¿Cómo evitar caer siempre en la impulsividad?
La impulsividad es la predisposición a actuar rápidamente y sin pensar antes en las consecuencias negativas de los propios actos. En algunos contextos resulta útil, porque a veces detenerse a pensar en qué decisión tomar es contraproducente; sin embargo, hay quienes sistemáticamente caen siempre en la impulsividad, lo cual es un problema.
Las personas impulsivas tienen verdaderos problemas para comportarse de manera adecuada a las exigencias de una situación social determinada, lo que afecta de manera decisiva a su salud mental. Por eso, los profesionales de la psicología han establecido una serie de pautas que se utilizan en psicoterapia pero que, en su versión simplificada, pueden ser aplicadas por personas impulsivas que quieran mejorar sus hábitos desadaptativos.
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¿Cómo evitar caer en la impulsividad una y otra vez?
Estos son algunos consejos generales para no caer una y otra vez en los patrones de conducta impulsivos.
1. Identificar el origen
Identificar en todo momento el origen o el detonante de nuestra impulsividad es esencial para aprender a controlar nuestra conducta y a comportarnos correctamente en cualquier contexto social en el que nos encontremos.
Esta identificación de situaciones, contextos, estímulos o momentos en los que somos más propensos a actuar compulsivamente nos permitirá conocernos mejor a nosotros mismos y nos ayudará a dar solución a nuestra impulsividad en su etapa más inicial.
Esta identificación puede hacerse de muchas formas, la más común consiste en apuntar todos los detonantes que nos provocan la impulsividad en un papel, y nos permitirá evitar cualquier situación crítica o bien trabajar para superar dicho problema.
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2. Aprender mecanismos de relajación
Si eres de las personas que tiene problemas de impulsividad, otra de las estrategias que pueden servirte para mejorar tu problemática es el entrenamiento y aprendizaje en diversas técnicas de relajación.
Algunos de los mecanismos de relajación más habituales que podemos aprender son el Mindfulness o técnica de la atención plena, el yoga o la relajación muscular progresiva.
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3. Realizar respiraciones profundas
Aprender a realizar respiraciones profundas y conscientes en momentos determinados es una de las mejores formas de relajarnos y tomar el control de la situación en casi cualquier momento.
La respiración profunda propia del Mindfulness nos ayuda a reducir las pulsaciones y mantenernos suficientemente calmados para reaccionar de manera adaptativa a cualquier situación.
4. Crear pautas de actuación
Establecer pautas de comportamiento claras y estructuradas de antemano para llevar a cabo en situaciones estresantes que puedan precipitarnos hacia la impulsividad es una muy buena forma de entrenarnos a nivel conductual para superar a largo plazo la impulsividad.
Estas pautas son un conjunto de acciones que debemos memorizar y poner en práctica en caso de atravesar por un episodio de impulsividad; así sabremos en todo momento qué hacer si esto ocurre y con el tiempo interiorizamos cada una de dichas acciones hasta que se conviertan en una respuesta natural.
5. Poner en práctica hábitos de vida saludables
Unos hábitos de vida saludables puestos en práctica diariamente nos ayudarán a tener una vida más relajada y controlada, con la que podremos evitar con mayor seguridad cualquier tipo de impulsividad en el día a día. Esto se debe a que cuanto mejor estemos físicamente, meos vulnerables seremos al estrés y a la ansiedad.
Estos hábitos de vida son muy diversos e incluyen dormir un número adecuado de horas para descansar correctamente, levantarnos y acostarnos a la misma hora todos los días, tener una dieta equilibrada y realizar actividad física frecuentemente.
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6. Evitar situaciones estresantes innecesarias
Una vez sepamos qué situaciones nos hacen perder el control y cuáles son los detonantes principales de nuestra impulsividad, debemos evitar diariamente todas aquellas situaciones que nos hagan sentir estrés.
Esto puede lograrse también manteniendo un horario de tareas diarias o semanales organizado que nos permita completar con éxito todas nuestras obligaciones sin prisa pero sin pausa, y sin ceder a las metas a muy corto plazo que eclipsarían las metas a medio y largo plazo.
7. Tener un diario emocional
Como se ha indicado, apuntar diariamente las situaciones o detonantes que nos empujan a ser impulsivos puede ser una buena forma de conocernos a nosotros mismos y de empezar a superar nuestro problema.
Esta estrategia es conocida como “diario emocional” y consiste en detallar por escrito los sentimientos negativos y positivos que podemos sentir durante los períodos emocionalmente intensos, para reconocerlos y aprender a comprenderlos y/o superarlos.
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