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¿Por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil?


Cuando más tiempo pasamos los usuarios manejando las aplicaciones (apps) del teléfono móvil y con mayor frecuencia, más dinero ganan los propietarios de las mismas y es por eso que se encargan de emplear una serie de estrategias psicológicas con el fin de mantener a las personas apegadas a sus teléfonos inteligentes.

Es por ello que resulta conveniente que conozcamos por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil en base a la comprensión de las principales estrategias que emplean las empresas desarrolladoras de apps para móviles que hacen que los usuarios estén tan enganchados.

En este artículo veremos por qué son tan adictivas las aplicaciones del smartphone y también algunos consejos para prevenir que nos enganchemos.

¿Por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil?

A día de hoy es muy común que las personas se encuentran apegadas a su teléfono inteligente, de manera que este se ha convertido en un compañero indispensable y la separación del mismo genera ansiedad en muchas personas y en gran parte se debe a la adicción que pueden llegar a desarrollar los usuarios a muchas de sus aplicaciones, ya que sin aplicaciones el móvil sería un aparato tecnológico que únicamente serviría para llamar y enviar mensajes, tal y como ocurría cuando aparecieron los primeros teléfonos móviles, los cuales no generaban la adicción que generan los teléfonos inteligentes hoy en día.

Es por ello que vamos a explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil. Para ello veremos cuáles son las estrategias psicológicas que emplean las empresas tecnológicas que desarrollan las aplicaciones para teléfonos móviles con el fin de enganchar el mayor tiempo posible a sus usuarios.

1. El estado de flow que pueden llegar a provocar

Uno de los motivos que pueden explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil es el estado de fluidez que tienden a provocar en los usuarios mientras las están manejando. Aplicaciones como Instagram, Facebook, TikTok, YouTube o Netflix, entre otras, han desarrollado un funcionamiento fluido en sus aplicaciones, basado en un principio psicológico que fue bautizado como “flow” por el psicólogo húngaro-estadounidense Mihály Csíkszentmihályi, quien investigó sobre este concepto durante muchos años mientras trabajaba en la Universidad de Chicago.

El concepto de flow trata de una manera subjetiva de experimentar una sensación en la que una persona se encuentra absorta completamente en una determinada actividad, pudiendo ser visualizando los contenidos de una aplicación sin detenerse, de forma que la persona acaba perdiendo la noción del tiempo.

Para que los usuarios de las aplicaciones entren en estado de flow mientras se encuentran navegando por ellas, los desarrolladores de las mismas han creado patrones de funcionamiento automáticos como pueden ser las “historias” de Instagram, que pueden reproducirse una tras otra de manera automática, al igual que ocurre como los “relees” de la misma aplicación.

Adicción a las redes sociales

Lo mismo ocurre con la visualización de las publicaciones de diferentes redes sociales que puede verse simplemente con deslizar el dedo hacia arriba o hacia abajo, de forma que el usuario no tenga que hacer apenas esfuerzo y puede quedarse absorto en la aplicación con más facilidad; al igual que pasa con las reproducciones automáticas de los contenidos de YouTube o Netflix, con el fin de que los usuarios se encuentren sumergidos visualizando su contenido y puedan desplazarse de un vídeo al siguiente sin darse cuenta del tiempo transcurrido dentro de la aplicación.

2. El efecto de posesión de las aplicaciones

El segundo de los motivos sobre el que vamos a hablar para explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil es el conocido “efecto de posesión” que genera la descarga de una aplicación por el usuario, siendo un fenómeno muy frecuente en las aplicaciones de los juegos online cuando una persona ha invertido dinero para poder avanzar hacia niveles superiores en el desarrollo del juego.

Seguramente a todos nos resulte familiar la experiencia ocurrida cuando descargamos un juego gratuito para el teléfono móvil y al principio no tenemos que emplear apenas esfuerzo para subir de nivel; en cambio, cuando ya hemos empleado cierto tiempo y hemos conseguido bastantes logros, los desarrolladores del juego nos piden que paguemos cierta cantidad de dinero si queremos continuar progresando hacia los siguientes niveles, de manera que algunos usuarios que han llegado a engancharse y también han podido desarrollar cierto vínculo por el tiempo empleado, terminarán pagando.

Cuando un usuario ha invertido cierta cantidad de dinero en una aplicación se genera el “efecto de posesión”, lo que causará que continúe invirtiendo cada vez una mayor cantidad de dinero, de forma que se irá enganchando más o más, siendo muy complicado acabar con la adicción a dicha aplicación.

3. La presión social

Otro de los motivos que permiten explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil es la presión social que causan algunas aplicaciones a través de las señales que indican que la persona que ha recibido el mensaje que se ha enviado lo ha leído, de manera que si no responde al instante, el emisor del mensaje podría llegar a sentirse ansioso por no haber recibido una respuesta inmediata. En este tipo de casos se ha podido que los avisos de lectura de los mensajes recibidos incitan a las personas a reaccionar lo más rápido posible, generando así una presión social.

Esta presión social también funciona mediante el sistema de notificaciones que ilumina la pantalla cuando el móvil está bloqueado, avisando a las personas cuando acaban de recibir un mensaje y, cuando están utilizando el móvil, avisa por medio de una pestaña que aparece en la parte superior de la pantalla. En algunos casos, si no se accede a esa aplicación de inmediato suelen avisar de forma continua con notificaciones calda cierto tiempo con el fin de que el usuario acceda de nuevo a la aplicación.

4. Los contenidos personalizados

Los contenidos personalizados sería otra de las razones que pueden explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil, y esto es posible gracias a unos algoritmos informáticos que se encargan de controlar la publicidad o las ofertas que nos aparecen cuando estamos navegando por las aplicaciones del móvil o cuando estamos visitando una página web, ya que los algoritmos detectan nuestros gustos e intereses en base a lo que visitamos por la red y luego nos bombardean con publicidad relacionada, de manera que cada persona recibe una tipo de publicidad diferente.

Esto también provoca que la persona pueda acceder a dichos anuncios y sugerencias con el fin de que siga durante más tiempo navegando por las páginas web o a través de las aplicaciones; y es que las empresas desarrolladoras de las aplicaciones analizan con gran precisión todas nuestras acciones en la aplicación (tiempo que pasamos navegando, nuestros horarios de consumo, tipo de contenido que consumimos, a qué tipo de perfiles solemos dar con mayor frecuencia a “me gusta”, etc.), y gracias a ellos nos muestran y sugieren publicidad y perfiles similares con el fin de enganchar más.

5. Las recompensas

La quinta razón que puede explicar por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil son las recompensas. Esto quiere decir que en aquellas aplicaciones en las que podemos recibir un “me gusta” de otras personas generarán una mayor adicción en nosotros por la retroalimentación positiva que recibimos; por ello, cuantos más “me gusta” recibamos es más probable que empleemos más tiempo visitando esa aplicación y también nos incitará a continuar publicando contenido.

Un grupo de investigadores de la Universidad de California de Los Ángeles, realizaron una investigación en 2016, en al que evaluaron a unos participantes que debían observar una serie de fotografías que había publicado en sus propias cuentas de Instagram; habiendo recibido en algunas muchos “me gusta” y en otras pocos, todo ello haciendo un escáner cerebral mientras tanto. Lo que pudieron observar fue que mientras observaban una fotografía que había recibido muchos “me gusta” se producía una actividad superior en los centros neuronales de recompensa, como el núcleo accumbens.

Esto demostró que los “me gusta” actuaban como recompensa, activando unas regiones del cerebro similares a las de otro tipo de adicciones, de manera que se podría decir en base a esto que pueden llegar a ser adictivos e influir severamente en el comportamiento de las personas usuarias, explicando así otro de los motivos acerca de por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil y en especial las redes sociales.

Tratamientos psicológicos para la adicción a las aplicaciones del teléfono móvil

Ahora que ya hemos visto los motivos que explican por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil es conveniente que conozcamos cuáles son algunos de los tratamientos psicológicos para la adicción al teléfono móvil inteligente y, más concretamente, a sus aplicaciones (apps). Cabe destacar que cuando una persona considere que padece una adicción al teléfono móvil y no ha sido capar por sus propios medios de disminuir su uso, es recomendable que buscara ayuda profesional.

Cabe destacar que al ser relativamente recientes las adicciones a las aplicaciones del teléfono móvil, aún se necesitan más investigaciones acerca de los tratamientos psicológicos eficaces para abordar este tipo de adicciones; sin embargo, vamos a mencionar algunas estrategias.

En primer lugar, veamos algunas de las características más comunes de aquellas personas que tienen una adicción al teléfono móvil y, sobre todo, a ciertas aplicaciones (apps):

  • Sensación de ansiedad cuando no llevan encima su teléfono móvil.
  • Falta de sueño y descanso a causa del manejo de ciertas aplicaciones de su teléfono móvil.
  • Han hecho un gasto de dinero en ciertas aplicaciones y juegos del teléfono móvil.
  • Mirar continuamente su teléfono móvil para comprobar si han recibido mensajes o cualquier notificación.

A continuación explicaremos algunas técnicas o métodos que pueden utilizarse para combatir todas esas estrategias que hemos visto anteriormente que emplean las empresas desarrolladoras que explican por qué son tan adictivas las aplicaciones del teléfono móvil.

1. Concienciarse del problema

Lo primero de todo, alguien que tiene una adicción a ciertas aplicaciones del teléfono móvil o al teléfono móvil en general debería reflexionar y analizar detenidamente cuál es la frecuencia y la duración de manejo del teléfono móvil con el fin de poder concienciarse de que tiene un problema, ya que de lo contrario sería imposible que intentara cambiar sus hábitos con el fin de hacer un uso correcto y saludable de este dispositivo.

Para ello el profesional ayudará al paciente a que sea consciente de las graves consecuencias del abuso de las aplicaciones del teléfono móvil, de los posibles gastos a nivel económico, del deterioro de las relaciones sociales y familiares, así como también a nivel académico y/o laboral.

2. Establecer un control sobre el teléfono móvil

En estos casos el tratamiento psicológico debería ir lo antes posible encaminado a establecer un control sobre el manejo del teléfono móvil que lleva a cabo el usuario, promoviendo que realice actividades alternativas más saludables que ocupen su tiempo (p. ej., leer, practicar deporte, quedar con amigos, visitar a familiares, apuntarse a cursos, etc.).

Otra estrategia que permite establecer un control que disminuya el uso del teléfono móvil es desactivar las notificaciones en aquellos momentos en los que debería realizar otro tipo de actividades (p. ej., trabajar, estudiar, estar con otras personas, irse a dormir, etc.) con el fin de que no se encuentre iluminada la pantalla continuamente para que el usuario responda.

Incluso si se desactivan las notificaciones que no sean tan importantes de forma permanente (p. ej., los “me gusta” de instagram, el aviso de que un YouTuber al que sigue ha subido un nuevo vídeo, los avisos de los mensajes de los grupos de whatsapp, etc.) a la larga la persona saldría ganando salud al no recibir un constante bombardeo de notificaciones que le cause cierta ansiedad y genere que entre con mayor frecuencia en las aplicaciones.

Otra acción muy útil podría ser el control estimular, de manera que cuando se encuentre haciendo una tarea que requiera atención, la persona silencie el teléfono móvil y lo deje en un lugar que no se encuentre en ese momento a su alcance ni tampoco a la vista (p. ej., estar estudiando en su cuarto y dejar el móvil en el salón o pedirle a un familiar que se lo guarde mientras tanto y establecer un horario fijo para poder mirarlo una vez haya finalizado la tarea que debía hacer).

También existen aplicaciones que bloquean el móvil durante cierto tiempo y avisan cuando ha pasado un tiempo determinado con el fin de que el usuario se permita un descanso limitado para mirar el móvil (p. ej., la técnica pomodoro a través de las aplicaciones que se puede utilizar para establecer un tiempo determinado para trabajar o hacer la tarea que sea y otro más limitado para descansar y mirar el móvil).

Otra opción sería establecer unos horarios para manejar ciertas aplicaciones, de manera que solamente se utilicen durante un tiempo diario limitado o a unas horas específicas (p. ej., después de comer y antes de ir al trabajo o establecer un tipo limitado de 1 hora al día para manejar el móvil, permitiendo el resto del día que solamente lo utilice para llamadas o mensajes importantes).

Todas estas estrategias dependen de las preferencias de cada persona y el nivel de acción que cada uno tenga al teléfono móvil. En todo caso, estas medidas se podrían ir aplicando poco a poco, ya que si se hace de manera brusca es probable que la persona abandone en su propósito disminuir el uso de su teléfono móvil.

En definitiva, la ayuda psicológica para la adicción a las aplicaciones del teléfono móvil y/o del manejo del teléfono en general va encaminada a modificar esa serie de conductas compulsivas relacionadas con su manejo, buscando controlar los hábitos de uso del móvil y que el usuario adquiera también una serie de habilidades de afrontamiento frente a las situaciones que le generan mayor ansiedad y causan que tenga una mayor necesidad de utilizar el móvil.