Qué es el Estrés:

Se conoce como estrés al conjunto de relaciones fisiológicas necesarias para la adaptación de nuevas situaciones.

Etimológicamente, la palabra estrés tiene su origen en el término inglés “stress” que significa “tensión” o “presión”. El término fue acuñado por el médico Hans Selye, en el año 1930, y fue en el año 1950, que publico sus estudios realizados sobre el estrés.

El estrés se produce por la situación de un individuo vivo, o de alguno de sus órganos o aparatos que, por exigir de ellos un rendimiento muy superior a lo normal, los pone en riesgo de enfermar. Como tal, el estrés es la sensación de una alteración física o mental que produce en el individuo frustración, nervios y furia.

El estrés es provocado por alguna situación, en ocasiones por tiempos breves como el tráfico, presentación de un trabajo, estudios, entre otros, y en otras situaciones puede ser más persistente y complejo como problemas familiares, enfermedades, etcétera.

Como resultado de lo anterior, el individuo puede sufrir de un estrés crónico o agudo lo cual se caracteriza por el tiempo de duración. En el caso del estrés crónico, el mismo se caracteriza por su prolongada duración, en cambio, el estrés agudo se distingue por su corta duración en un tiempo determinado, debido a una situación en particular por la que atraviesa el individuo, sin afectar seriamente la salud de este.

El estrés es un proceso normal que se produce en el individuo con el fin de este adaptarse a las nuevas necesidades de su entorno, pero al mismo tiempo afecta a la salud física del individuo, generando los siguientes síntomas:

  • Alteración en la conducta.
  • Ansiedad.
  • Boca seca.
  • Cansancio excessivo.
  • Dolores de cabeza.
  • Dolor o tensión muscular.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Diarrea.
  • En el caso de la mujer, alteraciones en los períodos menstruales.
  • Problemas alimentícios.
  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Problemas en la piel, como acné.
  • Problemas sexuales.

No obstante, existen técnicas que pueden ser empleadas por el individuo para manejar el estrés como:

  • Realizar ejercicios o actividades que le guste.
  • Comer saludable.
  • Evitar situaciones estresantes.
  • Desarrollar una actitud positiva ante los problemas.
  • Dormir lo suficiente.
  • Reconocer lo que se puede cambiar, y por lo tanto, aceptar las cosas y no alterarse.

De no ser suficiente lo mencionado anteriormente, el individuo debe de recurrir a un terapeuta para implementar otras técnicas.

Por último, el estrés puede tener algunas variantes como nerviosismo, ansiedad, tensión.

Estrés laboral

Según la Organización Mundial de la Salud, el estrés laboral es una epidemia global. El estrés laboral se origina por el conjunto de reacciones físicas y mentales que sufre un empleado por enfrentarse a una serie de situaciones que superan su capacidad para enfrentarse a ellas.

Los síntomas más frecuente son; depresión, cansancio físico y mental, irritabilidad, entre otros, lo que puede generar una reducción de la productividad de la empresa y deterioro en la calidad de vida de los trabajadores.

Estrés postraumático

El estrés postraumático se origina luego de la exposición de una situación estresante, o traumática que involucre daños físicos o mentales, como por ejemplo: torturas, guerras, acoso sexual, secuestro, entre otros.

El tratamiento para este tipo de estrés se recomienda la práctica de diversas formas de la psicoterapia, así como, las terapias en familia, y grupo. No obstante, depende de la gravedad de los síntomas se suministrara antidepresivos, ansiolíticos, y estabilizadores del ánimo al paciente.

Estrés hídrico

El estrés hídrico se produce cuando existe una mayor demanda de agua en comparación a la cantidad disponible en un momento determinado. El estrés hídrico ocasiona deterioro en cantidad y calidad de los recursos de agua dulces, es por ello, la importancia del uso prudente de este recurso natural, ya que el despilfarro puede llevar a la escasez de agua.

Estrés térmico

El estrés térmico se origina de dos maneras; el estrés térmico por calor se caracteriza por el conjunto de reacciones que el individuo siente por el exceso calor, como por ejemplo: irritabilidad, fatiga, erupciones, quemaduras, disminución productiva, pérdida de sal y agua, entre otros.

Por su parte, el estrés térmico por frío, tal como lo indica su nombre, se origina por la exposición al frío, ocasionando malestar, congelaciones, torpeza, etcétera. En consecuencia, es importante el empleo de vestimenta adecuada, ingerir líquidos calientes,