El renacimiento es una etapa de la historia europea que abarca desde el siglo XIV hasta la primera mitad del siglo XVI aproximadamente. Tuvo su epicentro en Italia y desde allí se expandió al resto del continente. Fue un período marcado por la voluntad de revivir los valores de la Antigüedad Clásica grecorromana.
Para comprenderlo mejor, conozcamos algunas de sus características esenciales.
Renovación de la antigüedad clásica
Rafael Sanzio: La Escuela de Atenas. 1511. Pintura al fresco. 500 x 770 cm.
El Renacimiento tuvo su origen en lo que hoy es Italia, debido al hecho de que esa región fue el epicentro del imperio romano. Para aquella generación, que había sufrido los embates de la peste negra y el oscurantismo medieval, el pasado de Roma imperial se convirtió en un anhelo de restauración.
Es por ello que el renacimiento se abocó a renovar los valores filosóficos y estéticos de la Antigüedad Clásica, lo que incluyó rescatar los documentos escritos en latín, griego y árabe, y traducirlos a las lenguas vulgares, así como recuperar los valores plásticos y temáticos de las artes.
Secularización de la sociedad
La Edad Media había estado signada por el poder eclesiástico, que no solo controlaba la política sino la producción cultural. Con el renacimiento, los sectores civiles comenzaron a competir con la Iglesia, y ganaron influencia política, económica, cultural y artística.
La cultura, esto es, la ciencia, la filosofía y el arte, alcanzaron en este período un desarrollo mucho más amplio y prolífico gracias a la libertad temática y a los nuevos métodos de estudio empleados.
Antropocentrismo
El antropocentrismo fue una doctrina de pensamiento que situaba al hombre en el centro de la vida. Esta doctrina fue el discurso ideológico del renacimiento, y fue una respuesta al teocentrismo del período medieval. Esto no quiere decir que el renacimiento haya sido un tiempo de “ateísmo”, pues aún era una sociedad creyente. Sin embargo, fue valorado el ser humano como ente digno de placer y libertad. Esto abrió paso al Humanismo.
Hombre múltiple y docto
En consecuencia, el Renacimiento creó el ideal del hombre múltiple y docto, es decir, de un individuo que reuniera conocimiento sobre todas las disciplinas vigentes entonces y pudiera articularlas de forma coherente. Se trata, pues, de un humanista.
Racionalismo
El Humanismo y el antropocentrismo suponían, como actitud vital, la práctica de un pensamiento de tipo racionalista. La razón sería para los hombres del renacimiento una herramienta para el conocimiento que les permitiría revelar el mundo que el oscurantismo medieval mantenía oculto.
Desarrollo del pensamiento científico
Así las cosas, los renacentistas estaban convencidos de que todo puede ser explicado a través de la ciencia. Por ello florecieron las ciencias y destacaron científicos como Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Alonso de Santa Cruz, Miguel Servet y el propio Leonardo Da Vinci.
Grandes invenciones
Imprenta antigua.
Este renovado interés por la ciencia se vio también fortalecido por algunas invenciones como la imprenta de tipos móviles, que facilitó la circulación de los libros, incluida la Biblia, que hasta entonces era reproducida manualmente por los monjes copistas.
Otros grandes inventos de esta época marcaron la historia de la humanidad: la brújula, el telescopio de Galileo y las armas de pólvora.
Del mismo modo, las investigaciones dejaron avances en diferentes áreas que sirvieron como antecedentes de invenciones posteriores en la historia. Son el caso, por ejemplo, de los estudios de Leonardo da Vinci sobre el tornillo aéreo y el planeador.
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Individualismo
El renacimiento permitió que apareciera una concepción individualista, en tanto idea de autoconcepción, autovaloración, autocalificación y autodistinción del hombre. Si el ser humano se vuelve centro de referencia de la vida, si gana dignidad su libertad y placer, luego tiene lugar la valoración del individuo particular, sin tener que estar sometido a la causa de lo colectivo.
Gran desarrollo de las artes y la literatura
Durante este período, las artes hicieron un gran despliegue tanto en técnicas y géneros como en temas que abordar. Fue la época dorada del arte, que impactado por el espíritu científico, era percibido como forma de conocimiento.
Aparecieron toda clase de géneros nuevos y nuevas técnicas. En la literatura, tuvo lugar el nacimiento del ensayo como género literario. El teatro pudo, finalmente, abrirse más allá del orden religioso y recoger las preocupaciones de la vida secular.
En artes plásticas, apareció la pintura al óleo, que permitió liberar a la pintura de los los murales. También tuvo lugar el género del retrato, distintivo del individualismo renacentista. Asimismo, aparecieron nuevas técnicas pictóricas, tales como la perspectiva lineal y, con ella, un gran desarrollo del escorzo; el claroscuro, el sfumato, etc.
La escultura y la arquitectura retomaron el estudio de la Antigüedad Clásica y encontraron un altísimo nivel de excelencia y monumentalidad.
La arquitectura tuvo un nuevo despertar que procuró una mayor racionalización del espacio. No solo retomaron elementos estéticos del pasado romano, sino que les dieron un nuevo uso y funcionalidad, lo que ayudó a crear una nueva arquitectura.
Aparición de los talleres de artistas
Con todo, la renovación de las artes trajo la aparición de los talleres bajo la dirección de un artista. Como consecuencia de ello, en el renacimiento tuvo lugar una separación entre artistas y artesanos, por un lado, y los conceptos de arte y artesanía por el otro.
Aparición del mecenazgo
Bronzino: Detalle de Retrato de Lorenzo de Médici, mecenas. Siglo XV. Pintura al óleo.
El renacimiento recuperó la práctica romana de la protección a los artistas y a las artes. Esto se debe a que reconoció en el arte, por un lado, un objeto de inversión económica. Por el otro, veían en el arte una manera de dar gloria a Dios, brindar un servicio a la ciudad y darse gloria a sí mismos.
Algunos de los mecenas más importantes fueron los miembros de la familia de los Medici, los Sforza, los Bentivoglio, los Este y, por supuesto, el Vaticano, eventualmente representado por miembros de estas familias como los Medici. También destacaron figuras como Vittoria Colonna, Federico II Gonzaga y los duques de Urbino.
Desarrollo de una economía mercantilista. Esquema de producción protocapitalista
La economía del renacimiento da gran impulso al sector primario. La industria textil y minera tendrá gran importancia, junto con el sector del comercio, lo que para algunos investigadores califica como un modelo protocapitalista. Esto contrataba con el período histórico anterior, donde la riqueza se relacionaba con la tenencia de la tierra.
Desarrollo del sector bancario
Durante este período, el pujante desarrollo económico permitió la aparición del sector bancario y proliferaron toda clase de prestamistas y usureros.