Qué es Alienación:
Como alienación se denomina el proceso mediante el cual un individuo se convierte en alguien ajeno a sí mismo, que se extraña, que ha perdido el control sobre sí.
En este sentido, la alienación es un proceso de trasformación de conciencia que se puede dar tanto en una personas como en una colectividad. Como producto de la alienación, las personas se comportan de manera contraria a aquello que se esperaba de ellas por su condición o su naturaleza.
De allí que alienación sea también sinónimo de enajenación, que significa estar fuera de sí, perder el control de sí mismo.
La palabra, como tal, proviene del latín alienatĭo, alienatiōnis, que significa ‘acción y efecto de alienar’.
Vea también Enajenación.
Alienación en Filosofía
Hegel designaba como alienación el extrañamiento o distanciamiento del sujeto n relación consigo mismo. Ludwig Feuerbach, por su parte, utilizaba el concepto de la alienación para explicar el fenómeno religioso en el cual el ser humano renuncia a su propia naturaleza en favor de la de un ser en el cual reconoce a Dios. Karl Marx, por otro lado, relacionaba la alienación con su teoría de la explotación del proletariado por parte del capitalista.
Alienación según Karl Marx
Marx interpreta el concepto de alienación como la relación de explotación propia del sistema capitalista en la cual el trabajador no es considerado como persona en sí, sino en función de su valor económico, como mano de obra para la multiplicación del capital, es decir, el trabajador no representa sino determinada cantidad de dinero.
Vea también:
Alienación en Psicología
Para la Psicología, la alienación es un estado mental que se caracteriza por la pérdida del sentimiento de la propia identidad. Es decir, la alienación supone la pérdida de la autoconsciencia, de la capacidad del individuo para reconocerse a sí mismo en el mundo.
Vea también Psicología.
Alienación parental
Con el nombre de alienación parental se conoce un síndrome que consiste en que un niño, de forma aparentemente injustificada, denigra, insulta y rechaza constantemente a uno de sus progenitores. Como tal, es considerado un desorden psicopatológico presente en niños que han sido sometidos a una especie de “lavado de cerebro” por parte de uno de sus progenitores, cuya finalidad es destruir los vínculos afectivos del niño con el otro progenitor.
Es común en casos de divorcio, donde uno de los progenitores intenta quedar con la custodia total del niño. No obstante, aún no es reconocido por la comunidad científica como un trastorno patológico.