Precariado: la nueva clase social de los jóvenes esclavizados
El precariado es un término moderno conceptualizado por el economista Guy Standing en el año 2011, cuando la crisis económica mundial se había consolidado y agudizado en el llamado Primer Mundo o economías desarrolladas como España, Francia o incluso Alemania, motor económico de Europa.
De algún modo, el precariado se erige como una nueva clase emergente, un nuevo fenómeno de masas que requiere, según los expertos, de una atención urgente para poder resolver potenciales crisis para las siguientes décadas. Ya no sólo es cuestión de necesidades económicas de personas individuales, sino que la complejidad vendrá dada de no poder garantizar unos mínimos de bienestar social.
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¿En qué consiste exactamente el precariado?
Textualmente, el precariado es un híbrido entre los conceptos de la precariedad y el proletariado, dado que es una clase trabajadora de clase media o baja, cuyas aspiraciones económicas nos se ven correspondidas con su éxito al encontrar trabajo, y vive en la inestabilidad que genera actualmente el mercado laboral.
Precariedado por las siguientes razones: esta nueva clase se enfrenta a una inseguridad laboral sin precedentes, a una volatilidad del mercado laboral y a una indefinición y clasificación de una identidad concreta como clase trabajadora.
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Causas que han dado lugar al fenómeno
Algunos expertos economistas y analistas políticos como el mencionado guy Standing, padre de la definición, el reputado doctor en economía Santiago Niño Becerra o el profesor José María Gay de Liébana entre otros, apuntan directamente al sistema capitalista en general, y al sistema de Globalización en particular.
En cierto sentido, el precariado se sitúa incluso por debajo de los pobres que trabajan muchas horas y la relación fuerza de trabajo/remuneración salarial tiene un desajuste, ya que en algunos casos no cobra lo estipulado por ley, tal y como ocurre en el caso de los becarios o aquellos trabajadores que necesitan realizar pluriempleo y que ni en tal caso consiguen llegar a un mínimo para costearse la vida.
La Globalización Mundial ha hecho que esta nueva clase social se extienda por todo el globo, por sus políticas económicas asimétricas, sus condiciones laborales extremadamente penosas en algunos casos y su política de libre circulación de personas; las migraciones son otro mecanismo de perpetuación del precariado.
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Los 3 tipos del precariado
Dentro de este preocupante fenómeno, se encuentran diferentes tipos de clasificación según la naturaleza del precariado. Son los siguientes.
1. Jóvenes inmigrantes
Este grupo responde a aquella generación de jóvenes que han tenido que emigrar de sus países de origen por falta de garantías sociales como sanidad pública, educativa y, como no, de falta de oferta de trabajo. El problema es que el país de destino cuenta con la misma complejidad.
2. Jóvenes con títulos universitarios
En este caso la situación es todavía más grave. Aquí las generaciones más preparadas de la historia, cuentan con una educación y conocimientos que superan o sobrepasan las necesidades del mercado laboral. Esto es, que llegan a ser tan excelentes en sus aptitudes, que quedan excluidos de la oferta profesional. En este contexto, su reacción ante el panorama laboral puede ser de una gran frustración o, en el otro extremo, de un sentimiento de resignación que Bertrand Regader definió como ''síndrome del esclavo satisfecho''.
3. Los seniors
Seguramente sea el caso más urgente que atender. Los seniors son aquellos individuos de edad avanzada, entre los 40 y 55 años, que se han quedado fuera del mercado laboral al no cumplir con los requisitos que reclama la economía moderna (tecnologías, desplazamientos).
¿Qué tienen en común estos grupos?
Como ya hemos apuntado anteriormente, el precariado es un grupo socio-económico que se caracteriza por rasgos distintivos: la inestabilidad laboral (no consiguen tener contratos fijos), la remuneración por su trabajo carece de garantías sociales (se les paga por debajo de lo legal en la mayoría de casos) y también están privados de algunos privilegios civiles como son las vacaciones pagadas o días de permiso de los que sí disfruta el resto de la sociedad.
A diferencia de la clase trabajadora típica de la época de la revolución industrial, el precariado tiene aún menos seguridad de encontrar trabajo, y los ámbitos en los que pueden llegar a trabajar son tan inestables que en cuestión de pocos años sus aptitudes pueden ser insuficientes para el puesto de trabajo que han estado ocupando.
La renta universal como posible y única solución
En distintas reuniones de círculos económicos, foros mundiales de desarrollo y demás eventos de carácter socio-político, y todos los gobiernos nacionales admiten no saber cómo afrontar el próximo desafío del S.XXI. La población mundial va en aumento, la fuerza humana se está volviendo prescindible y los recursos escasean.
Y es en este punto donde los políticos se encuentran con un muro a menudo infranqueable a la hora de abordar la problemática, y es la de convencer a las entidades financieras y empresariales de la necesidad de hacer un cambio de modelo en los sistemas de producción.
La globalización responde al capitalismo, que al mismo tiempo se nutre de una ideología neoliberal que fomenta la competitividad feroz a nivel nacional, tanto en el ámbito estrictamente profesional como en el personal. Esto resulta en disminución de salarios, mayor durabilidad en la jornada de trabajo y una transformación constante del mercado laboral, lo que supone la actualización constante (y que no siempre es posible) por parte del trabajador.
En este sentido, Standing, el autor del libro El precariado, una nueva clase social, visualiza un futuro violento y oscuro para este fenómeno, apelando a una única solución: la renta básica universal como un nuevo derecho fundamental que puede garantizar un mínimo de ingresos monetarios para aquellos individuos que se identifiquen dentro de este grupo socio-económico.