Qué es Identidad de género:
La identidad de género es la percepción y experiencia individual de género con la cual una persona se identifica. Puede coincidir o no con el género asignado al nacer y también es independiente de la orientación sexual del sujeto.
Esta definición se relaciona con el concepto de género. El género es el rol social, usos y costumbres asignados a una persona según su sexo de nacimiento. Puede ocurrir que la persona se sienta o no identificada con el género asignado.
Dentro de la identidad de género, se proponen las siguientes variantes:
- Personas cisgénero: aquellas que se identifican con su sexo y género asignado al nacer.
- Personas transgénero: aquellas que no se identifican con su género asignado al nacer o, incluso, con su propio sexo. En este rango podemos encontrar diversas expresiones, tales como:
- Travestis: son las personas que visten constantemente según el género contrario.
- Transexuales: son las personas que buscan adaptar su cuerpo al del sexo opuesto de manera permanente, mediante cirugía plástica.
- Transformistas: son las personas que solo eventualmente se visten como el sexo contrario.
- Personas agénero: aquellas que no se identifican con ningún género.
En este sentido, la noción de identidad de género desafía el concepto binario de la sexualidad, según el cual solo hay dos géneros (masculino y femenino) que corresponden a los sexos biológicos respectivos.
La identidad de género no debe confundirse con la orientación sexual. La orientación sexual se refiere a la atracción afectiva-sexual que sienten las personas hacia individuos del sexo contrario, del mismo sexo o hacia cualquiera de los dos sexos. En cambio, la identidad de género se refiere a cómo la persona se percibe a sí misma dentro de un espectro.
Por ejemplo, una persona transexual que ha pasado de género masculino a femenino puede sentir atracción por las mujeres. Asimismo, una persona cisgénero puede ser heterosexual, homosexual o bisexual.
Actualmente, la identidad de género es considerada una expresión de la diversidad sexual. Como tal, está amparada por los principios del derecho a la libertad y el derecho a la no discriminación por motivos sexuales.
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