Qué es El que tiene boca se equivoca:

El refrán popular “El que tiene boca, se equivoca” enseña que todas las personas están sujetas a cometer errores de habla y, por lo tanto, se justifica que sean disculpadas.

“El que tiene boca, se equivoca” funciona como una disculpa para justificar un error involuntario cometido durante un acto de habla, especialmente cuando ese error despierta los comentarios, las risas o las burlas de una determinada audiencia.

Es importante insistir en que se trata de errores involuntarios. Por eso, el dicho generaliza: todos los seres humanos tienen boca (hablan), luego, cualquiera se puede equivocar pues “errar es humano”.

Al igual que “el que tiene boca, se equivoca”, la expresión “errar es humano” o “errar es de humanos” es una disculpa o justificación, pero tiene aplicación en cualquier tipo de situación y no solamente en los actos de habla.

Ambas expresiones buscan la empatía de quien escucha, sea para sí mismo o para un tercero. Esa empatía es conseguida al recordar al interlocutor la fragilidad de la condición humana que caracteriza a todas las personas.

Imaginemos un ejemplo o una situación donde el refrán pueda tener cabida. Durante un discurso, el orador de orden se equivoca y dice: “Esta noche ha sido muy faliz”. La audiencia ríe a carcajadas ante lo inesperado de este error involuntario. El orador se disculpa diciendo: “Bueno, el que tiene boca se equivoca”.

Entre las variantes de este refrán, podemos citar las siguientes: “Quien tiene boca, se equivoca”, “El que tiene boca, se equivoca, y si no, se calla la boca” o “El que tiene boca, se equivoca, y si no, se calla la boca y también desboca”.

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