Cómo superar una crisis de pareja por problemas de fertilidad
El sueño de muchas parejas es tener hijos y, tristemente, algunas de ellas no pueden cumplirlo. La infertilidad puede afectar la vida de estas parejas tanto que la recepción del diagnóstico inicia un verdadero duelo, un proceso tan duro como la pérdida de un ser querido.
Conocer que no se pueden tener hijos inicia una crisis en la relación. Tanto el hombre como la mujer lo viven muy duramente, teniendo que aceptar que aquella personita con la que tanto habían soñado que llegaría, probablemente nunca llegue.
Tanto si la posibilidad de tener hijos es escasa como si es imposible, son varias las estrategias que podemos usar para superar la crisis de pareja provocada por los problemas de fertilidad. A continuación descubriremos cómo conseguirlo.
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Las claves para superar una crisis de pareja por problemas de fertilidad
Tener hijos es parte del proyecto de vida de muchas personas. En las relaciones heterosexuales, se espera que la llegada de un hijo sea algo relativamente fácil, simplemente consiguiendo que la mujer se quede embarazada. Unas parejas tardan más, otras menos, pero la mayoría de ellas que quieren tener hijos lo acaban consiguiendo. Es una mera cuestión de tiempo y de insistencia, al menos, en la mayoría de las ocasiones.
Sin embargo, en la búsqueda por cumplir con este proyecto, algunas descubren que algo no funciona como es debido. Por más que lo intentan, no hay resultados. Preocupados, acuden a un médico especializado en fertilidad para que les hagan análisis, tanto al hombre como a la mujer, para ver si hay algún problema. Y, tristemente, algunos descubren que efectivamente lo hay: uno de los dos tiene problemas de fertilidad.
Cuando una pareja descubre que no puede tener hijos se da un punto de inflexión para la relación. Si su deseo por tener hijos biológicos era muy fuerte, descubrir que uno de los dos tiene problemas de fertilidad puede iniciar una crisis que, mal gestionada, amenaza con acabar con la relación. Descubrir que no se puede tener hijos cuando se quiere puede ser una situación tan traumática como la muerte de un familiar, un divorcio o recibir el diagnóstico de una enfermedad venérea, cáncer o un trastorno mental.
Muchas parejas se plantean una ruptura cuando tienen que lidiar con sensaciones de culpa, impotencia, falta de control, baja autoestima y gran carga emocional derivada de descubrir que hay problemas de fertilidad. Pese al estrés que produce esta situación, enfrentarse a la infertilidad de la forma adecuada puede fortalecer la relación y servirá para adaptarse a la nueva realidad y buscar alternativas.
Es habitual que, tras conocer la noticia, las parejas intenten conseguir tener hijos por otras vías. Sobre todo si el problema de fertilidad recae en la mujer, se intentan someter a tratamientos médicos, relaciones sexuales, programas e intervenciones quirúrgicas. Todo esto supone una carga en su vida diaria que, mal procesada y gestionada, puede dañar seriamente su salud física y mental, además de su mundo social.
Que haya problemas de fertilidad no significa que no se puedan tener hijos ni que no se pueda tener una relación de pareja plena. Hay varias estrategias que pueden servirnos para superar una crisis de pareja ocasionada por problemas de fertilidad. Entre ellas destacamos las siguientes.
1. Aceptar la situación
Como situación altamente estresante y potencialmente traumática que es, descubrir que se es poco o nada fértil puede hacer que se entre en negación. El golpe es duro y aceptar la situación es complicada. Pero es justamente eso, aceptar la situación, lo primero que se tiene que hacer.
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2. No buscar culpables
Una de las reacciones más habituales, tristemente, es la de culpabilidad y culpabilización. En el caso de la culpabilidad, quien realmente tiene problemas de fertilidad, sea el hombre o sea la mujer, siente que está privando a la otra persona de tener hijos. En otros casos, puede que el miembro fértil de la relación culpabilice al otro de no poderle dar hijos. Se pueden experimentar sentimientos de resentimiento y rabia entre los miembros de la pareja.
Es por esto muy importante que, al conocerse el diagnóstico, evitar señalar al otro como el causante, porque lo único que se va a conseguir con esto es empeorar la situación y hacer que la relación se vea gravemente perjudicada. También, evitar culpabilizarse. Desde luego, querer tener hijos y no poder tenerlos por problemas de fertilidad es una dura losa, pero lamentablemente la naturaleza a veces juega en contra de nuestros deseos.
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3. Fomentar la comunicación
La comunicación entre los dos es fundamental, no solo en esta crisis ocasionada por los problemas de fertilidad, sino en cualquier otra. Es esencial para poder seguir adelante, y muy importante no descuidar la vida individual y en pareja.
Suele ocurrir que muchas parejas que descubren que tienen problemas de fertilidad se aíslan de sus amigos y familiares que no tienen esta problemática, a modo de forma de protegerse de sentimientos de rabia o envidia. No se sienten cómodos al estar en un entorno en el que piensan constantemente en cómo los demás sí pueden tener aquello que ellos tanto ansían.
En estas situaciones, es muy importante apoyarse el uno en el otro, siendo sinceros al hablar de los miedos e inquietudes sobre este problema y evitar crear un clima de tensión. Cuanto más transparente se sea con esta problemática, más fácil resultará superar la crisis. Si uno de los dos se aísla o reprime sus sentimientos, ya sea por frustración con el otro o para no hacerle daño, el desgaste de la relación será prácticamente inevitable y el daño que al final vendrá, será todavía peor de lo esperado.
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4. Mantener viva la pasión y ser espontáneos
Uno de los aspectos que más se ven afectados en las crisis de pareja por problemas de fertilidad es, sin lugar a dudas, las relaciones sexuales. Tanto la calidad como la frecuencia de estas pueden disminuir, por diversas razones: bajo deseo sexual, problemas de eyaculación, insatisfacción sexual general, no verle el sentido si no se pueden tener hijos…
Es fundamental mantener la pasión y ser espontáneo, no programar las relaciones sexuales pensando en cuándo es el mejor momento del ciclo menstrual de la mujer o momento de mayor calidad del semen del hombre. El sexo, más que pensarlo como medio para tener hijos, debe verse como una sana acción para disfrutar de un momento de suma intimidad con la pareja.
5. Acudir a un profesional
Sean los problemas de fertilidad temporales o, aparentemente, crónicos, es fundamental acudir a un profesional especializado en este tema. Un psicólogo con experiencia en problemas de fertilidad ayudará a la pareja a manejar mejor la crisis, aprendiendo a gestionar las emociones que sin lugar a dudas despierta este duro proceso y a aceptar, tanto si se pueden tener hijos como si definitivamente no, que una vida plena de pareja no necesariamente implica tener descendencia.
Con la ayuda psicológica se enseñará a la pareja a normalizar sus sentimientos ante la infertilidad, expresar abiertamente sus emociones con el fin de conseguir un equilibrio en la relación, ayudándoles a buscar soluciones y alternativas ante, en caso de que sea así, la posibilidad de un futuro sin hijos.