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¿Por qué el 92% de las personas no alcanza sus metas?


Para muchas personas del hemisferio norte del planeta septiembre es, mentalmente, el mes en el que realmente se inicia el año.

Esto se debe a que con él se retoma la actividad laboral y escolar tras un largo parón veraniego en el que se descansa, se desconecta, propiciando una reorganización, en muchos casos, de ideas, planes y aspiraciones. Se trata, por tanto, de una fecha en la que, como el día de Año Nuevo, se fijan metas y propósitos tales como dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, aprender un nuevo idioma o cambiar de trabajo, entre muchos otros.

Sea cuando sea cuando se marquen las metas a alcanzar, lo que ha detectado un estudio de la Universidad de Scranton en Pensilvania es que solo el 8% de las personas que se marcan esos propósitos o metas, los consiguen. ¿Qué ocurre para que el porcentaje de fracasos sea tan elevado?

A continuación te desgranamos las principales razones por los que los propósitos se hunden, en muchos casos, poco después de zarpar.

Razones por las que no se alcanzan las metas

Este es un resumen de las principanes razones por las que la consecución de metas no de desarrolla bien.

1. Falta de concreción

Hay que concretar. De hecho, el no ser concretos a la hora de definir una meta es prácticamente lo que hace que fracase.

Nuestra mente necesita líneas claras, no etéreas. Por ello es fundamental que el objetivo a alcanzar sea lo más específico posible, que se pueda medir su proceso en el tiempo para ver realmente una evolución, y que sea alcanzable.

‘Me gustaría tener más dinero’ es algo demasiado impreciso. Igual ‘querría ahorrar más mes a mes’ o ‘intentar no malgastar mi sueldo’ puede ser más fácil de visualizar, así como de medir y, en definitiva, es más probable que se consiga.

Obstáculos ante las metas

2. Falta de mentalidad

Queda muy bien decir ‘estoy harto de este trabajo y este año voy a cambiar’, pero si realmente no te ves en el nuevo trabajo, y de hecho no tienes claro cómo quieres que sea ese nuevo puesto, tu mente no lo verá. Sea cual sea tu meta, tu mente debe estar totalmente convencida de qué es lo que quieres y que vas a por ello.

3. Moverse en escalas de grises

Como se suele decir de forma común ‘hasta que no le vemos las orejas al lobo’ muchas veces no hacemos las cosas. ¿Cuántas personas que nunca han logrado dejar de fumar no lo consiguen hasta que no les detectan una patología asociada a su hábito? Para alcanzar las metas hay que trabajar con blancos y negros, nada de grises, porque si no, nuestra determinación decae.

Así, dejar de fumar será igual de motivador si lo visualizamos desde lo mejor que nos traerá abandonar ese hábito (ahorraremos dinero, podremos hacer deporte sin ahogarnos , probablemente nuestros análisis de salud mejoren, etc.) como desde lo peor de mantenerlo (es muy probable que me de un infarto, estoy derrochando dinero que podría invertir en otras cosas, seguiré sin poder ni jugar un poco al fútbol con mi hijo porque me ahogo, etc.).

4. Pérdida de foco

Esta razón está estrechamente relacionada con la falta de mentalidad. Hay que estar completamente enfocado en la meta para poder lograrla. El camino para alcanzar nuestra meta está dentro del maremagnum de un día a día lleno de obligaciones (trabajo, casa, hijos…) y distracciones (ver la televisión, redes sociales, quedar con los amigos…) que muchas veces se usan como excusas para ir dejando de lado el objetivo a lograr.

Si quieres enfocarte plenamente en un propósito, inclúyelo como una ‘obligación’ en tu día a día. Al principio lo verás así, como algo obligado, pero poco a poco se convertirá en rutina, será algo natural y le encontrarás hueco sin problema en tus quehaceres cotidianos.

5. Ausencia de apoyo

Una meta es algo muy personal y la mayor parte de las veces se marca en la cabeza de uno pero no se comparte, lo que hace más difícil, y casi imposible, conseguirla. Compartirla con familiares y amigos cercanos, dejar clara su definición e, incluso, implicarlos en alguna medida, es mucho más positivo: un camino acompañado siempre es mucho más fácil.

Coaching: la herramienta perfecta para alcanzar metas

El listado anterior de impedimentos que hacen que el 92% de las personas que se marquen un propósito no lo consigan, puede ser completamente desactivado con la ayuda de un coach profesional. No hay que olvidar que la base del coaching es llevar un sujeto de un punto A o estado actual a un punto B o estado deseado, lo que demuestra que son los profesionales más capaces para guiar a las personas para alcanzar sus metas.

Eso sí, no acudas en busca de un coach para que te diga y te haga lo que tú debes hacer para conseguir tu propósito. Su cometido es ayudarte a detectar y enseñarte a derribar los impedimentos que no dejan que la meta sea alcanzada.

En definitiva, el trabajo del coach es guiarte para descubrir ‘los secretos’ de ese 8% de individuos que sí logran alcanzar las metas que se marcan:

  • Mentalidad de Titán: enfocarse completamente y absolutamente en lo que se desea.
  • Propósito de sabiduría: tener claro que nuestro propósito va más allá de satisfacer solo nuestro EGO, es más grande que nosotros mismos.
  • Planificación analítica: trazar un plan definido y cuantificable de los pasos a seguir.
  • Acción: hacer, hacer y hacer continuamente.

Al haber tantas metas como deseos y personas existen, el coaching es una profesión que tiene un enorme potencial. Recuerda que en D’Arte Human & Business School te ofrecemos formación certificada y de calidad para convertirte en un agente de cambio capaz de lograr su propias metas mientras guías a los demás a conseguir las suyas.