Una clave en nuestra personalidad: la autoestima
Al hablar de la autoestima como componente fundamental del crecimiento personal y de la felicidad, se necesita explicar qué es y de quién o bien de qué se nutre para su construcción. Por ello, aquí veremos los aspectos más importantes de la autoestima que repercuten en la personalidad.
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El vínculo entre la personalidad y la autoestima
Comenzaremos explicando que la autoestima es el resultado de la evaluación que realizamos de nosotros mismos al percibirnos en comparación con otros y al mismo tiempo es la manera en que interpretamos cómo el otro nos valora. Estos aspectos determinan el “cómo nos sentimos” con nosotros mismos y nuestras características.
Es importante explicar que la autoestima se desarrolla a la vez que se ve influenciada por el autoconcepto, (el cual viene a ser lo que pensamos sobre nosotros mismos), y el temperamento, que es la intensidad con la que reaccionamos y manejamos los estados de ánimo y las emociones.
La autoestima, a nivel del comportamiento, posee tres áreas, las cuales describiremos mediante las siguientes interrogantes:
- ¿Qué sentimos? Área fisiológica
- ¿Qué pensamos? Área cognitiva
- ¿Qué hacemos? Área motora
Dimensiones de la autoestima
A su vez, la autoestima tiene diferentes dimensiones, entre los que se encuentran:
1. Familiar
Se refiere a las respuestas que el grupo familiar le devuelve al niño, las respuestas por las cuales el niño se percibe como parte de la familia. Ejemplifiquemos esta dimensión desde una respuesta negativa, entendiendo que en otro contexto puede ser positiva; “Arturo (3 años), por qué no te quedas quieto viendo la película como tu hermana (8 años)?” Arturo solo quiere moverse, pero al final acaba interpretando lo siguiente; “Yo no soy capaz de quedarme quieto como mi hermana, soy malo porque me muevo y por tanto soy el revoltoso en casa”.
2. Afectiva
Siguiendo en la línea del ejemplo anterior, diremos que desde esta dimensión al valorarse revoltoso considera que es menos querido que su hermana. La dimensión afectiva responde a cómo uno se ve y cómo define sus rasgos de personalidad.
3. Física
Supone la valoración de todo lo que tenga que ver con el cuerpo y sus destrezas. Si Arturo se ve alto, porque es más alto que sus compañeros, puede considerar su altura como una fortaleza para jugar al baloncesto.
4. Social
Responde a que si nos sentimos queridos por el otro, esa sensación nos brinda la idea de pertenencia al grupo y a su vez permite hacernos frente a diferentes exigencias del entorno social.
5. Académica
Se refiere a que si nos sentimos capaces o no para realizar una tarea. Cabe clarificar que este sentimiento se fundamenta en nuestra aptitud como buenos o malos estudiantes.
Diferencias entre la alta y la baja autoestima
Todas estas dimensiones conforman la interpretación que dará lugar a lo que llamamos la autoestima, pudiendo ser ésta alta o baja; la distinción que abordaremos a continuación.
¿Por qué es importante hacer una interpretación de valor en alto o bajo de nuestra autoestima, o la de nuestros hijos, alumnos y etc? Porque cuando la autoestima es alta, la valoración positiva de sí mismo da lugar a la capacidad de enfrentarse a diferentes situaciones de las siguientes maneras:
- Los pensamientos tienen una interpretación positiva, viéndose uno capaz de realizar los desafíos, tareas, etc.
- Los pensamientos son optimistas, validando la competencia para hacer lo que se proponga.
- Se tiene confianza en uno mismo.
- Las actividades se realizan con autonomía y desde su propia iniciativa.
- Al ser cooperativos, se desarrollan las habilidades para propiciar la socialización.
- Se reconocen y aceptan las equivocaciones Y los errores, siendo capaces de buscar una solución.
- El sentimiento de orgullo por sus esfuerzos se manifiesta más allá de los resultados o éxitos y por eso no se rinden a la hora de perseguir sus metas.
Todas estas habilidades propias de una autoestima alta nos permiten enfrentar a situaciones nuevas o de tensión y superarlas buscando las soluciones creativas antes los problemas que puedan surgir.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando la autoestima es baja? La autoestima baja se manifiesta con las siguientes características típicas de las personas que la presentan:
- Miedo al fracaso o error.
- No confían en sus capacidades, se valoran poco.
- Los pensamientos son negativos, la queja y la crítica.
- Son inhibidas y poco sociables.
- Ante nuevos desafíos, se bloquean y abandonan la búsqueda creativa de una solución.
- Al no encontrar nada que los motive, suelen estar tristes.
Conclusión
Podemos considerar, a raíz de la compresión de lo que implica una autoestima baja, que fomentar una autoestima alta es fundamental para el crecimiento personal así como también para su formación. De hecho, en los niños y adolescentes, la autoestima influye directamente en su aprendizaje, en las relaciones interpersonales, y en el autoconcepto.
Según la estadística, en España el 2% de la población infantil sufre depresión y ésta se relaciona directamente con la autoestima. Por tanto, es preciso crear un espacio de formación y guía para que los niños, los adolescentes Y los adultos formen una autoestima segura, sintiéndose valiosos y capaces y esto en definitiva se traduce en ser una persona feliz.
Así pues, la autoestima se solapa con todas las áreas del bienestar y afecta a la remisión o mentenimiento de posibles problemas psicológicos muy comunes. El hecho de saber cultivar un buen autoconcepto no solo ayuda a comprometerse con un tratamiento de psicoterapia; además, facilita desarrollar nuevas e ilusionantes maneras de vivir la vida.