Esclavismo es el nombre que recibe todo sistema social basado en la explotación de esclavos para la producción económica. Sus orígenes se remontan a la era de la revolución agrícola, y desde entonces, se ha adaptado a diferentes condiciones históricas.

Por ejemplo, fueron esclavistas las economías de Mesopotamia, el Antiguo Egipto, el imperio Azteca, Grecia y Roma. También fueron esclavistas el colonialismo y el imperialismo. También ha ocurrido que modelos no esclavistas, como el feudalismo, adopten algunos rasgos del mismo.

En tanto sistema, el esclavismo se caracteriza por los siguiente elementos:

1. Fuerte estratificación social

Los modelos esclavistas se estructuran en dos grupos principales: los sectores esclavistas propiamente y la masa de esclavos. Los sectores esclavistas suelen dividirse, a su vez, en grandes terratenientes, dueños de talleres de grandes dimensiones, comerciantes y usureros.

El sector esclavista no solo es el propietario de los medios de producción (la tierra o la industria) sino también de los instrumentos, de los objetos del trabajo, del esclavo, del producto de su trabajo y de las ganancias.

En el medio de estos grupos, existe un sector intermedio de población libre, conformado por pequeños propietarios (artesanos y campesinos) y las personas de tales sectores que han empobrecido y se han marginado del orden social.

2. El esclavo es propiedad privada

El esclavo es una propiedad, y es, pues, propiedad privada. En todos los modelos esclavistas, los esclavos no son considerados personas, sino una propiedad de otra persona, lo cual es el fundamento del sistema. Esto implica que el amo puede darle al esclavo el trato de mercancía y hacer uso de su cuerpo de la forma que desee.

3. Uso deliberado de la violencia

El esclavismo requiere del ejercicio de la violencia deliberada para garantizar la sumisión de los esclavos, tanto en el proceso de captura de esclavos como después. Esto significa no sólo tareas, actividades y/o jornadas de trabajo inhumanas, sino castigos crueles y, muchas veces, mortales.

Estos maltratos y castigos no necesariamente son ejercidos por los dueños de los esclavos, sino por los empleados de rango medio en representación de estos, los cuales suelen tener licencia para hacer “lo necesario”. Por ejemplo, en el caso de los sistemas esclavistas coloniales, esta función era cumplida por los capataces de las haciendas.

4. Componente étnico o de género

El esclavismo tiene un fuerte componente de discriminación étnica y de género. Esto significa que un elemento de peso en la captura de esclavos es la percepción de la diferencia, y a partir de esta, el principio de superioridad sobre los otros, el cual es definido en el marco de los valores de una cultura determinada. Extranjeros, mujeres, prisioneros de guerra, grupos étnicos foráneos o personas desclasadas han sido, históricamente, la población objetivo de los mercaderes de esclavos.

Podemos citar los siguientes ejemplos: la esclavización de negros e indígenas en la colonización de América; la esclavización del pueblo judío en el antiguo Egipto o la trata de mujeres para la explotación sexual (aún vigente).

5. Baja producción individual, pero alta producción en masa

En los modelos esclavistas, los esclavos se resisten mediante una producción de poca calidad o una baja producción individual (incluye sabotaje como deterioro deliberado de las herramientas de trabajo). Sin embargo, los bajos costos de los esclavos permiten su compra en masa, lo que resulta finalmente en una alta producción.

6. La trata de esclavos es vista como una actividad económica legítima

Los sistemas esclavistas, ya que conciben a los esclavos como mercancía, consideran la trata de esclavos como una actividad económica legítima, que cumple una función dentro del aparato productivo. Oponerse a ella es, pues, oponerse al sistema.

7. El esclavo no tiene derechos

El esclavo, no tiene ninguna clase de derechos pues no es considerado una persona sino una “herramienta” o “mercancía”. Eso incluye derechos económicos, civiles y humanos. Por ejemplo, la historia de la colonia demuestra que los esclavos no tuvieron ningún tipo de protección jurídica. Si bien en algunas sociedades estaba previsto que el esclavo pudiera comprar su libertad eventualmente, dependía de que su patrón lo aceptara, y era este quien ejercía la última palabra.

8. Carácter hereditario de la esclavitud

Toda vez que el esclavo es concebido como propiedad del amo, su progenie pasa a ser también de su propiedad, sin que se genere ningún tipo de derecho de maternidad. Todo hijo de una esclava es, pues, un esclavo más que se cuenta dentro de las propiedades del señor.

Vea también Esclavismo.