Competitividad en la pareja: qué es, cómo identificarla y gestionarla
¿Sientes que tu relación de pareja es una constante lucha por ganar? ¿Sientes celos cuando tu pareja logra un éxito? ¿No lográis llevar a cabo un mismo objetivo y por ello cada uno hace las cosas a su manera? ¿Sientes que hay un constante desafío entre vosotras? Estás en el lugar correcto, sigue leyendo para obtener conocimiento para observar tus puntos a trabajar y herramientas para ello.
A lo largo de nuestra historia evolutiva aprendemos a ser competitivos, desde el sistema familiar, consolidándose en la escuela y haciéndose muy visible en el ámbito laboral. ¿Pero qué sucede cuando sentimos la constante lucha por el poder en la pareja? ¿Cómo afecta la competitividad en nuestra relación afectiva? ¿Somos conscientes de la necesidad de alternar los roles? ¿Te aferras a una actitud de carácter dominante o sumisa?
Sigue leyendo para identificar la competencia en tu pareja, descubrir los factores y dinámicas que la refuerzan, conocer herramientas y aprender a gestionarlas para construir una relación más sana.
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¿Qué es la competitividad en la pareja?
La competencia en la pareja tiene dinámicas muy diferentes a la competencia en el mundo que conocemos. La base de la pareja es el compartir, tomar decisiones conjuntas como un equipo, gestionar la resolución de conflictos, comunicarse desde la honestidad, y lo más importante disfrutar de los logros en común y superar los momentos difíciles conjuntamente. Muchas veces y sin darnos cuenta, proyectamos muchas carencias en la otra persona exigiendo satisfacer una necesidad en concreto. Creemos que nuestra pareja tiene el deber de hacernos feliz y cumplir nuestros deseos.
Ésta exigencia se siente como una gran presión hacia la persona que creemos que debe satisfacernos. Cuando damos por sentado el hecho que la otra persona me tiene que hacer feliz, centramos todos nuestros pensamientos y acciones hacia lo externo; una persona que me haga feliz, una casa que cumpla mi deseo de seguridad, una mascota que cubra mi necesidad de afecto, etc Nunca encontraremos la felicidad y la satisfacción plena con uno mismo, y precisamente ésta dinámica relacional exigiendo a los factores externos que satisfagan las necesidades internas, es un camino mal orientado hacia la plenitud.
Cuando entendemos que la felicidad empieza y acaba en uno mismo, en conocerse y aceptarse tal y como somos, y entender que la persona que somos hoy está en constante cambio y por ello debemos tener constante amor propio y auto observación para ir adaptándonos a las diferentes etapas y conflictos de la vida. Cuando uno está seguro de sí mismo, confía en el curso de la vida y busca factores internos como sensaciones y satisfacciones personales, empezamos a entender la pareja como alguien que decide estar a nuestro lado con total libertad y sin condicionamientos. Ofreciendo lo que quiere a cada momento.
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Identifica los aspectos que crean competencia
Pero, ¿Cómo saber si mi pareja tiene una dinámica de competencia? ¿Qué sucede en una pareja con alta competitividad? Veamos algunas señales del día a día que pueden suceder en parejas competitivas.
1. La razón o la verdad absoluta
Nadie tiene la verdad o razón absoluta; todo depende de nuestra percepción, el estado de ánimo, los aprendizajes a lo largo de la vida y los valores entre otros. Cuando las discusiones se convierten en una batalla por quién gana, es una clara señal de competitividad, ya que en éstos momentos nos olvidamos del objetivo de la discusión y pasamos a la escalada donde se discuten cosas sin importancia. Muchas veces querer tener la razón implica carencias personales que nos hacen sentir vulnerables y frágiles cuando no tenemos la última palabra.
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2. La intimidad emocional
Para compartir intimidad emocional y afianzar la pareja es necesario percibir a nuestra pareja sin amenazas; como un confidente y no como alguien que en cualquier momento puede volverse en tu contra por interés propio. Ésto sucede cuando hay unos valores de base como la confianza, la seguridad, el respeto y la comunicación.
Para crear intimidad emocional hay que abrirse a nivel emocional y de una manera honesta con tu pareja. Se trata de tener la suficiente confianza y certeza que te va a respetar para poder contarle aquello que nadie o muy pocas personas conocen de ti; tu parte más íntima.
3. Los logros y fracasos personales
Cuando sentimos amor incondicional y compasión por la otra persona, recibimos sus logros como un logro común; que tu pareja logre sus objetivos hace que se sienta mejor y por consecuencia se pueda relacionar de forma más positiva contigo.
Por otro lado, los errores o fracasos de tu pareja se ven con compasión; comprendiendo la frustración que siente nuestra pareja y apoyando con pasión y comprensión para hacer de los fracasos aprendizajes.
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4. Elegir con responsabilidad
La responsabilidad en las decisiones que tomamos en nuestro día a día empodera a la persona, ésta siente que tiene el poder de cambiar las situaciones de su alrededor. Cuando nos responsabilizamos de querer estar al lado de alguien, somos consecuentes con aquello que surge de la relación; alegrías y dificultades. En una pareja todo lo que sucede tiene origen en las personas que la conforman; algo no sucede si otro no lo quiere o no lo permite, por ello no hay culpa, sino responsabilidad por las dos partes.
5. Aceptar y agradecer
Cuando aceptamos a una persona en su totalidad o aceptamos la realidad tal cual es y no tal como nos gustaría que fuera, empieza el agradecimiento. Una vez acepto, todo lo que recibo del mundo externo y de mi pareja se convierte en un regalo del cuál solamente queda dar las gracias. Nadie tiene obligación de ser o hacer algo como a ti te gustaría, por ello si sientes que tu pareja actúa de forma molesta, pregúntate porqué te molesta tanto, ya que seguramente es una cuestión personal que te afecta. Seguidamente comunicate con tu pareja para que sea consciente que algo específico te molesta, aunque no sea su responsabilidad, si no la tuya de descubrir por qué te desagrada.
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Gestiona y trabaja la competitividad
Ahora que ya sabes las señales y has observado si tienes que trabajar en alguno de los factores que hacen de una pareja una constante lucha, sigue leyendo para saber cómo trabajar los puntos anteriores.
1. Querer tener siempre la razón tiene un trasfondo de inseguridades y falta de reconocimiento
Siempre que sientas enfado porque no te dan la razón, para y pregúntate: “¿A qué me recuerda ésta sensación ? ¿En qué momento me he sentido sin voz ni voto que me ha dolido tanto como para seguir en ésta posición rígida? ¿Cómo debe sentirse mi pareja ante mi comportamiento?”.
2. Construir intimidad emocional
Es el punto más clave para que una pareja sea feliz y tenga una larga duración. Cuando conectamos con la persona y creamos intimidad emocional estamos trabajando unos valores indispensables en la pareja que fomentan el vínculo positivo con nuestra pareja; la unión. Desde una conversación profunda, dialogar sobre los deseos y miedos de cada uno, sobre los proyectos y sueños, y sobre todo sobre qué me aporta la pareja que hemos construído, cuales son nuestros valores como familia, etc.
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3. Logros y fracasos
Muchas veces sentimos celos en los logros de nuestra pareja, o sentimos que sus logros nos hacen sentir pequeños. Por otro lado, sus errores o objetivos frustrados nos enfadan y sentimos que nuestra pareja tiene menos valor por ello. En éstos momentos recuerda que la pareja es un equipo con un único objetivo; el bienestar personal y en pareja.
A veces el enfado o alegría surge porque proyectamos deseos no alcanzados en nuestra pareja; recuerda que sois personas diferentes con espacios para compartir logros y errores. El peor error de las parejas es querer alcanzar la perfección; vuestra individualidad como pareja os hace ser la pareja que sois a día de hoy.
4. Responsabilidad de elección
Sientes que los sucesos en la pareja se escapan de tus manos cuando no eres consciente de las decisiones que tomas. El intercambio en pareja requiere de una constante toma de decisiones. La primera y más importante es la elección de la persona con quien quieres compartir tu vida. Por ello es importante elegir de forma consciente a tu pareja; que el hecho de estar al lado de la persona sea una decisión que tomas a diario y con responsabilidad.
En el momento en que te relaciones desde la responsabilidad dejarás de exigir a tu pareja; exigir que satisfaga tus deseos, exigir que te haga sentir feliz, exigir que te haga un detalle, etc. Tu pareja es libre de hacer lo que quiera y de la manera que quiera, al igual que tú. Si necesitas algo específico de tu pareja no dudes en pedirlo de forma clara.
5. Aceptar y dar las gracias
La aceptación es algo necesario para no entrar en conflicto con la realidad presente y nuestras expectativas. Reflexiona sobre tu relación afectiva; aspectos de personalidad de tu pareja, dinámicas de comunicación de pareja, roles en el hogar, miedos y deseos, futuros proyectos, etc. Ahora haz un listado con aquello que te agrada de tu pareja y con aquello que te molesta o quisieras modificar.
Para aquello que te gusta, ves punto a punto y repite "Agradezco (por ejemplo la perseverancia) que muestra mi pareja y tan bien me hace. Gracias". Para aquello que no estés tan a gusto o te moleste, lee punto a punto y repite "Acepto (por ejemplo) la irritabilidad que muestra mi pareja y tanto mal le hace. Con amor". Habrá aspectos que te molesten y simplemente pones el límite de no seguir permitiendo. Pregúntate cómo me siento y cómo puedo comunicarlo a mi pareja para encontrar una solución o una manera de gestionarlo, y si es necesario acudir a un/a psicóloga/o.
Conclusión
Cuando conocemos las propias vulnerabilidades y las de la otra persona surge la comprensión, aceptación y amor, pero nunca la competencia. Recuerda que siempre ayuda ser conscientes que decidimos seguir al lado de nuestra pareja cada día, que somos un equipo con el único objetivo de entenderse y compartir el bienestar.
De esta forma, todo lo que surja en la pareja es un regalo; ya sea una oportunidad para fortalecer la relación o un momento para el disfrute. El éxito y gestión de la pareja nos llena el corazón de alegría.