Cánones de belleza: ¿qué son y cómo influyen en la sociead?
Los cánones de belleza nos marcan la estética ideal no solo del cuerpo sino también de la ropa, del maquillaje... De este modo afectan en mayor o menor medida en la vida de las personas.
Ahora bien, la estética perfecta ha ido variando con el tiempo y adaptándose a las características de la sociedad y circunstancias que se vivían. De este modo, han surgido distintas tendencias que han influido en la apariencia de las personas, sobre todo en la de las mujeres.
Debemos tener cuidado con estos patrones establecidos, ya que siempre se presentarán inalcanzables y pueden conllevar problemas de autoestima o incluso alteraciones mentales.
En este artículo veremos en qué consisten los cánones de belleza y haremos un repaso por los ideales de belleza de los distintos periodos históricos.
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¿Qué entendemos por cánones de belleza?
Los cánones de belleza se definen como el conjunto de características del aspecto de un objeto o de una persona que la sociedad percibe y valora como bellos o atractivos. Los rasgos físicos considerados bonitos o atractivos han ido variando a lo largo de la historia y son distintos también según cada cultura.
Así pues, aunque también podemos valorar la belleza de los objetos, es más habitual hablar de cánones de belleza de los individuos, tanto hombres como mujeres. Este patrón de belleza establecido afecta en muchos aspectos de nuestra vida y cómo no a nuestra autoestima, influye en nuestra manera de vestir, de peinarnos, o incluso puede incidir en qué comemos y en cuánto deporte hacemos.
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¿A quién afectan los cánones de belleza?
Como ya hemos planteado en el apartado anterior, cuando nos referimos a cánones de belleza normalmente hablamos de apariencia física de las personas, ya que a ellas son a quienes realmente afectan estas valoraciones del ideal de belleza. Asimismo, aunque actualmente el hombre también se ve influido por cómo debe ser su cuerpo y su aspecto idóneo, han sido desde siempre las mujeres las más afectadas y críticas por su apariencia física.
El problema de estos patrones o características de belleza es que son inalcanzables y que no permiten que nadie nunca esté conforme, puesto que siempre se podrá mejorar o perfeccionar. Se crean así esclavos de estas estéticas irreales.
Es sorprendente ver cómo una imagen impuesta por la sociedad, que puede no estar acorde con nuestros gustos, puede repercutir en nuestra autoestima y hace que nunca estamos conformes; entramos en un círculo vicioso en el que siempre querremos más belleza, influidos por la sociedad que también nos enseña a nunca conformarnos y que siempre podemos ser mejores.
Estas exigencias de belleza marcadas por la sociedad son una gran carga que afectan cada vez a edades más tempranas, dándole una importancia superior al físico respecto a cualquier otra característica. Debemos ir con cuidado, porque las consecuencias de estos ideales pueden ser muy peligrosos afectando incluso a la salud mental del sujeto.
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Evolución de los cánones de belleza en la Historia
Los cánones de belleza no son estables al largo del tiempo, sino que van variando según la época. La rapidez con la que han ido modificándose también ha sido distinta, y actualmente nos encontramos con un ritmo de cambio más acelerado.
Asimismo, el modo de dar a conocer y hacer llegar los cánones a la sociedad también ha variado. Antes era habitual encontrarlos representados en pinturas o esculturas o descritos en novelas, es decir, en el arte, pero actualmente las nuevas tecnologías permiten que estos lleguen rápidamente a todos las personas, siendo más fácil que todo el mundo muestre su imagen.
1. Época prehistórica
Gracias a distintos descubrimientos arqueológicos como es el caso de la famosa Venus de Willendorf, estatua pequeña de una mujer descubierta en Austria y que data de hace 22.000 a 24.000 años atrás, podemos deducir que la belleza en las mujeres se representaba con cuerpos grandes y redondos, con voluminosos pechos y caderas anchas, características que se vinculaban con la fertilidad y una mayor probabilidad de no tener complicaciones en el parto.
2. Edad Media
En la Edad Media el ideal de belleza se ve influido por la creencia en Dios. Con el surgimiento de la fe cristiana las personas conciben la creación del ser humano a manos de Dios, siendo este último quien da lugar a la belleza. En esta época también empieza a valorarse otro tipo de belleza como es la belleza interior, la parte espiritual del sujeto.
En las pinturas de este periodo histórico observamos que las mujeres atractivas eran representadas con piel blanca, pelo rubio largo, nariz y ojos pequeños, mejillas rosadas, cuerpo delgado, pechos pequeños y cadera estrecha. Tampoco se utilizaba mucho maquillaje, ya que se buscaba una belleza natural, tal como había sido creada por Dios.
En lo referente al sexo masculino, el hombre ideal se representaba viril y con un físico militar, preparado para el combate; así, se pintaban hombres atléticos y fuertes, con hombros anchos y caderas estrechas, piernas largas y delgadas y con los gemelos desarrollados.
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3. Renacimiento
El Renacimiento (siglo XV-XVI), pese a mostrar algunas diferencias con la época anterior, mantiene algunas características en el estilo de belleza como la piel blanca, aunque en este periodo histórico las mujeres se muestran con cuerpos y caderas un poco más redondeadas. También encontramos diferencias en los vestidos, siendo estos más ostentosos.
Aunque aún hay influencia de la religión y de la época anterior, se empiezan a representar cuerpos ligeros de ropa, desnudos, tanto en pinturas como en las esculturas; este es el caso del David de Miguel Ángel o del nacimiento de Venus y del hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci. Es curioso cómo estos autores empiezan a considerar medidas y proporciones propias de las matemáticas para crear una estética atractiva.
4. Barroco
Durante el Barroco (XVII- XVIII) se mantienen mayoritariamente las características del Renacimiento, pero se introduce una estética más pomposa, del mismo modo que la decoración en esa época, más recargada. Era típico utilizar pelucas, corsés y potentes perfume y se empieza a utilizar más el maquillaje. Era habitual pintarse un lunar, tanto los hombres como las mujeres.
Un pintor destacado fue Peter Paul Rubens, quien representaba a las mujeres de forma sensual y a los hombres con cuerpos musculosos, aunque en ambos casos no eran cuerpos delgados sino con carne y con curvas.
5. Época Victoriana
En la época Victoriana (1837-1901) los rasgos de belleza buscados por las mujeres eran tez blanca con cara enfermizo, ojos llorosos y saltones. En esta época los hombres ya no utilizan maquillaje, viéndose también reducido el uso en las mujeres, pues este se asociaba con la prostitución y vulgaridad.
Para buscar el aspecto deseado se empieza a hacer uso de cremas y remedios naturales de dudosa eficacia que incluso podían perjudicar su salud, como por ejemplo beber vinagre para conservar y marcar aún más la apariencia enfermiza y frágil o ponerse Belladona en los ojos, que era un veneno que utilizaban para mantener los ojos rojos. En referencia al cabello también era habitual hacer servir aceites para mantenerlo brillante y largo, y normalmente se llevaba recogido con bucles y trenzas.
Una figura importante en esta época fue la escritora Jane Austen, quien presentaba como protagonistas de sus obras a mujeres fuertes y de aspecto natural. Las mujeres se muestran más liberadas no solo estéticamente sino también en el ámbito social, aunque como hemos dicho seguían esclavas de la estética, ya que disminuyeron el maquillaje, pero aumentaron el uso de productos de cosmética o el uso del corsé.
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6. Siglo XX
Durante los años 20 pierden popularidad los corsés y las mujeres muestran un aspecto más sencillo; era habitual llevar el pelo corto y ropa de talle recto. En cuanto al maquillaje, se utilizaban tonos oscuros tanto en los ojos como en los labios y mantenían la preferencia por la piel blanca, con las cejas rectas o caídas.
En los años 30 se busca una estética más femenina marcándose más los ojos, los pómulos, las cejas más arqueadas y finas, se empieza a utilizar el eyeliner y se sigue manteniendo el pelo corto pero de un color más claro. Referente a los vestidos estos son más entallados, ciñéndose más a la figura.
Los años 40 están marcados por la Segunda Guerra Mundial; de este modo la apariencia física pierde importancia y dada la escasez de materia prima muchas mujeres se fabrican su propia ropa. El eyeliner se vuelve más grueso, igual que el pintalabios, que busca una apariencia más carnosa. El pelo normalmente se lleva recogido con ondas.
En los años 50 la imagen ejemplar de la mujer consiste en ser una buena esposa, una buena madre capaz de llevar una buena organización y limpieza de la casa, siempre manteniendo un aspecto propio impecable. También aparecen las primeras “sex symbols”, como es el caso de Marilyn Monroe a finales de este año. Se mantiene el eyeliner marcado, aunque eran habituales cejas de mayor grosor.
Durante los años 60 era característica una estética juvenil, con un maquillaje marcado en los ojos, largas pestañas (muchas veces postizas) y labios suaves. Se promueve el pelo con volumen (también era típico utilizar postizos) y flequillos largos. En lo referente a la moda, eran comunes las minifaldas y los vestidos en forma de campana combinados con botas.
En los años 70 se da una ampliación de las distintas tendencias de moda, apareciendo diversas como el rock, punk o hippie. Empieza la lucha por los derechos de la mujer, la liberación sexual y una concepción de la belleza más natural y espiritual.
En los años 80 sigue la diversificación de estilos, dando lugar a más tribus urbanas, como la del heavy metal o las nuevas formas de punk. Empieza a haber influencia de los Estados Unidos, propia de las series de televisión, con una imagen muy colorida tanto de la ropa como del maquillaje y el pelo con mucho volumen usando la laca.
Durante los años 90 se mantiene diversidad estética, pero se busca mayor comodidad de la ropa, más simple y menos llamativa. El cabello se podía llevar tanto suelto como en una coleta alta y eran típicas las mechas rubias.
7. Actualidad
Actualmente los cánones de belleza nos presentan un cuerpo atlético y delgado que se consigue con una buena alimentación y ejercicio físico, es decir, con vida sana. La mujer físicamente ideal es alta, delgada y con largas piernas y vientre plano, cintura pequeña y grandes pero firmes pechos, las típicas medidas 90-60-90. Si nos centramos en la cara, se busca una apariencia juvenil sin arrugas, ojos grandes, labios carnosos, nariz pequeña, piel bronceada y melena larga.
En cuanto a los hombres estos también se empiezan a preocupar más por su aspecto buscando estar musculosos, sin barriga, dándole del mismo modo importancia al pelo y a la depilación corporal.