Qué es Ignorancia:

Como ignorancia se designa la carencia de conocimientos o información, tanto a nivel general como específico. En este sentido, una persona puede mostrar ignorancia sobre algún asunto o materia particular, o sobre un campo completo de conocimientos. La palabra, como tal, proviene del latín ignorantĭa, que significa ‘no conocer’.

La ignorancia puede tener connotaciones despectivas, cuando se la señala a otra persona con intención de descalificar sus afirmaciones u opiniones en torno a un determinado tema. Incluso, en términos ofensivos, llamarle a alguien ignorante, con o sin razón, puede ser equivalente a calificarlo de burro o idiota.

Por otro lado, la ignorancia sobre temas específicos es una cuestión común a todas las personas. Todo proceso de aprendizaje parte un inicial desconocimiento, de modo que, en este sentido, todos somos o hemos sido activamente ignorantes sobre incontable cantidad de temas.

La ignorancia también alude a la condición de aquellos individuos que, como resultado de no haber recibido educación o instrucción de ningún tipo, son ampliamente desconocedores de una gran cantidad de materias. De allí que uno de los principales objetivos de todo gobierno sea tener un sistema educativo lo suficientemente eficaz como para erradicar la ignorancia de la población y, además, suministrar las herramientas básicas para su adquisición, como por ejemplo la alfabetización.

Algunos sinónimos de la palabra ignorancia son desconocimiento, analfabetismo, incultura o ineptitud. Mientras que, entre sus antónimos, podemos encontrar sabiduría, conocimiento, cultura, experiencia, destreza, aptitud.

Ignorancia en Filosofía

La Filosofía puede entender la ignorancia desde un punto de vista positivo, como una puerta hacia el conocimiento. En este sentido, dice Platón: “Lo poco que sé, se lo debo a mi ignorancia”. No obstante, también escribe Platón, y lo pone en boca de Sócrates, que “existe un solo bien, llamado conocimiento, y un solo mal, llamado ignorancia”, en referencia a aquellos que se empeñan en permanecer en una actitud de ignorancia con respecto al conocimiento de las cosas del mundo. Aristóteles, por su parte, apuntaba que “el ignorante afirma, mientras que el sabio duda y reflexiona”. De allí que se haya acuñado la expresión docta ignorantia para aludir a la actitud prudente del sabio, quien tiene conciencia de las naturales limitaciones del conocimiento ante la magnitud de las cuestiones del universo.

Ignorancia del Derecho

Como ignorancia del Derecho se denomina el desconocimiento de la ley por parte de un individuo. Como tal, la ignorancia del Derecho es un argumento improcedente para justificar el incumplimiento de las leyes, pues el Estado parte de la presunción de que, una vez promulgadas las leyes, estas han de ser conocidas por todos los ciudadanos.

Ignorancia supina

Como ignorancia supina se denomina el tipo de ignorancia relativo a asuntos básicos de la vida. En este sentido, se dice que la ignorancia supina se deriva de la negligencia de una persona en aprender o adquirir los conocimientos esenciales de aquello que debería o podría saber. Un ejemplo de ignorancia supina sería el de una enfermera que no sabe inyectar, pues, según su profesión, es su deber haber aprendido a hacerlo.