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Modelado: ¿qué es y cuáles son sus tipos en Psicología?


El aprendizaje por observación es muy importante para el desarrollo de las personas. Una gran parte de las habilidades que adquirimos depende de la observación de la conducta de otros, especialmente durante la infancia.

En este artículo describiremos qué es el modelado, uno de los términos que se utilizan para describir determinadas facetas del aprendizaje social. Además explicaremos los procesos que permiten que el modelado ocurra, y qué tipos de modelado existen.

¿Qué es el modelado?

El modelado es un tipo de aprendizaje que se basa en la imitación de la conducta ejecutada por un modelo, normalmente otra persona. Este proceso sucede de forma cotidiana y puede utilizarse como técnica terapéutica para facilitar la adquisición y la modificación de comportamientos.

El término “modelado” tiene un significado similar a los de “imitación”, “aprendizaje social”, “aprendizaje observacional” y “aprendizaje vicario”. Cada uno de estos conceptos hace énfasis en una característica distinta de este tipo de aprendizaje.

Así, mientras que “modelado” destaca el hecho de que exista un modelo a imitar, “aprendizaje social” es un concepto amplio que pone el acento en el papel de este proceso en la socialización, y “aprendizaje vicario” quiere decir que las consecuencias de la conducta del modelo son aprendidas por el observador.

El modelado tiene distintas funciones. Principalmente sirve para adquirir nuevos comportamientos, por ejemplo habilidades manuales, pero también puede inhibir o desinhibir conductas; esto depende de las expectativas de la persona en relación a las consecuencias.

Se considera que Albert Bandura es el autor más destacado en el campo del modelado y el aprendizaje social. Es muy conocido el experimento que realizó en 1963 junto a Richard Walters, que demostró que los niños imitaban o no las conductas de los adultos en función de si observaban que se les premiaba o se les castigaba.

Procesos implicados

Según Bandura el aprendizaje por modelado tiene lugar gracias a la mediación verbal e imaginativa: cuando aprendemos por imitación lo hacemos a través de representaciones simbólicas de las conductas observadas y de sus consecuencias.

Para este autor existen cuatro procesos que permiten que el comportamiento se adquiera y se ejecute. La atención y la retención son necesarias para la adquisición de la conducta objetivo, mientras que la reproducción y la motivación lo son para la ejecución.

1. Atención

Las personas sólo aprendemos nuevas conductas por observación si somos capaces de prestar atención al comportamiento del modelo. Distintos tipos de variables facilitan o dificultan el proceso de atención.

Por ejemplo, imitamos con más facilidad a los modelos que se parecen a nosotros en sus características físicas o sociales, así como a aquellos que percibimos como prestigiosos y a los que obtienen mayores recompensas.

La probabilidad del aprendizaje por imitación también depende del propio sujeto; así, la ansiedad y los déficits sensoriales, como la ceguera, dificultan la atención al modelo. Por otra parte tendemos a imitar a otras personas en mayor medida si la situación es incierta y la tarea tiene una dificultad media.

2. Retención

Para poder imitar una conducta es necesario que seamos capaces de representarla en forma de imágenes o verbalmente sin que el modelo esté presente. El repaso cognitivo del comportamiento del modelo es muy importante para la retención.

Otra variable relevante para el mantenimiento del aprendizaje es su significatividad, es decir, que podamos asociarlo a otros aprendizajes previos. Por supuesto, las características físicas de la persona también influyen; para las personas con demencia es mucho más difícil adquirir una conducta, por ejemplo.

3. Reproducción

La reproducción es el proceso por el cual el aprendizaje se transforma en conducta. En primer lugar se genera un esquema de actuación equivalente al observado; después se inicia la conducta y se compara el resultado con tal esquema mental. Finalmente se llevan a cabo ajustes correctivos para acercar la conducta real a la ideal.

4. Motivación

El aprendizaje puede producirse sin que se ejecute una imitación; que esta se dé depende en última instancia del valor funcional que la persona atribuya a la conducta adquirida. En este proceso interviene la expectativa de reforzamiento.

Debe existir una probabilidad de obtener incentivos por la conducta; estos pueden ser directos, pero también vicarios y autoproducidos. Por tanto, los procesos motivacionales son clave en la imitación.

Tipos de modelado

Los distintos tipos de modelado se clasifican en función de muchas variables distintas, como la dificultad de la conducta a imitar, la capacidad del modelo o la adecuación social del comportamiento. Veamos cuáles son los tipos más importantes de modelado.

1. Activo o pasivo

Hablamos de modelado activo cuando la persona que observa imita la conducta del modelo después de observarla. Por contra, en el modelado pasivo el comportamiento se adquiere pero no se ejecuta.

2. De la conducta objetivo o de conductas intermedias

El criterio de distinción en este caso es la dificultad del comportamiento a imitar. Si la conducta objetivo es simple, se puede modelar directamente; no obstante, cuanto más compleja sea más difícil será reproducirla, por lo que en estos casos se divide en distintas conductas más sencillas, que son denominadas “intermedias”.

3. Positivo, negativo o mixto

En el modelado positivo la conducta aprendida es vista como adecuada por el medio social, mientras que en el negativo se adquiere un comportamiento disruptivo. Por ejemplo, cuando un hijo ve a su padre agrediendo a su madre. En el caso del modelado mixto se aprende una conducta inadecuada y después una aceptable.

4. En vivo, simbólico o encubierto

En este caso la variable relevante es la forma en que se presenta el modelo. Si éste se encuentra presente se trata de modelado en vivo; si se le observa de forma indirecta, como en una grabación en vídeo, el modelado es simbólico; finalmente, hablamos de modelado encubierto si la persona que aprende lo hace imaginando la conducta del modelo.

5. Individual o grupal

El modelado individual se produce cuando sólo se encuentra presente un observador, mientras que en el grupal el número de personas que aprenden la conducta es mayor.

6. Simple o múltiple

La distinción es similar a la del caso anterior, si bien varía el número de modelos y no el de observadores. Cuando el modelado es múltiple la generalización del aprendizaje es mayor porque el sujeto es expuesto a distintas alternativas conductuales.

7. Modelado o automodelado

En ocasiones la persona que modela es la misma que observa; en tales casos nos referimos al proceso como “automodelado”. El automodelado simbólico mediante montajes de vídeo se ha mostrado muy útil para el tratamiento del mutismo selectivo.

8. Participativo y no participativo

Hablamos de modelado participativo cuando el observador interactúa con el modelo, que puede también administrar refuerzos; esto ocurriría en el caso de los terapeutas o los logopedas, por ejemplo. Por contra, en el modelado no participativo el sujeto no se relaciona con el modelo sino que únicamente conoce las consecuencias de su conducta.

9. De dominio (mastery) o afrontamiento (coping)

El criterio que distingue estos dos tipos de modelado es el grado de competencia del modelo. En el modelado de dominio la persona a imitar tiene desde el principio la capacidad de ejecutar la conducta objetivo correctamente, sin errores.

Por contra, los modelos de afrontamiento van adquiriendo las habilidades necesarias para llevar a cabo el comportamiento, de modo similar al proceso que tendrá lugar en el observador. Se considera que este tipo de modelado tiende a ser más eficaz que el dominio porque resulta más significativo para el observador.