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​¿Qué es el Decrecimiento y cuáles son sus principios básicos?


Vivimos en un contexto económico en que prima el beneficio material, la productividad y la incesante lucha por conseguir más y más crecimiento y desarrollo.

Pero... ¿y si en lugar de crecer constantemente, dejamos de crecer? El Decrecimiento es un movimiento por el desarrollo económico de índole social. Nos encontramos ante una teoría anti crisis, cuyo objetivo es el de disminuir de forma óptima y responsable la producción, con el fin de conseguir un equilibrio entre producción/consumo y el uso de los recursos naturales que se necesitan para ello.

A continuación expondremos las ventajas y beneficios sociales que puede aportar el Decrecimiento, cuya difusión no ha tenido todo el apoyo esperado hasta nuestros días, donde los futuros retos serán los de abastecer de recursos a un mundo superpoblado.

¿En qué consiste el Decrecimiento?

Esta corriente surgió a finales del siglo XX de la mano del matemático y economista norteamericano Georgescu-Roegen. Sus exitosos estudios sobre economía sostenible y desarrollo le valieron para ser reconocido como el fundador y padre del decrecentismo.

Los pilares del Decrecimiento se basan en abandonar la absurda idea del crecimiento económico anual del que tanto escuchamos hablar en los noticiarios, y por lo que tanto abogan nuestros gobiernos. Por lo tanto, se está haciendo un esfuerzo en hablar más del decrecimiento voluntario. Esto es, trabajar menos horas y disfrutar de más tiempo libre.

Varios han sido los economistas que se han alineado con este pensamiento, pero el más influyente para dar a conocer esta teoría en la sociedad moderna, ha sido el francés Serge Latouche.

Para este autor, el decrecimiento en sí no supone ninguna tesis científica ni una revolución significativa. En sus propias palabras, es un simple y contundente concepto para llamar la atención del público mundial. Actualmente nos encontramos ante un grave problema de escasez de recursos primarios; científicos y expertos naturalistas alertan del riesgo a largo plazo si no se toman medidas urgentes en lo referente al consumo doméstico.

Por un crecimiento social

Latouche denuncia el alto compromiso con la economía de mercado en detrimento de la calidad en la sociedad. Hoy en día el crecimiento sólo se considera rentable si sus efectos influyen positivamente en los recursos naturales, las generaciones venideras, las y en las condiciones laborales de los trabajadores.

Para Serge Latouche la revolución cultural es la única alternativa. Tal y como explica en su obra “La apuesta por el Decrecimiento”, éste propone toda una serie de soluciones bajo el prefijo “re-”, que denotan repetición o retroceso, a los que ha bautizado como el modelo de las “8 R”:

1. Revaluar

Necesidad de redefinir los valores actuales, que son globalistas, consumistas y extremadamente consumistas por valores más locales, de cooperación económica y humanistas.

2. Reestructurar

Amoldar los medios de producción y las relaciones sociales a la nueva escala de valores redefinidos, como podría ser la combinación entre eco-eficiencia y valores voluntarios.

3. Redistribuir

Este concepto tiene dos finalidades. Por un lado pretende reducir de forma directa el poder y los medios de la clase consumidora mundial y, muy especialmente, de la oligarquía de los grandes depredadores. De otra manera, pretende reeducar a la población disminuyendo la invitación al consumo innecesario y ostentoso.

4. Relocalizar

El Decrecimiento pretende producir a nivel local, a través de negocios locales y con bienes esenciales para satisfacer las necesidades de la población. Sin pretender instaurar un sistema de fronteras, hay que limitarse a producir lo indispensable para la sociedad recuperando el anclaje territorial.

5. Reconceptualizar

El desarrollo actual sacrifica a la sociedad y su bienestar en favor de los “empresarios del desarrollo”. Dicho en otras palabras: de las multinacionales. Se trata de hacer un cambio de valores que reconduzca hacia una mirada diferente de la realidad actual, una realidad artificial del consumo. De este modo, hay que reconceptualizar la riqueza en relación a la pobreza o la escasez sobre la abundancia.

6. Reciclar

Alargar la vida de todos y cada uno de los productos que utilicemos y evitar el consumo irresponsable y despilfarro.

7. Reutilizar

Hacer un uso longevo de los productos materiales que compremos como la ropa, los electrodomésticos o el automóvil.

8. Reducir

La esencia primera y última del Decrecimiento. Reducir drásticamente el impacto en la biosfera de nuestra manera de producir y consumir. No sólo hay que disminuir nuestro consumo de los productos tangibles, sino en los intangibles de igual manera, como lo son las horas de trabajo y el consumo sanitario reduciendo la adquisición de los medicamentos y el abuso de los tratamientos médicos.

Otro elemento indispensable a reducir es el turismo de masas y la exageración del ocio constante. El espíritu humano es aventurero, pero la industria moderna ha exagerado esta necesidad mercantilizando al máximo nuestros impulsos viajeros.

El Decrecimiento como única solución

El Decrecimiento defiende un modelo económico para mejora de la calidad de vida de la mayoría. Entre algunas ideas, se resaltan las más importantes que rigen nuestras vidas y sentido de felicidad, que son el trabajo y el tiempo libre.

Una reducción de la jornada laboral conllevará a un aumento del tiempo de ocio y éste tenemos que emplearlo en la vida social y el ocio creativo versus el ocio consumista.