Cómo fundar tu propia empresa y tener éxito: 5 ideas clave
Vivimos tiempos de cambios. Cada uno explora sus propias vías para lograr labrarse un futuro, y muchos lo intentan creando su propia compañía.
Pero más allá de las dificultades burocráticas que podamos encontrarnos en ese proceso, hemos de tener en cuenta otros muchos factores a nivel psicológico, que deberán estar meridianamente claros antes de iniciar la aventura.
¿Quieres conocer algunos de los más importantes?
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5 claves para fundar tu propia empresa y lograr que sea exitosa
Olvidemos por un momento todo lo referente a los papeleos con la Administración, que no son pocos ni fáciles, que se necesitan cuando quieres dar de alta una nueva sociedad. En cambio, ahora vamos a centrarnos en las cuestiones psicológicas que, bien atendidas, pueden ser una de las claves que hagan llegar a buen puerto a tu flamante organización.
No debemos olvidar que, en esencia, una empresa es un conjunto de personas trabajando en equipo para lograr un objetivo común, y por lo tanto es esencial cuidar al máximo la calidad de las interacciones entre ellos. Y, profundizando en cada miembro del grupo, habrá que establecer las pautas adecuadas para que cada uno se encuentre lo más a gusto posible en su puesto de trabajo y por lo tanto estén motivados para realizar sus tareas, de manera que en última instancia resulten lo más eficientes posibles.
A continuación vamos a explorar de manera individual las claves que te permitirán fundar tu propia empresa y tener éxito en el intento. Algunas pueden resultar obvias, pero otras no lo son tanto y por ello es interesante estudiarlas con atención. ¡Esperamos que te resulten muy útiles!
Consejos para tener éxito al crear una empresa
La Psicología tiene mucho que decir en el probable éxito que podemos tener cuando creamos una empresa. Estos son algunos de los secretos para ello.
1. Cuidar las relaciones interpersonales
Posiblemente la clave psicológica más importante a la hora de manejar una empresa es velar por que se den las mejores relaciones interpersonales posibles. Hay que pensar que, salvo en sectores muy concretos donde los puestos de trabajo son solitarios y no hay apenas interacción, en la mayoría de las empresas hay un flujo incesante de comunicación entre individuos y, por supuesto, una convivencia, al compartir un espacio de trabajo común.
Alguien que trabaje las habituales 40 horas semanales, estará pasando un tercio de cada día en una oficina, tienda u otro tipo de local de carácter comercial. Posiblemente convivirá más con sus compañeros de trabajo que con buena parte de su familia. ¡Imagina la importancia de cuidar las relaciones entre los trabajadores!
Muchas veces los propios empleados contarán con las herramientas psicológicas necesarias como para autogestionarse y saber mantener un ambiente sano de trabajo, pero en otras ocasiones es posible que tengamos que establecer una serie de normas de convivencia que marquen las líneas rojas que no se podrán traspasar, en pro de mantener el clima laboral más saludable posible.
Aquí también se ve reflejada la importancia de realizar un buen proceso de reclutamiento, buscando que, en la medida de lo posible, cada empleado cuente con las aptitudes requeridas para el puesto, pero también con un perfil psicológico adecuado para adaptarse sin problemas al equipo, ya que es igual de importante y en ocasiones es un factor que se puede descuidar durante los procesos de selección.
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2. Motivación
Si quieres que tu empresa tenga éxito, tus empleados han de estar motivados. Obviamente un buen salario es un poderoso refuerzo para lograr que un trabajador cumpla sus objetivos, pero aunque parezca mentira no es el más poderoso. Y sobre esto, el psicólogo Frederick Herzberg tiene mucho que decirnos, a través de su famosa teoría de los dos factores, conocida también como la teoría de la motivación e higiene.
Según Herzberg, en el ámbito laboral existen una serie de factores que tendrán una relación directa con la satisfacción o insatisfacción del empleado en su puesto de trabajo, y por lo tanto con su motivación. Todos estos factores se pueden agrupar en las siguientes dos categorías.
Factores de motivación:
- Los logros que pueda experimentar en su desarrollo laboral.
- Promociones, crecimiento dentro de la empresa.
- Responsabilidades que asuma en su puesto de trabajo, personas a cargo.
- Autonomía para poder ejercer sus funciones con una libertad razonable.
- Reconocimiento a los méritos que haya logrado con su buen proceder.
Factores de higiene:
- Salario, pagas y todo lo referente a la remuneración en sí.
- Contar con un estatus adecuado a su posición.
- Sentir estabilidad en su puesto de trabajo.
- Trabajar en unas instalaciones adecuadas.
- Tener unas correctas relaciones entre los trabajadores (como veíamos en el punto anterior), pero también con los jefes.
- Que la empresa ejerza una adecuada distribución del trabajo.
- Sentir su trabajo respaldado por sus superiores, y estos sean competentes.
Lo que Herzberg propone en su teoría es que los factores higiénicos no hacen que el trabajador esté satisfecho, pero su carencia sí que provoca una insatisfacción. Por el contrario, la falta de factores motivantes no supondrá una mayor insatisfacción en el individuo, pero su presencia sí que tendrá como efecto que se encuentre más satisfecho en su puesto de trabajo.
Como conclusión, debemos cuidar ambos factores, unos porque nos permiten que el operario, de base, no esté insatisfecho, y otros porque harán que esté cada vez más motivado.
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3. Gestión de las emociones
Ya anticipábamos lo importante que es contar con un clima laboral adecuado, y para esto es fundamental que las emociones de los empleados se gestionen de una forma óptima.
Esto es especialmente importante en ámbitos donde los nervios suelen estar a flor de piel, como es en el departamento comercial, donde suele haber personas muy motivadas para lograr ciertos objetivos que suelen ser exigentes, pero con recompensas muy atractivas. El problema surge cuando los objetivos parecen inalcanzables, o la ambición para lograrlos es desmedida y esto le genera al individuo una cierta tensión emocional.
Será, por lo tanto, de vital importancia, que los líderes de cada departamento establezcan unos objetivos claros desde el principio, que sean razonables (aunque impliquen un esfuerzo, por supuesto), y que se den las herramientas adecuadas para poder lograrlos.
Si no se realiza una correcta gestión emocional en la empresa es posible que nuestros empleados puedan llegar a experimentar desde una paulatina pérdida de la motivación hasta patologías más graves como puede ser el burnout o síndrome del trabajador quemado.
4. Gestión del tiempo
El tiempo es uno de los recursos más valiosos, si no el que más, no solo en el ámbito laboral, sino en la vida. Por lo tanto debemos ser extremadamente cuidadosos para no desperdiciarlo y sacarle el máximo partido a cada segundo, de la forma más inteligente posible.
Será de vital importancia establecer unos horarios adecuados a nuestros trabajadores. Medidas como la flexibilidad horaria o el teletrabajo, que ayudan a conciliar la vida familiar y laboral, son extremadamente motivadoras, y pueden hacer que la persona resulte más productiva que trabajando las mismas horas en los rígidos horarios partidos, o teniendo que desplazarse a la oficina, lejos de casa, desde donde puede realizar exactamente las mismas tareas.
A la hora de establecer los plazos de entrega de un proyecto deberemos ser realistas. Por mucha prisa que tengamos, un trabajo de calidad implica un tiempo de dedicación a ello y, unas veces por impaciencia y otras por una deficiente consciencia de la realidad, podemos establecer unas fechas de entrega muy poco razonables que únicamente desembocarán en trabajadores agotados y frustrados, y en un trabajo final que muy probablemente habrá que rehacer o modificar (con la consiguiente suma de tiempo que implica), que por lo tanto no cumplirá con las expectativas iniciales.
También es fundamental contar con un eficiente protocolo a la hora de priorizar tareas, dando paso a aquellas que sean esenciales para el desarrollo de las actividades de la empresa y postergando aquellas que no tengan una especial repercusión para la misma. Pero cuidado, esto puede generarnos un problema, y es que la tarea que hoy no es prioritaria, mañana puede serlo, y tal vez llegue un momento en el que nos encontremos con un importante acumulación de proyectos aplazados, que sumados a las tareas del día a día y a los posibles imprevistos, sean difíciles de sacar a tiempo para lograr nuestros objetivos.
Imprescindible, por lo tanto, anticiparse a estas posibles casuísticas, siendo muy conscientes en todo momento del tiempo con el que contamos y sabiendo emplearlo de la manera más eficiente.
5. Autocuidado
Todas estas medidas sobre cómo fundar tu propia empresa y tener éxito estarían basadas en el cuidado a los trabajadores pero, igual de importante y muchas veces olvidado, es el propio autocuidado del empresario. Y es que es fundamental que, frente a un reto tan exigente como es el dirigir una empresa, cuidemos de nosotros mismos a nivel físico, pero sobre todo a nivel psicológico.
Crear tu propia empresa es un proyecto apasionante, motivador y muy enriquecedor, pero para lograr el éxito es imprescindible que cuentes con un estado mental óptimo, que te permita ser el líder que tus empleados necesitan como guía. Si cuentas con unas herramientas psicológicas adecuadas, tendrás una importante parte del camino hecho. Y si crees que no las tienes, igual es el momento perfecto para que un profesional te haga descubrirlas. ¡Están en tu interior!
Referencias bibliográficas:
- Herzberg, F., Mausner, B., Snyderman, B.B. (1959). The Motivation to Work. New York. John Wiley and Sons.
- Gil-Monte, P.R., Moreno-Jiménez, B. (2005). El síndrome de quemarse por el trabajo (burnout). Madrid. Ediciones Pirámide.
- Salanova, M., Llorens, S., Martínez, I.M. (2016). Aportaciones desde la psicología organizacional positiva para desarrollar organizaciones saludables y resilientes. Papeles del Psicólogo.