Qué es Fósil:

Los fósiles son los restos petrificados de organismos que vivieron en épocas remotas.

La palabra fósil proviene del latín fossĭlis, que a su vez deriva del verbo fodere, que significa ‘excavar’.

Los fósiles, por lo general, se encuentran conservados en las rocas sedimentarias. Para que se forme un fósil, el organismo debe pasar por un proceso físico-químico llamado fosilización. Este proceso petrifica al organismo después de que es enterrado y lo conserva durante mucho tiempo conservado en la corteza terrestre.

La importancia de los hallazgos de fósiles y su estudio es que sirven para reconstruir la historia natural del mundo, recolectando datos y pistas de los organismos que existieron en épocas remotas como, por ejemplo, el hallazgo de fósiles de dinosaurios.

Fósil también se puede utilizar en un sentido coloquial para referirse a algo que se considera viejo, anticuado u obsoleto.

En México, se le llama coloquialmente fósil a los estudiantes que van rezagados con respecto a sus compañeros de los cursos iniciales, o que llevan muchos años estudiando sin avanzar realmente.

Antiguamente, fósil también se podía referir a los minerales o rocas de cualquier clase.

La ciencia que se dedica al estudio de los fósiles es la paleontología, de la cual se desprenden subdisciplinas como:

  • la paleobiología: que se encarga del estudio de los organismos del pasado;
  • la biocronología: que analiza y determina el periodo en que estos organismos vivieron y
  • la tafonomía: que se ocupa de los procesos de fosilización.

Los fósiles, además, ayudan en el estudio de la geología y la biología evolutiva.

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Tipos de fósiles

Los diferentes tipos de fósiles se clasifican por la época al cual pertenecen y al tipo de organismos fosilizados. En este sentido, los fósiles más comunes son aquellos restos de ammonoideos, especies de moluscos, que vivieron entre la época devónica y cretácico hace unos 330 millones de años atrás.

La formación de fósiles más común es mediante la carbonización.

Vea también Carbonización.

Fósil viviente

Como fósil viviente se conoce todo aquel organismo actualmente vivo que guarda gran semejanza con especies de épocas remotas, de las que solo se tiene conocimiento mediante registros fósiles.

Un ejemplo de ello lo constituyen los braquiópodos, de los que se tiene noticia desde el Calámbrico inferior, es decir, hace aproximadamente 540 millones de años. También está el celacanto, un pez que vive en las costas de África y que se pensaba extinto hacía millones de años.

Fósil guía

Como fósil guía (también llamado director, índice o característico) se denomina aquel fósil cuya presencia en una excavación permite determinar con cierto nivel de precisión el periodo a que pertenece la unidad estratigráfica donde se encuentra, bien porque es particular de cierta época de la historia geológica, bien porque es propio de determinado paleoambiente.

Energía fósil

Como energía fósil o combustible fósil se denomina aquella que procede de la biomasa formada hace millones de años, mediante diversos procesos de transformación en el interior de la Tierra, hasta la conformación de sustancias de gran contenido energético.

Algunos ejemplos de energía fósil lo constituyen el carbón, el petróleo o el gas natural. Como tal, es una energía extraída de un recurso no renovable. La mayor parte de la energía que se produce en el mundo proviene de estos combustibles a través de la industria petroquímica.

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