Tópicos Comunicación

Comunicación directa: qué es y cuáles son sus características


¿Conoces en qué consiste la comunicación directa? Como veremos, este tipo de comunicación es la que se produce de manera inmediata, pero su definición va mucho más allá.

En este artículo nos centraremos en describir este tipo de comunicación humana (que es oral o en signos), y además analizaremos las 10 características principales que ésta presenta (es decir, los recursos que emplea, junto a ejemplos de los mismos).

Finalmente, también veremos en qué consiste la comunicación indirecta, y qué la diferencia de la directa.

Comunicación directa: ¿qué es?

A grandes rasgos, la comunicación directa es la que se produce “en el aquí y ahora”. Pero, ¿qué quiere decir eso? Cuando hablamos de la comunicación directa, estamos hablando de un tipo de comunicación humana que se realiza a través de una lengua natural, que es oral o signada (lengua de signos). La lengua natural es cualquier variedad lingüística que forma parte del lenguaje humano, y que tiene la misión de comunicar.

La comunicación directa, además, se caracteriza porque el mensaje o la información se transmite, de emisor a receptor, de forma inmediata. Así, el envío y la recepción del mensaje es prácticamente simultáneo.

En una situación ideal, en este tipo de comunicación, tanto emisor como receptor dicen lo que piensan y sienten, y se produce una escucha activa entre ambos, además de una retroalimentación efectiva.

Por otro lado, este tipo de comunicación hace que los mensajes que se transmiten tengan una estructura especial, y que se expresen de una determinada manera (diferente a como se expresaría un mensaje por escrito, o un mensaje a través de la comunicación no verbal, por ejemplo).

10 características de la comunicación directa

En cuanto a las principales características de la comunicación directa (especialmente la que utiliza un lenguaje oral), encontramos las siguientes:

1. Empleo de reiteraciones

Las reiteraciones implican repetir una palabra, o un conjunto de ellas, a lo largo del discurso (especialmente al comienzo de una frase). Aparecen muchas veces en la comunicación directa sin darnos cuenta, o porque queremos remarcar lo que estamos diciendo. Un ejemplo de reiteración sería: “Bebe, bebe, no seas bobo”.

2. Empleo de la redundancia

Las redundancias también aparecen con frecuencia en la comunicación directa. Se trata de utilizar palabras innecesarias para expresar una idea, cuando en realidad ésta se puede expresar con menos palabras (o incluso se puede entender sin utilizar palabras). Es decir, se trata de repetir información innecesaria o que no aporta nada nuevo al discurso o mensaje.

3. Empleo de frases hechas

Las frases hechas también son muy comunes en la comunicación directa. Éstas, utilizadas por la gran mayoría de las personas de todos los niveles socioculturales (ya que además, tratan temáticas muy diversas), consisten en expresiones con una forma fija y un sentido figurado.

Es decir, transmiten mensajes de forma no literal (figurada). Algunos ejemplos de ellas son: “bajar la guardia”, “dar gato por liebre”, “meter la pata” o “la gota que colma el vaso”.

4. Empleo de muletillas

Las muletillas, esas famosas palabras que tanto odiaban los profesores que pronunciáramos en las presentaciones orales, consisten precisamente en eso, palabras o expresiones que repetimos, muchas veces de forma inconsciente, a lo largo de nuestro discurso y con excesiva frecuencia.

En cierta manera, se trata de un “tic oral” que aparece cuando hablamos o explicamos algo en el contexto de la comunicación directa, y cuya frecuencia de aparición se acentúa cuando estamos nerviosos.

5. Empleo de oraciones inconclusas

Las oraciones inconclusas son frases que utilizamos con frecuencia en el lenguaje oral, que están sin acabar. Se trata de empezar oraciones sin llegar a terminarlas, por la velocidad del discurso, porque aparece otra idea, porque divagamos, etc.

6. Aparición de omisiones

Otra característica de la comunicación directa es la aparición (o el uso) de omisiones. Las omisiones implican dejar de emitir (cancelar o cortar) ciertas partes o aspectos relevantes de la comunicación.

Se producen debido a la fuente o al destinatario del mensaje, y hacen que la comunicación no sea completa, o que ciertos significados pierdan su esencia.

7. Empleo de onomatopeyas

Las onomatopeyas, otros elementos comunes en la comunicación directa, son, o bien palabras que utilizamos para representar un sonido, o bien imitaciones de un determinado sonido. Ejemplos de onomatopeyas son: “tic tac” (reloj), “guau guau” (perro)”, “ring ring” (alarma), etc.

8. Saltos de un tema a otro

En la comunicación directa, también es bastante frecuente que saltemos de un tema a otro durante nuestro discurso (muchas veces sin darnos cuenta).

Un ejemplo de esto sería: “El otro día fuí al cine a ver esa peli… ah sí! Me encontré a Pablo. ¿Hace calor ahora no?”. Los saltos de un tema a otro, si se producen de forma muy acelerada, pueden llegar a confundir o descolocar al receptor de nuestro mensaje.

9. Elementos desordenados en la oración

Por otro lado, también es común que aparezcan elementos desordenados en las oraciones que se emiten en la comunicación directa.

Esto ocurre porque el discurso se precipita, siendo la velocidad de éste elevada, porque de repente aparecen nuevas ideas en la mente del emisor que hace que las introduzca en el discurso de forma precipitada, o bien por otras razones.

10. Apoyo en el lenguaje no verbal

Finalmente, otra de las características de la comunicación directa es el uso, complementario, del lenguaje no verbal. Esto implica el empleo de gestos por parte de los interlocutores, de posiciones del cuerpo determinadas, empleo de diferentes tonos de voz, etc.

¿Y la comunicación indirecta?

Hemos visto en qué consiste la comunicación directa, pero, ¿y la comunicación indirecta? Ambos tipos de comunicación forman parte de la comunicación humana. En el caso de la comunicación indirecta, ésta se produce cuando los interlocutores no se encuentran físicamente juntos (y muchas veces, ni cerca).

Para llevar a cabo este tipo de comunicación, se emplean canales comunicativos como: las redes sociales (por ejemplo facebook, twitter, instagram…), los chats o el correo electrónico.

Es decir, en estos casos existe un intermediario entre emisor y receptor, y la comunicación no es totalmente inmediata (se demora segundos o minutos, dependiendo del canal). Otra característica de la misma es que no existe un espacio físico y temporal compartido por los hablantes, lo que hace que su contacto visual y corporal no se produzca.

Referencias bibliográficas:

  • Maletzke, G. (1992). Psicología de la comunicación social. (5ª Ed.). Editorial Quipus. Ecuador.
  • Michael, T. (2013). Los orígenes de la comunicación humana. Katz Editores. España.
  • Real Academia Española: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.3 en línea]. https://dle.rae.es [26 de marzo del 2020].