Qué es Crisis política:

Como crisis política se designa una coyuntura compleja en el marco del proceso político. Como tal, una crisis política es un proceso donde se altera o rompe el normal funcionamiento del sistema político y de las relaciones entre los actores políticos y sociales que lo componen, produciendo, durante un determinado periodo de tiempo, momentos de incertidumbre e inestabilidad institucional, hasta producirse el reacomodo del sistema a las nuevas condiciones.

Una crisis política es básicamente una crisis de legitimidad, siendo que la política es la institución de representatividad por excelencia de una sociedad, donde se ven reflejados sus valores e intereses. El descontento, la desconfianza, la desaprobación o el desconocimiento de los representantes políticos, así como las tensiones, disfunciones y contradicciones que en el seno de la sociedad se han ido acumulando, son algunos de los primeros indicios de que una crisis política se avecina.

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Algunos factores claves en toda crisis política son los acontecimientos político-sociales que tienen lugar como síntoma de los conflictos y tensiones acumuladas: las huelgas, las protestas públicas, las movilizaciones populares o la renuncia de altos funcionarios del gobierno, son algunas de las señales de que un país o una sociedad comienza a transitar el proceso coyuntural de una crisis. La crisis política será, pues, el momento en el que se sintetizan y detonan las tensiones y conflictos que se encontraban latentes en una sociedad.

No obstante, la percepción del proceso político suele ser subjetiva, movida por intereses económicos o ideológicos, por lo tanto, una situación de crisis política no necesariamente será reconocida por todos los actores involucrados en el proceso. De hecho, los resultados de una crisis nos pueden parecer tanto positivos como negativos, dependiendo del lado de la historia en que nos encontremos. No obstante, visto desde un ángulo optimista, toda crisis es una oportunidad para la renovación y el progreso.

En Latinoamérica, tenemos innúmeros ejemplos de crisis políticas, empezando por aquella que se vivió en la España invadida por Napoleón y que, en 1808, dio inicio al movimiento emancipador del continente americano. De allí surgieron las diversas proclamas independentistas que recorrieron América de norte a sur, desde México, con el Grito de Dolores, pasando por Venezuela y Colombia, hasta las Provincias Unidas del río de La Plata.

También en México, a principios del siglo XX, fue la crisis política del porfiriato, nombre con que se conoce el régimen que encabezó el general Porfirio Díaz, la que creó las condiciones donde se incubó el descontento que iría a derivar en el estallido de la Revolución Mexicana en 1910.