, una bebida fermentada que se utilizaba en las celebraciones incas.
Guiadas por la suma sacerdotisa, a la que llamaban Mama-cuna, permanecían bajo su tutela hasta que contraían matrimonio o, si estaban consagradas al dios sol, eran ofrecidas en sacrificio.
A su vez pertenecen al panteón inca las divinidades que representan los fenómenos naturales, como la luna, Mama-killa, o la Madre Tierra, Pachamama.
Los incas eran conscientes de la influencia que tienen los astros sobre la naturaleza y por ello observaban los fenómenos celestes antes de llevar a cabo actividades como cultivos o construcciones.
Historia de la civilización inca
Antecedentes
Las culturas de Wari y Tiawanaku constituyen los antecedentes de la civilización inca.
Wari es una ciudad situada cerca de Ayacucho, dotada de gran poder militar, que alcanzó el dominio religioso, económico y político de la zona entre los siglos VII y X.
Tiawanaku fue un centro de peregrinación de la antigüedad andina. Situada a 20 km del lago Titicaca, su auge cultural tuvo lugar entre el año 700 y el 1187.
Ambas ciudades mantuvieron vínculos económicos, colonizaron y administraron territorios remotos. Difundieron su cultura a través de sus tejidos y cerámicas, como dos variantes de un mismo territorio que, siglos después, acogería al imperio inca.
Imperio incaico
Ilustración de Pachacútec Inca Yupanqui. Escultura del Inca Pachacútec situada en la Plaza de Armas, Cuzco.
Según la tradición legendaria, Manco Cápac, fundó la cultura inca hacia el año 1100. Su padre, el dios Sol lo envió junto a su hermana, Mamá Ocllo, para dominar e instruir a los pueblos preincaicos de Cuzco y transformarlos en una sola tribu dominante. Esta primera etapa se conoce como Curacazgo.
El origen histórico de los incas tiene lugar cuando Pachacútec consigue la victoria frente al pueblo de los chancas. Este triunfo constituye el inicio del Estado Inca y el nacimiento de la dinastía de los hijos del Sol.
Fue designado señor de todos los incas bajo el nombre de Pachacútec Inca Yupanqui, que significa el que transforma el mundo. Su gobierno perduró desde 1438 hasta 1471, periodo en el que consiguió la expansión militar y económica del imperio.
Gracias a la construcción de palacios, casas, templos y fortalezas, Cuzco pasó de ser un humilde pueblo a convertirse en una gran ciudad.
Túpac Inca Yupanqui, hijo de Pachacútec, toma el poder en 1471 hasta 1493. Durante su mandato multiplica la extensión del territorio, dominando el espacio que abarca desde la actual Quito hasta Santiago de Chile.
Huayna Cápac, hijo de Túpac, lideró el imperio desde el año 1493 hasta el 1525. Expandió el territorio hasta Colombia y traslada su residencia desde Cuzco hasta Quito.
A su muerte se produjeron enfrentamientos entre sus descendientes, Huáscar y Atahualpa, por el control del Imperio, iniciando una guerra civil que desembocó en la decadencia del imperio inca.
Una sucesión de rebeliones internas provoca su declive, que finaliza con la conquista del Tahuantinsuyo por parte de los españoles en 1533.
Periodo neo incaico
En 1532 Atahualpa toma el poder tras vencer a su hermano Huáscar en la batalla de Cotabamba, pero nunca llegó a vestir la Mascaypacha, el equivalente a la corona de los emperadores incas.
En 1533 Atahualpa fue capturado por Francisco Pizarro, quien ordenó su muerte, dando paso al gobierno de los Incas de Vilacamba.
Durante este periodo asumen el mando Incas elegidos por los conquistadores españoles, en un intento de apaciguar el clima generado por la invasión y justificar su presencia en el territorio.
En 1536, tras el saqueo de Cuzco, Manco Inca se rebela contra los invasores, provocando la batalla de Sacsayhuamán. Los nativos toman la fortaleza cuzqueña, pero los españoles consiguen sofocar la revuelta.
Después de la muerte de Manco Inca en 1545, el poder quechua intentó resistirse y defender su territorio, cada vez menor por la invasión española. Este periodo finaliza con la captura y decapitación del último Inca, Túpac Amaru, hecho que marca la conquista definitiva de Perú en 1572.
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