Aprende a identificar y a afrontar la dependencia emocional
¿Alguna vez has sentido obsesión por otra persona? Como si de una adicción se tratara. ¿Sientes tanto miedo a separarte de alguien porque “le necesitas” a tu lado?
Muchas veces sentimos que las relaciones que vivimos parecen salidas de una canción pop… "Sin ti no soy nada", "eres mi vida", "te necesito a mi lado" y otras muchas afirmaciones que definen muy bien a una persona que está pasando por una dependencia emocional.
Si las afirmaciones resuenan contigo, tu manera de pensar y decidir, este artículo te interesará y te ayudará a gestionar tus relaciones e identificar cuáles son tóxicas y cuáles sanas. Y lo más importante; cómo trabajar los factores que nos llevan a la dependencia.
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¿Qué entendemos por dependencia emocional?
La dependencia emocional es una adicción comportamental y por tanto desadaptativa, que implica la pérdida de control, la impulsividad y el mantenimiento del comportamiento incluso si éste presenta consecuencias negativas.
Una relación donde hay dependencia emocional se define como una relación tóxica, dadas las repercusiones dentro de la dinámica relacional y las consecuencias negativas a nivel personal. Las acciones y pensamientos están condicionados por la otra persona; la persona dependiente busca siempre la aprobación de la otra para estrechar el vínculo.
La dependencia puede suceder en amistades y familiares, pero es más frecuente en relaciones afectivas de pareja. Por ello es muy importante ser conscientes de qué relaciones son sanas y cuáles no nos convienen.
Cuando una relación está equilibrada sentimos movimiento en el dar y recibir por ambas partes. En una relación sana no necesitamos de la otra persona para gestionar nuestro mundo emocional ni para afrontar el día a día; sin embargo, sabemos que tenemos su apoyo para compartir nuestros miedos y deseos sin ser juzgados.
El apoyo adaptativo que ofrecemos a la otra persona dentro de una relación sana, la refuerza y la hace más libre de escoger. Por el contrario, en una relación tóxica, no la anima a “quedarse en el nido” por miedo a los peligros del mundo exterior.
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Causas y factores que intervienen
Pero... ¿Cómo empieza una persona a depender de otra a nivel emocional? ¿Por qué unas personas tienden a la dependencia y otras no?
Algunos aspectos que llevan a la persona a entrar en una relación de dependencia emocional son la necesidad de tener cerca a la otra persona y ser el foco de atención para llegar a la excitación personal deseada. También es muy común la necesidad de protección y apoyo influenciando de forma negativa en la autoestima, la identidad y el funcionamiento general de la persona dependiente.
Estas necesidades suelen aparecer a raíz de un autoconcepto distorsionado de una/o misma/o, así como carencias afectivas no resueltas que suelen desencadenar en una falta de autoestima y miedo al abandono. Además, muchas veces podemos encontrar en la historia de la persona una pérdida importante de una relación personal o un empleo.
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Identifica a una persona emocionalmente dependiente
Cuando hablamos de las características de una persona dependiente debemos tener en cuenta que todas las personas somos diferentes y tenemos nuestra propia individualidad fruto de nuestra personalidad y las experiencias vividas. Por ello, no tienes porqué sentir todas las características para sentir que dependes de alguien y te supone una dificultad en tu área personal.
A continuación veremos las características más destacadas de una persona dependiente a nivel afectivo/emocional:
- Baja autoestima; percepción pobre de nosotras/os mismas/os que se muestra en inseguridades hacia la relación.
- Labilidad emocional; sientes cambios bruscos en tu estado anímico expresando emociones extremas.
- Ilusión de control; sensación de control cuando se está cerca de la persona y pérdida de control cuando no se está cerca.
- Sobreprotección; necesidad de sentirse protegida/o por la otra persona, a causa de una percepción vulnerable de una/o misma/o.
- Ansiedad y comportamiento obsesivo; te sientes nerviosa/o y no puedes parar de pensar en la otra persona cuando está lejos.
- Miedo al abandono y temor a la soledad; miedo a que la otra persona desaparezca, aunque la relación nos haga sentir mal e incapacidad de estar sola/o.
- Falta de empoderamiento; el sentirse incapaz y poco hábil para afrontar la vida.
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Gestiona tu propia dependencia emocional
Si te has sentido identificada con las características de la persona dependiente, o crees que puedes trabajar algún aspecto relacional para vincularte de forma más sana, ¡presta atención! A continuación, te explico cómo trabajar algunos de los puntos anteriores.
Estar con una/o misma/o
Aprende a relacionarte contigo. Conócete y aprende qué te satisface hacer cuando estás sola/o. Haz planes contigo misma/o y organiza actividades placenteras que quieras hacer tú sola/o.
Controla tus fantasías
Identificar qué emociones son fruto de tus carencias y qué pensamientos están asociados. Quizás te enfadas de forma desproporcionada cuando la otra persona se relaciona con una tercera, por miedo a perder la relación. El hecho de relacionarse es adaptativo y necesario; somos sociales por naturaleza, pero pensar que, por relacionarse con otras personas, perderemos nuestra relación es una fantasía construida en una base de inseguridades y falta de amor propio.
Identifica tus carencias
Una vez te has dado cuenta de las emociones desproporcionadas y cómo éstas han creado una fantasía donde reflejas tus inseguridades, es hora de trabajar tus carencias para no reflejarlas en la otra persona creando una dinámica destructiva.
Trabaja el autoconocimiento
El primer paso para relacionarnos de forma sana con nuestro alrededor es conocernos y comprender nuestra manera de ser y actuar. Solamente a través del crecimiento personal lograremos tener seguridad y aprender a amarnos a nosotras mismas, así como vincularnos de forma libre y honesta.
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Responsabilizarnos sin culparnos
La actitud de víctima nunca favorecerá a la persona adulta asertiva que se siente empoderada y segura de sí misma. Al contrario, favorece al niño/a que no se ve capaz de afrontar la vida por ella misma. Como personas adultas tenemos el poder de decidir qué queremos mejorar o cambiar para sentirnos mejor, porque aquí y ahora somos los únicos responsables de nuestras acciones y pensamientos.
Conclusión
Ahora ya conoces la importancia de relacionarse de forma sana y qué hacer si sentimos dependencia en una relación. Incluso si no padeces de dependencia, conocerla ayudará a las personas de tu alrededor en caso que se encuentren en esta situación.
El secreto de las relaciones sanas está en parar la mente y observarnos; la presencia de la otra persona nos aporta sentimientos positivos y nos hace crecer a nivel personal, aunque solas/os seamos capaces de generar amor propio y trabajar nuestra gestión emocional. Una relación de cualquier tipo, siempre que sea sana, suma y aporta a la relación que tenemos con nosotros mismos.
El sentir que necesitamos a la otra persona para estar fuertes y afrontar nuestro día a día es dependencia emocional. A veces no hace falta sentirse identificado/a con todas las características mencionadas en el artículo, si no que el sentir que solas/os no podemos ya es un síntoma de malestar con una/o misma/o, y por ello es una razón para acudir a un psicólogo que pueda orientarnos y acompañarnos en el camino para vivir de una manera plena y empoderada.
Quiero recalcar que este artículo es una herramienta de información y un recurso para el crecimiento personal. Si sientes que la dependencia emocional te dificulta e influencia en tu vida diaria, no dudes en buscar psicoterapia para que te orienten y poder trabajar el conflicto.
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