Qué es el Alcoholismo:
El alcoholismo es una enfermedad crónica y generalmente progresiva causada por el consumo reiterado y excesivo de bebidas alcohólicas.
El término alcohol es de origen árabe conformado por 2 vocablos: al que significa el y kohol que expresa “sutil”.
En un principio, el término era empleado para indicar el polvo de antimonio que usaba las mujeres en los ojos, más adelante, el vocablo alcohol se utilizaba para referirse a cualquier elemento refinado hasta su esencia.
Una vez que los griegos y romanos descubrieron el proceso de destilación, los árabes empleaba el término en estudio para referirse al producto de destilación.
Según la Organización Mundial de la Salud define al alcoholismo como:
“sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, se ha utilizado ampliamente en muchas culturas durante siglos. El consumo nocivo de alcohol conlleva una pesada carga social y económica para las sociedades.”
El alcohol es una droga que actúa como depresor del sistema nervioso central, es decir, como sedante. A su vez, al deprimir los centros de control del cerebro reduce las inhibiciones, no obstante, la ingesta de grandes cantidades de alcohol llega a producir trastornos en la coordinación de habla y músculos, sueño e incluso coma.
A su vez, se ha demostrado una predisposición hereditaria al alcoholismo que podría influir en el momento de sufrir complicaciones neurológicas.
El alcohol produce dependencia psíquica y física. La dependencia del alcohol tiene como características la tolerancia de sus efectos y los síntomas de abstinencia cuando se deja de consumir, característica que desaparece cuando el afectado bebe otra copa.
En referencia a lo anterior, algunos síntomas de abstinencia son: dolor de cabeza, ansiedad, insomnio, temblores, delirios, convulsiones, entre otros. Además, una persona que padece de esta enfermedad siempre posee una excusa para beber, la compañía deja de ser importante ya que únicamente lo esencial para el alcohólico es la bebida y, como toda enfermedad, el enfermo no acepta que tiene una dependencia del alcohol lo cual es un mecanismo psicológico para no admitir que el alcohol domina su vida.
Vea también Adicción.
Causas del alcoholismo
Las causas del alcoholismo no se han determinado pero los estudios indican que pueden ser por diversas como por ejemplo: individuo que presenta violencia familiar, problemas económicos y, por un mal ejemplo observado en su entorno familiar, etcétera.
Efectos del alcoholismo
El alcoholismo no solo afecta al enfermo sino a sus familiares y amigos ya que al afectado se le dificulta llevar una vida saludable, responsable y ejemplar en su entorno, por lo que trae problemas laborales, divorcios, violencia familiar e incluso el alcohol es un causante de accidente de tránsitos, suicidios y homicidios.
En referencia a este punto, un hijo que nace y se desarrolla en un hogar de padres alcohólicos, según los estudiosos de la materia indican que su futuro puede tomar 2 vertientes: el primero escoger el mismo camino que observó en su hogar o intentar buscar un futuro exitoso con el fin de esconder sus traumas y baja autoestima.
Asimismo, todo niño afectado debido a la enfermedad del alcoholismo de sus progenitores, debe de asistir a terapias con el fin de ser ayudado a adquirir seguridad y autoestima en sí mismo.
No obstante, todo alcohólico puede abandonar su hábito si recibe la ayuda adecuada de sus familiares y amigos en el momento oportuno. En consecuencia, es de suma importancia que cuando el alcohólico se someta a tratamiento, su familia también lo haga, especialmente los niños que pueden necesitar ayuda para disminuir la desconfianza y resentimiento que suelen sentir en estas situaciones.
Consecuencias del alcohol
Tomar bebidas alcohólicas en exceso puede ser un grave problema en lo social y en la salud. Su consumo exagerado puede lesionar el cerebro y sistema nervioso, ocasionando la pérdida temporal de la memoria que se recupera con la abstinencia, el levantarse cansado porque el alcohol interfiere en el proceso normal del sueño y, el síndrome de Wernicke-Korsakoff es un trastorno neurológico que debilita y paraliza los músculos oculares y producen una visión doble y, con el tiempo impedir que el afectado se ponga de pie, camine, entre otros.
El alcohol puede irritar la mucosa del estómago y causar una gastritis y los efectos del hígado son: hepatitis alcohólica, varices esofágicas, cirrosis y pancreatitis.
En el sistema cardiovascular, un consumo exagerado o moderado provoca cardiomiopatía, arritmia y evolución a la insuficiencia cardíaca y un elevado riesgo de apoplejía.
No obstante, una pequeña ingesta de alcohol reduce el riesgo de aterosclerosis coronaria a favor del colesterol bueno.
En la función sexual, el alcoholismo en los hombres produce impotencia, a su vez, en mujeres produce la interrupción de la menstruación y efectos nocivos en mujeres embarazadas y el feto.
Tratamiento del alcoholismo
El afectado antes de empezar cualquier tratamiento debe de aceptar su problema de alcoholismo y abstenerse del alcohol. El tratamiento de rehabilitación puede comenzar en la unidad de desintoxicación de una clínica u hospital.
Asimismo, el afectado recibirá psicoterapia con el fin de combatir los aspectos psicológicos de la enfermedad y las causas de origen psíquico que hayan facilitado la adquisición de la enfermedad y, acompañado de tratamientos fármacos.
Vea también Abstinencia.
Síndrome alcohólico fetal
El síndrome alcohólico fetal es un trastorno provocado en el embrión por la exposición de la madre en la ingesta del alcohol durante el embarazo.
Los síntomas del síndrome alcohólico fetal son los siguientes: anomalías cardiacas, disminución del tono muscular y mala coordinación, problemas de crecimiento en el útero y después de nacer, retraso en el desarrollo y problema en el lenguaje, pensamiento o habilidades sociales, entre otros.
Por lo anteriormente indicado, las mujeres embarazadas no pueden consumir ningún tipo de bebidas alcohólicas por la salud de ella y de su hijo.