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​Los beneficios de las lágrimas: llorar es bueno para tu salud


En 2013 se inició en Japón una nueva terapia que ha ido ganando adeptos tras observarse los resultados beneficiosos que posee. Hablamos del Riu-Katsu, una terapia de grupo, en la que los participantes se reúnen para ver películas tristes y llorar.

Llorar puede ser mucho mejor de lo que imaginabas

Pero, ¿por qué llorar en grupo? Según una adepta a esta terapia “El Riu-Katsu no es como llorar sola en mi habitación. No me siento deprimida ni triste exactamente cuando lloro aquí, acompañada por otras personas”. 

A esta afirmación podemos darle varias respuestas. Por una parte, en una cultura tan rígida como la japonesa, donde la expresión de sentimientos no es socialmente aceptada, poder llorar en grupo es un refuerzo positivo y una aceptación social a la expresión de esos sentimientos y, por otra parte, según dicen los expertos, al llorar en grupo se le quita el componente depresivo que las personas consideran que tiene el llorar a solas. Pero, además, existe otro factor a tener en cuenta, y es el hecho de que la mayoría de las personas no sabemos cómo reaccionar ante alguien que llora y tendemos a consolar y pedir que dejen de llorar, ya que, social y culturalmente nos sentimos incómodos ante ciertas manifestaciones emocionales.

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Riu-Katsu: terapias en que llorar es positivo

Tal vez, pueda sorprendernos que exista una terapia cuya base es el llanto, pero existen estudios científicos que confirman los beneficios de las lágrimas para el bienestar emocional de la persona

Llorar no siempre es una expresión de sentimientos negativos. Es una realidad que lloramos para expresar tristeza, pena y nostalgia pero, también, podemos llorar de rabia, de dolor y, en otros casos, lloramos para expresar felicidad y alegría.

Algunos beneficios (físicos y psicológicos) de las lágrimas

Las lágrimas evitan la sequedad de los ojos, ayudan a combatir las bacterias que se acumulan en éstos y limpian el canal visual, pero, al mismo tiempo, el llanto ayuda a liberar emociones negativas, elimina tensiones y libera del estrés. También, permite conocerse mejor a uno mismo, mediante el llanto se reconocen las propias debilidades, necesidades y cualidades. Según William Frey II, tras llorar la persona ve con mayor claridad pues “ya no están las penas que obstruyen el intelecto”.

Llorar también produce cambios fisiológicos en el organismo, las propias lágrimas cambian su composición según respondan a una función u otra. Según el investigador William Frey II, las lágrimas emocionales contienen más prolactina, hormonas adrenocorticotrópicas y leucina-encefalina, que son elementos neuromoduladores que actúan como analgésico natural y ayudan a calmar, relajar y liberar el estrés

El llanto tiene la capacidad de disminuir los niveles de manganeso en el organismo, que se relaciona con estados de ansiedad, nerviosismo y agresividad y, por si fuera poco todo lo anterior, llorar también permite eliminar adrenalina y noradrenalina, que se segregan en exceso ante situaciones de estrés o peligro y pueden resultar perjudiciales.

El llanto, importante para la homeostasis

Lauren Bylsma, investigadora de la Universidad de Pittsburgh, por su parte, afirma que el llanto ayuda al cuerpo a volver a un estado de homeostasis después de haber sido alterado, es decir, que las lágrimas cumplen la función de devolver al cuerpo a su nivel basal de funcionamiento. Es por este motivo, que tras llorar, se suele sentir una sensación de alivio y desahogo, que mejora el bienestar general de la persona.

Al igual que aceptamos socialmente la risa como expresión de los sentimientos de alegría o nerviosismo y valoramos las sensaciones de bienestar posterior, hemos de aprender a aceptar el llanto, que es otra manifestación más de nuestras emociones. Para ello, tenemos que educar desde pequeños en el reconocimiento y la expresión de los sentimientos y no censurar a aquellos que los expresan libremente, por la incomodidad que nos genera dicha manifestación y, sobre todo, dejar atrás los mitos asociados a las lágrimas y asumir que “llorar no nos hace más débiles”, sino que por el contrario, llorar nos fortalece al ayudarnos a sacar fuera las emociones negativas que sentimos y devolvernos la calma. 

Y que “los hombres sí lloran”, porque como seres humanos con sentimientos tienen derecho a la expresión de los mismos.