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Alfabetismo digital: qué es, características, y para qué sirve


El alfabetismo digital es un concepto importante para comprender la realidad de hasta qué puto todos los segmentos de la sociedad son capaces de desenvolverse bien con el uso de dispositivos electrónicos conectados a Internet.

En este artículo exploraremos este concepto de alfabetismo digital y veremos qué elementos lo componen y cómo se relaciona con la detección de información falsa en la red.

¿Qué es el alfabetismo digital?

El alfabetismo digital se define como la capacidad de acceder, administrar, comprender, integrar, comunicar, evaluar y crear información de manera segura y adecuada a través de tecnologías digitales. Esto significa que va más allá de la capacidad de usar de manera básica un celular o computador.

Para lograr la lectura y la escritura de medios digitales desde múltiples medios como la televisión, los computadores, las tabletas y los teléfonos inteligentes y a través de distintas formas como textos escritos, gráficos, infografías, audios, videos, hipertextos o combinación de estos, es necesario tener en cuenta que las personas requieren diversos conceptos de aprendizaje tales como alfabetización tecnológica, alfabetización mediática, alfabetización multimedia o alfabetización informática.

Esta situación hace que las personas que no se encuentren capacitadas en las Tecnología de Información y Comunicaciones, en su mundo laboral, educativo, social e incluso personal se conviertan en una clase marginada de la ciudadanía, y por lo tanto tienen menos posibilidades para desarrollarse y desenvolverse en todos los niveles sociales y laborales. Esta brecha es mucho más grande en los países pobres y en los sectores donde el desarrollo de las ciudades es mucho más avanzado que en los pueblos y zonas rurales, donde no se tiene la infraestructura tecnológica ni el conocimiento.

En estos dos últimos años los déficits en la alfabetización digital han tomado protagonismo debido a las consecuencias de hacinamiento por la pandemia del COVID19, ya que muchas actividades de la educación y el trabajo debieron ser trasladados a la modalidad virtual o el teletrabajo, ante la imposibilidad de desplazarse a los centros educativos y a los sitios de trabajos de manera presencial. Aunque por otro lado es indudable que con la pandemia en plena expansión hubiera sido imposible pensar el mundo sin informática, sin escenarios de teletrabajo, sin escuelas en línea o sin apps para disminuir el impacto de la falta de educación o trabajo para las personas que tienen acceso a la tecnología digital.

Competencia digital y competencia informática

Es necesario realizar una diferenciación para lograr el alfabetismo digital y conocer el papel de la formación en el funcionamiento de la sociedad. Por un lado, se requiere tener conocimientos básicos como saber utilizar el correo electrónico, la hoja de cálculo o un editor de textos, los cuales conforman conocimientos denominados “competencia digital” (Digital Literacy) y son básicos en el siglo XXI, pero no suficientes para una sociedad competitiva como la actual, particularmente en ciertas profesiones.

Por otro lado, en cada profesión se resuelve un tipo de problema, y la mayoría de los problemas admiten muchas formas de ser solucionados, pero no todas las soluciones pueden ser implementadas en un computador. Es necesario tener en cuenta que se debe hacer más énfasis en el conocimiento de informática (hardware, redes, bases de datos, programación, aplicaciones) necesario para desarrollar estas ideas. A esta doble visión (manera de pensar y conocimiento de las bases de la informática) se le suele denominar “competencia informática”.

Alfabetización digital

¿Cuál es la importancia del alfabetismo digital en la actualidad?

La falta de alfabetismo digital ha sido descrita como un elemento que ha afectado la comunicación en el contexto de fenómenos recientes como las noticias falsas de las vacunas para el COVID 19 y las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos.

De hecho, existen diversos estudios que indican la existencia de factores que podrían indicar una relación entre el analfabetismo digital y la tendencia a compartir información no fiable en las redes sociales.

A partir de la teoría del déficit, se considera que las personas que pueden caer en "bulos" e información falsa son quienes no tienen el suficiente nivel de conocimiento para lograr distinguir entre la información veraz y la información falsa. En esta dimensión, se hace importante también considerar la posible ausencia alfabetismo científico y el alfabetismo mediático.

Una de las razones principales por las cuales los adultos mayores podrían creer noticias falsas es que los adultos mayores pueden tener un nivel menor de alfabetismo digital, científico y mediático, lo cual podría hacer que las personas tengan dificultades para identificar contenidos con información falsa, como imágenes que han sido editadas. Se podría considerar que un incremento en el alfabetismo digital podría ayudar a la reducción de los titulares de noticias falsas.

Otra teoría plantea que las personas pueden creer información falsa que se asimila a sus creencias preexistentes o a su visión del mundo. De la misma forma, una creencia excesiva en el conocimiento propio (viéndolo superior al del resto) y la tendencia a la receptividad de contenido pseudo-profundo (es decir, contenido que tiene una cantidad elevada de palabras que podrían no tener ningún significado concreto en una frase) pueden predisponer a las personas a creer en las noticias falsas.

De esta forma, estas personas podrían tener dificultades para identificar falta de precisión del contenido que encuentran en la información de las redes sociales, la cual hace que "encaje" en todo tipo de sistemas de creencias.

¿Una menor predisposición a difundir "bulos" online?

Se ha pensado por cierto tiempo que los usuarios de las redes sociales con un nivel bajo de alfabetismo digital pueden ser más propensos a ser engañados a partir de la desinformación virtual. Sin embargo, el hecho de ser alguien alfabetizado digital no necesariamente implica que esa persona esté interesada en compartir información veraz en las redes sociales, revelando que existe una desconexión entre la información veraz y las intenciones de difundir contenido en las redes.

En el estudio realizo por Sirlin y sus colaboradores en MIT el año 2020, se utilizaron dos medidas para medir la relación entre el alfabetismo digital y la tendencia a compartir información veraz en las redes.

La primera medida de alfabetismo digital está basada en la definición tradicional de este concepto, la cual se centra en tener habilidades digitales básicas requeridas para encontrar exitosamente información en Internet. Para medirla, se utilizó un cuestionario con preguntas referentes a términos de Internet y actitudes hacia la tecnología.

Un segundo cuestionario se enfocó directamente en el alfabetismo en las redes sociales, y mide este constructo a partir de preguntas en las que se cuestiona a los usuarios sobre la información que deciden compartir en las redes sociales. Esta metodología permitiría identificar la susceptibilidad de las personas a las noticias falsas en las redes sociales: si una persona no es capaz de identificar que no existen estándares editoriales para compartir información en las redes sociales, habría un nivel menor de escepticismo frente a la calidad de la información que se comparte en las redes.

Hallazgos de las investigaciones

La primera conclusión del estudio indica que un mayor nivel de alfabetismo digital posibilita que las personas tengan un mayor discernimiento frente a la información falsa y verdadera. Se pudo encontrar que hay una correlación entre estar familiarizado con Internet y estar en la capacidad de entender el algoritmo de las noticias de Facebook. El tamaño de esta correlación también es comparable con la correlación encontrada con el conocimiento procedimental de las noticias y con el pensamiento analítico.

Un segundo hallazgo permitió observar que los usuarios de la red más alfabetizados digitalmente no tienen mayor discernimiento de las noticias verdaderas y las falsas. Tampoco se encuentra una correlación importante entre la familiaridad y el conocimiento de la Internet con el conocimiento procedimental de las noticias o con el pensamiento analítico, situación que puede resultar curiosa debido a que usualmente se ha encontrado una relación importante entre el pensamiento analítico y el discernimiento de las noticias falsas en el mundo virtual.

Un tercer hallazgo de este estudio se centró en observar si la ideología política de los participantes (republicana o demócrata, para el caso de este estudio) puede determinar la tendencia a creer y compartir información falsa en el mundo virtual. Fue posible identificar que no existe evidencia para justificar una relación entre la afiliación a una ideología política concreta y el discernimiento de la información veraz o la capacidad de elegir información veraz en las redes sociales.

A pesar de que no se observó que desarrollar el alfabetismo digital garantice un mayor discernimiento sobre qué compartir en las redes sociales, esto contrasta con la utilidad del conocimiento procedimental de las noticias, que se adquiere a partir de la práctica, y que sí se relaciona de forma positiva con la capacidad de identificar información falsa en los medios virtuales y con las intenciones de compartir información verdadera.

Este hecho permitiría concluir que es preferible enfocarse en intervenciones educativas en las que prime el desarrollo del conocimiento procedimental de las noticias, el cual se desarrollaría a través de la práctica y que no se adquiere de forma necesariamente consciente, más allá del alfabetismo digital. para evitar la proliferación de información falsa en las redes.

Esto podría implicar que aunque el desarrollo del alfabetismo digital se hace necesario en contextos en los cuales la tecnología se necesita para garantizar mejores condiciones de vida para las personas, es también esencial complementar este trabajo con la educación para discernir entre la información verdadera y falsa en tiempos en los cuales la falta de información puede terminar afectando a las personas en mayor medida, más en contextos como el de la pandemia del coronavirus, en el cual las personas se pueden ver orientadas a tomar decisiones que afectan directamente la salud por la presencia de un sesgo informativo.