Qué es Enamoramiento:
Se llama enamoramiento al estado emocional alegre o eufórico que resulta de la atracción, tanto sexual como afectiva, que descubre una persona hacia otra.
Esta atracción genera una sensación de bienestar y alegría, la cual es producto de un proceso bioquímico que se realiza dentro del cerebro. En efecto, el enamoramiento es una respuesta fisiológica a una serie de estímulos que tienen su inicio en la corteza cerebral y de allí se dirigen al sistema endocrino.
Una vez en el hipotálamo, el enamoramiento promueve la producción de dopamina, un neurotransmisor responsable, entre otras cosas, de la percepción del placer y motivación en el cerebro. Otras hormonas también participan en el proceso de enamoramiento, como la oxitocina.
Entre las respuestas propias del enamoramiento, están los impulsos que mueven a los enamorados a modificar sus conductas o acciones en busca de un acercamiento. Por lo tanto, se genera un proceso que involucra la comunicación verbal, la gestualidad, las acciones eróticas o eritozantes (acariciarse, buscar las cercanía) y la sexualidad.
El enamoramiento, a diferencia del amor, no es un estado permanente. De acuerdo con los especialistas, el estímulo de la dopamina solo puede extenderse hasta un período máximo de tres años. Además, suele ser más fuerte hasta la edad de 23 años. A partir de allí, cada vez que se experimente, el enamoramiento será menos fuerte.
Como es un proceso bioquímico, se entiende que el enamoramiento no debe confundirse con la capacidad de amar, que resulta de un proceso de relación mutua, en el que participa la decisión, la voluntad y la escala de valores de la persona.
Características del enamoramiento
Las personas que se enamoran suelen manifestar un conjunto de características que, de alguna manera, pueden ser vistas también como síntomas. Veamos.
- Focalización de la atención en el sujeto de interés;
- Pérdida de concentración;
- Respuesta nerviosa a la presencia del sujeto de interés (aceleración del pulso, ataques de nervios, tartamudeo, sudoración descontrolada, etc.);
- Deseo de tocar o sentir al sujeto;
- Necesidad de reciprocidad;
- Percepción distorsionada del tiempo;
- Idealización del otro;
- Miedo al rechazo.
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