Las 12 habilidades de líder en la era digital
Para poder desempeñar un buen liderazgo en la era digital es necesario dominar todo tipo de habilidades relacionadas no únicamente con el manejo de las nuevas tecnologías en sí en un mercado que ya de por sí es muy inestable, sino conocer además cuál es la forma de actuar y colaborar de los trabajadores.
Vivimos en un momento en el que hay cinco generaciones distintas conviviendo en el mundo de los negocios, generaciones que piensan, actúan y se desenvuelven con las nuevas tecnologías de formas muy distintas. No tener en cuenta supone no saber a qué atenerse ya desde un principio.
A continuación descubriremos cuáles son las principales habilidades de líder en la era digital, todas ellas orientadas a poder sacar adelante todo tipo de empresas y contribuir a una buena cultura organizacional.
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Las aptitudes y habilidades del líder más importantes en la era digital
Para tener éxito en toda organización es necesario que quien está al frente de todo sepa ejercer un buen liderazgo. Para poder hacer de cualquier empresa una organización eficiente, productiva y con gran potencial es necesario saber y entender cómo se mueve el mercado en el que opera, un mercado que si ya antes de la aparición de las nuevas tecnologías era muy inestable, ahora lo es más en la era digital.
El contexto empresarial actual es cambiante, volátil complejo e incierto. Los líderes y ejecutivos de las organizaciones se enfrentan a situaciones desconocidas con frecuencia, muchas de ellas causantes de gran confusión y miedo, un miedo natural pero que de no saberse manejar implica la ruina. Por esto quienes están al frente de toda empresa deben tener en cuenta las siguientes habilidades de líder en la era digital.
1. Buena comunicación
Un líder en la era digital debe tener una buena capacidad de comunicación, clara, directa y eficiente. Sea ejecutivo, jefe del departamento o cualquier posición elevada, el líder debe actuar como una especie de director de comunicaciones cuyo objetivo es el de que los mensajes y directrices se transmitan dentro de la organización de forma completa, llegando con claridad y sin ambigüedades a los equipos que la conforman. Un mensaje claro y bien emitido permite saber al resto de profesionales qué se pide de ellos y cuáles son los objetivos a cumplir.
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2. Control del sentido de urgencia
En la era digital los tiempos de ejecución de los procesos se han acortado gracias a que se requieren de menos pasos. Esto a su vez ha hecho que los resultados finales sean pedidos para antes puesto que si se dispone de un método más rápido no hay necesidad de que se demoren tanto como antes. No obstante, a la hora de especificar los objetivos y necesidades de la empresa se deben tener claras cuáles son las prioridades y qué debe hacerse con urgencia.
El sentido de urgencia debe ser lógico y bien medido y es un aspecto que se debe tener en cuenta en la toma de decisiones. Habrá cosas que requerirán que se hagan lo antes posible, mientras que otras, aunque importantes, podrán esperar. El líder debe tener un buen control del sentido de urgencia que, además, debe ser flexible, puesto que en más de una ocasión lo que no se pensaba que fuera urgente puede convertirse en algo que se debe hacer ya, habiendo cambios en la lista de prioridades.
3. Credibilidad y autenticidad
Un buen líder es aquel que es creíble y consistente con lo que dice y lo que hace. Debe ser honesto con el mensaje que lanza además de íntegro en la toma de decisiones. Debe mantenerse fiel a su propia identidad y experiencias, incluyendo los valores, creencias, emociones, necesidades y metas que le caracterizan como aquella persona al frente de todo. Y esto se debe reflejar en su identidad digital, teniendo en cuenta cuáles son los principales nodos de emisión de mensajes y en los que uno se expone más a la opinión pública.
4. Valentía en la toma de decisiones
Como bien nos podemos imaginar y más de uno ha vivido, el mundo de los negocios no es un camino de rosas. En más de una ocasión van a vivirse momentos duros en los que se tendrán que tomar decisiones arriesgadas y difíciles.
Aunque sean urgentes, estas decisiones no se deben tomar desesperadamente. Siempre debe haber un profundo proceso de reflexión y se debe tener en consideración los pros y los contras, siendo consecuentes con lo que venga después.
5. Empatía
Un líder no es un frío y calculador robot que solo piensa en que la empresa trabaje como una máquina. El líder debe tener empatía, teniendo en cuenta qué sienten y piensan los trabajadores dado que su eficacia depende mucho de su estado anímico.
La frustración, la decepción y el miedo son sentimientos que pueden impedir que un gran proyecto, que es perfectamente posible, siga adelante. Como líderes debemos saber reconocer estos sentimientos y saber cómo redirigir la situación para transformar esas dudas y temores en esperanza, motivación, entusiasmo y concentración hacia la resolución de la meta.
6. Inteligencia contextual
El líder debe entender el entorno particular en el que se encuentra la organización o el grupo de trabajo, esto es, poseer inteligencia contextual. En esta habilidad se tienen en cuenta tres componentes fundamentales:
Primero tenemos la comprensión retrospectiva, que implica aprovechar y poner en valor aquello que se ha aprendido a lo largo de la historia de la organización y que se considera que sigue siendo útil.
En segundo lugar tenemos la previsión, relacionada con la capacidad de llevar a cabo aquello que se desea obtener y articular las acciones a ejecutar para conseguirlo.
En último tenemos la convergencia que permite la integración adecuada de los dos aspectos anteriores, usándolos para identificar y definir el futuro deseado.
7. Inteligencia estratégica
En este contexto, podemos definir la inteligencia estratégica como la capacidad de anticipar tendencias y cambios en el mercado, un mercado que en su vertiente digital es muy inestable e inseguro. Además de los cambios en el mercado el líder debe tener en consideración la cadena de valor de la propia organización y dirigir la transformación en el ámbito digital deseada. Es la habilidad para visualizar cómo el futuro puede impactar en los resultados de la compañía.
8. Adaptabilidad y velocidad de aprendizaje
El líder debe poseer una alta adaptabilidad y ágil capacidad de aprendizaje, debe ser muy flexible con los cambios que se sucedan en el mercado. Es fundamental aprender rápidamente de las experiencias que se hayan vivido ante un determinado comportamiento del mercado y ser capaz de aplicarlo de inmediato en todo tipo de nuevos contextos. Esta capacidad de aprendizaje ágil permite hacer frente a la ambigüedad e incertidumbre que muchas empresas se enfrentan hoy en día, puesto que al haber tantos cambios en el mercado los ejecutivos pueden estar indecisos sobre qué estrategia nueva aplicar.
9. Seducción y combinación el talento
Las empresas actuales son lugares en los que comparten espacio hasta 5 generaciones distintas, cada una con un manejo distinto de las nuevas tecnologías y formas de ver la vida organizacional variadas:
- tradicionalistas (1928-1945)
- baby boomers (1946-1964)
- generación X (1965-1980)
- generación Y (1980-1990)
- generación Z (1990-2000)
Las dos últimas generaciones y, en especial, la Z, son consideradas nativas digitales. Estas personas se han criado en entornos en los que las nuevas tecnologías o bien estaban irrumpiendo en el panorama laboral y educativo o bien ya estaban muy implementadas. Tanto en la gen Y o de la X el uso de los ordenadores y la búsqueda de información se hace de forma rápida y superficial, pero efectiva, mientras que en las tres generaciones anteriores se opta por leer todo y actuar de forma mucho más lenta con el uso de las nuevas tecnologías.
Estos aspectos aparentemente contradictorios pueden aprovecharse en una organización, siempre y cuando se sepa ejercer adecuadamente el liderazgo. El líder debe seducir y combinar el talento, sabiendo que los más veteranos son mucho más cuidadosos con lo que seleccionan mientras que las nuevas generaciones optan por la rapidez. Se deben tener en cuenta las habilidades, estilos, motivaciones y objetivos diferentes entre generaciones, aprovechándolos para cada tipo de situación.
10. Capital psicológico
A nivel del individuo, el capital psicológico lo podemos relacionar con su satisfacción y desempeño personal. En el mundo de las empresas éste se puede asociar con cuatro estados psicológicos, representados con el acrónimo HERO en inglés:
- Esperanza (Hope): es el estado asociado con el deseo y ambición necesarios para ser constante en el logro de las metas establecidas.
- Eficacia (Efficacy): es la capacidad de lograr los objetivos establecidos ante contextos que son dinámicos, inestables e imprevistos.
- Resiliencia (Resilience): el líder debe poseer la habilidad de poder afrontar las adversidades que puedan aparecer, resistiendo los cambios y manejando la incertidumbre del contexto mercantil.
- Optimismo (Optimism): se debe poseer la capacidad de asociar eventos positivos con los integrantes del equipo, y considerar los eventos negativos que puedan darse como aprendizajes, situaciones que por muy malas que puedan ser tendrán implicarán un mayor conocimiento.
11. Pensamiento creativo e innovador
El pensamiento creativo es una de las habilidades fundamentales en el ámbito de los negocios y, de hecho, se considera que va a ser clave para la década de los 2020. Tomando una perspectiva estratégica, el líder debe posicionarse como una fuente y motor de innovación en dos sentidos. Esto marca la diferencia sobre todo en un contexto histórico en el que Internet y el desarrollo de las nuevas tecnologías permite desarrollar rápidamente herramientas e invenciones de todo tipo y tener un gran alcance.
Por un lado el líder debe actuar estableciendo un entorno de trabajo enfocado en la creación e innovación de nuevos métodos y, por el otro, debe servir como medio para alcanzar la competitividad ante los cambios y entorno enfrentados.
12. Liderazgo colectivo
El liderazgo actual no es autoritario ni asociado al poder o posición ejercida, debe estar enfocado en facilitar y empoderar a los colaboradores, cada uno de los cuales tiene una forma de ver y opiniones acerca las medidas que se están tomando en la empresa. Se debe ejercer un liderazgo colectivo, es decir, involucrar a los colaboradores en el análisis y la toma de decisiones en vez de decidir una estrategia de forma unilateral.
Esto ayuda a generar empatía, compromiso y motivación entre los trabajadores de la organización. Por medio del liderazgo colaborativo se permite promover una toma de decisiones descentralizada, promoviendo altos niveles de colaboración y un sentimiento de que los objetivos en el marco de la empresa son compartidos por todos los miembros del equipo.
Resumen
Cultivar todas estas habilidades permite poder ejercer un liderazgo efectivo, colaborativo, creativo, innovador y estratégico en la era digital. El mundo empresarial actual es un entorno de incertidumbre, un lugar ambiguo, dinámico y complejo en el que el líder y sus seguidores deben trabajar en equipo, adaptarse al contexto mercantil y trabajar las habilidades emocionales y laborales para adelantarse a cualquier evento adverso. Se debe priorizar una visión estratégica a largo plazo y optimista.
Internet y las nuevas tecnologías en general seguirán siendo un motor de transformación, oportunidades y crecimiento en toda organización, pero para ello son esas organizaciones que deberán saber adaptarse a los nuevos métodos de la era digital. El liderazgo que tenga en cuenta las nuevas características de la economía digital permitirá desarrollar y sacar a flote todo tipo de organizaciones exitosas.
Referencias bibliográficas:
- Serrato-García, M. A. (2019) ¿Quieres ser un líder en la era digital? Estas son las 11 habilidades que debes desarrollar. España. Entrepeneur.
- Alami, Z. (s. f.). ¿Cómo desarrollar el liderazgo en la era digital? Dinamarca. Internacionalmente.