¿Cuál es la duración de la pasión en las parejas?
El amor es un concepto universal que hace referencia a la afinidad entre seres. Además, en la mayoría de culturas se considera un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, resultado de una serie de conductas, emociones y experiencias entre dos o más personas. El amor puede ser romántico, familiar, amistoso, platónico e, incluso, dirigido a una entidad divina (devoción). Este conjunto de emociones y sentimientos puede adoptar muchas formas en el espacio y el tiempo, pero siempre se asocia a la virtud y el afecto entre humanos.
En los medios divulgativos, se suele decir que la pasión en la pareja dura de 8 meses a 3 años, con intervalos variables dependiendo de la fuente consultada. Estudios estadísticos pueden dilucidar, mediante preguntas y cuestionarios, cómo perciben el amor las distintas personas, pero no todo es tan sencillo. El concepto de “amor” es tan etéreo, propio e intransferible que sus componentes serán tan variables como personas que viven en el mundo.
Aquí abandonaremos el terreno de las cifras. Con una vista fisiológica y filosófica, intentemos darle la respuesta a la eterna pregunta de los recién enamorados: ¿cuál es la duración de la pasión en las parejas?
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La pasión fisiológica
El interesante estudio “Intense, Passionate, Romantic Love: A Natural Addiction?”, publicado en la revista Frontiers of Psychology en el año 2016, postula que la pasión en la relación de pareja es una adicción natural, presumiblemente heredada de los mecanismos reproductivos en otros mamíferos. Esta teoría no va mal encaminada: mediante estudios neurológicos, se ha demostrado que el sistema de recompensa está conectado al sentimiento del amor.
De todas formas, puede que el sistema de recompensa te suene por connotaciones mucho más negativas. Cuando un ser humano consume una droga (como la heroína) se produce una estimulación neuronal desmedida en el núcleo accumbens (NAc) y el área tegmental ventral (ATV), lo cual provoca una característica liberación de dopamina, que nos hace sentir eufóricos y “en una nube”. Se estima que una inyección de heroína aumenta la liberación de dopamina hasta 200 veces más en comparación con una situación de normalidad.
Además de las bases fisiológicas, cabe destacar que las parejas muestran, a un nivel objetivo, conductas y procesos que fuera de la relación se consideran como adictivos (registrándose incluso inmunosupresión física tras un rechazo). Se ha demostrado que los enamorados en fase pasional pueden desarrollar deseos vehementes (cravings) de ver a su pareja cuando no está, pues la interacción con ella deriva en un estado de euforia/intoxicación (rush) equiparable a muchas actividades potencialmente adictivas.
El problema del circuito dopaminérgico de recompensa en las adicciones es que no es eterno: cada vez es necesaria más cantidad del estímulo externo para propiciar la liberación de dopamina, lo que se traduce en una resistencia. Por ello, ningún sentimiento de euforia dura para siempre y cada vez “se necesita más”.
La pasión filosófica
Es más que probable que el amor haya surgido como producto de una presión ambiental o la herencia evolutiva, pues todas nuestras conductas y sentimientos se explican, al menos en parte, por las percepciones y sistemas ya cimentados por los ancestros de la especie humana. De todas formas, no podemos olvidarnos de que somos tan “mente” como “cuerpo”, y por ello, la pasión no se puede explicar solo en el terreno físico.
Con base en esta premisa, los modelos filosóficos más famosos han escindido el amor en 3 fases o componentes diferentes. te los contamos de forma somera.
1. Eros (pasión y enamoramiento)
Eros representa el deseo, la pasión pura e incansable, el sexo, la sugerencia, “el cortejo” y todo lo que conlleva. Como la necesidad sexual es relativamente fácil de satisfacer, los enamorados recién encontrados buscan constantemente el alivio más carnal, pues el bienestar termina tan pronto como finaliza el encuentro sexual. Dicho de otro modo, Eros representa la fantasía y el deseo más inmediatos en una relación de pareja.
2. Philia (amor-amistad)
Philia es el amor de amistad, que puede estar basado en la consanguinidad (familiar) o tratarse de un constructo elegido por el individuo. Philia se basa en conocer a la otra persona, interesarse por sus cualidades y lo que tiene que decir, el respeto, el diálogo, la simpatía y, sobre todo, la reciprocidad.
La concepción general del amor indica que la pasión tal y como la conocemos está más presente en Eros y menos en Philia. Por ello, se suele decir que la fogosidad, el deseo sexual irrefrenable y la atracción eminentemente física desaparecen en 1 a 3 años tras el inicio de la relación. A medida que se descubre más de la pareja, la fascinación da lugar a la comprensión, que a la vez se ve acompañada de intimidad.
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3. Ágape (velar por el otro)
Ágape es probablemente lo que se puede considerar como la última fase del enamoramiento (u otro de sus componentes esenciales). Este término hace referencia al amor desinteresado, darlo todo por el otro, desear su bien y el concepto de “lo tuyo es mío”.
En la pareja, el Ágape es el componente que permite la construcción de un núcleo familiar en conjunto, la sobreposición a los problemas y la búsqueda de la felicidad de la persona amada. Este constructo casi nunca es el desencadenante de la formación de la pareja, pues surge con tiempo y consistencia.
Entonces, ¿cuánto dura la pasión en una pareja?
Las visiones deterministas de las parejas (y la propia mente humana) nos hacen querer compartimentalizar todo. Nos supondría muchos menos quebraderos de cabeza decir: “la pasión dura de 1 a 3 años, pues las reacciones neuronales a partir de este intervalo temporal cambian y, por tanto, el ser humano siente menos gratificación al ver a su pareja”. El lector se lleva una cifra de la lectura, pero estaríamos faltando a la verdad, o al menos a la parte filosófica de la misma.
La pasión puede fluctuar en el tiempo, pero Eros, Philia y Ágape se pueden concebir en el mismo intervalo temporal de la relación, independientemente del tiempo que haya pasado tras su concepción. Por otro lado, si una pareja no es compatible a nivel emocional, la atracción física solo puede llegar hasta cierto punto. La pasión sin amistad y empatía no llega lejos, igual que la falta de deseo sexual también puede ser motivo de ruptura.
Con todos estos términos tanto fisiológicos como filosóficos, he querido dejar claro que la pasión y el amor son conceptos mucho más complejos de lo que en un principio podría parecer. La fisiología del enamoramiento explica las conductas de tipo adictivo que tenemos en el inicio de la relación, pero son los constructos psicológicos los más atractivos a la hora de comprender su permanencia.