Qué es ser Diligente:
Diligente es un adjetivo para designar a una persona que obra o actúa con gran interés, esmero y eficacia para la realización de sus trabajos, tareas o encargos. La palabra, como tal, proviene del latín dilĭgens, dilĭgentis.
Es diligente alguien que es rápido, pronto o ligero a la hora de hacer las cosas, buscar una solución o resolver un problema.
Una persona diligente es aquella que tiene una actitud favorable hacia el trabajo y las obligaciones, que busca hacer las cosas prontamente, haciendo uso de su inteligencia, con economía de recursos y alto grado de eficiencia.
La diligencia es una cualidad que podemos desarrollar si aprendemos a administrar nuestro tiempo y recursos en la ejecución de nuestras tareas y obligaciones. Además, es una virtud fundamental que ayuda a combatir la pereza.
Sinónimos de diligente son cuidadoso, acucioso, rápido, eficiente, esmerado, pronto, ligero, rápido, hacendoso, laborioso, aplicado.
Antónimos de diligente serían perezoso, holgazán, haragán, ocioso, dejado, descuidado, negligente, indolente.
Diligente en inglés se traduce diligent. Por ejemplo: “The county honours a diligent worker” (el condado honra a un trabajador diligente).
Vea también Diligentemente.
Diligente según la Biblia
Según la doctrina cristiana, ser diligente significa ser responsables y consecuentes en nuestro compromiso con Dios, y honrarlo en la oración, las promesas y los mandamientos, sin apartarnos de su palabra. Se afirma en Romanos: “Nunca dejen de ser diligentes; antes bien sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu” (12: 11).
La diligencia, pues, es una virtud fundamental en la vida del cristiano, pues lo aparta de la pereza, lo mantiene enfocado en sus metas terrenas y espirituales, y le permite ir en busca de la fe, el conocimiento, la moderación, la paciencia y el amor. “Haber precioso del hombre es la diligencia”, sentencia el texto bíblico en Proverbios (12: 27).