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La Psicología de la Liberación de Ignacio Martín-Baró


La psicología aspira a ser una ciencia y, como tal, debe estar basada en datos objetivos. Sin embargo, también es cierto que para llegar a conclusiones relevantes sobre ciertos temas, es necesario tener en cuenta las interpretaciones y puntos de vista subjetivos de las personas que forman los colectivos estudiados. Por ejemplo, si se trabaja con aborígenes del Amazonas, es necesario llegar a conectar auténticamente con estas culturas tan diferentes a la Occidental, mucho más acostumbrada a los rigores del método científico.

El psicólogo español Ignacio Martín-Baró creía que bajo esa aparente objetividad de la psicología más preocupada por obtener resultados generalizables a toda la especie humana hay una incapacidad para reconocer los problemas de culturas diferentes a la propia.

A partir de esta idea, desarrolló un proyecto que es conocido como Psicología de La liberación. Veamos en qué consiste; pero entes, un breve repaso a la biografía de este investigador para contextualizar.

¿Quién fue Ignacio Martín-Baró?

Martín-Baró nació en Valladolid en el año 1942 y después de ingresar como novicio en la Compañía de Jesús, partió hacia América Central para completar allí su formación en la institución religiosa. Hacia 1961 fue mandado a la Universidad Católica de Quito para estudiar Humanidades y, más tarde, a la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.

Una vez fue nombrado sacerdote en 1966, fue a vivir a El Salvador y obtuvo allí su licenciatura en Psicología en el año 1975 a través de la Universidad Centroamericana (UCA), tras lo cual se doctoró en Psicología Social en la Universidad de Chicago.

A su vuelta a la UCA, donde empezó a trabajar en un departamento de psicología. Sus críticas abiertas contra el gobierno del país lo situaron en el objetivo de las fuerzas paramilitares dirigidas por la clase política dominante, los cuales lo asesinaron en el año 1989 junto a varias personas más.

¿Qué es la Psicología de la Liberación?

Ignacio Martín-Baró negó que la psicología sea una ciencia destinada a conocer patrones de conducta atemporales y universales, compartidos por toda la especie humana. En vez de eso, señaló que la misión de este ámbito de conocimiento es comprender el modo en el que el contexto y los individuos se influyen mutuamente.

Sin embargo, el contexto no es simplemente un espacio compartido por varios individuos a la vez, ya que en ese caso todos viviríamos en el mismo contexto. Para este psicólogo, el contexto incluye también el momento histórico en el que se vive, así como la cultura a la que se pertenece en un momento determinado. Concebía la Psicología como una disciplina cercana a la Historia.

¿Y para qué puede servir conocer el proceso histórico que ha generado los contextos culturales en los que vivimos? Entre otras cosas, según Martín-Baró, para saber reconocer los "traumas" de cada sociedad. Conocer el contexto específico en el que cada grupo social vive hace más fácil conocer problemas distintivos de los colectivos oprimidos, como los pueblos con orígenes indígenas cuyas tierras han sido conquistadas o las sociedades nómadas sin posibilidad de poseer tierras ni de heredarlas.

Contra el reduccionismo

En definitiva, la Psicología de la Liberación establece que para abarcar todos los problemas de los seres humanos hay que mirar más allá de los males universales que afectan individualmente a las personas, como la esquizofrenia o la bipolaridad, y hay que examinar también el medio social en el que se vive, con sus símbolos, rituales, costumbres, etc.

De este modo, tanto Ignacio Martín-Baró como los seguidores de sus ideas rechazan el reduccionismo, una corriente filosófica que aplicada a Psicología se basa en la creencia de que el comportamiento de alguien puede entenderse analizando solo a esa persona o, incluso mejor, las células y el ADN de su organismo (determinismo biológico).

Así pues, es necesario dejar de investigar aspectos del comportamiento humano en contextos artificiales pertenecientes a países ricos e ir a abordar el problema allí donde se produce. De este modo se puede satisfacer la necesidad de abordar problemas de raíz social y no individual, como por ejemplo los conflictos y ambientes de estrés creados por el enfrentamiento entre nacionalismos.

El trauma en la sociedad

Normalmente, el trauma en psicología se entiende como una huella emocional cargada de sensaciones e ideas profundamente dolorosas para la persona, ya que hacen referencia a experiencias vividas en el pasado por ella misma y que causaron mucho malestar o estrés agudo.

Sin embargo, para Martín-Baró y la Psicología de la Liberación el trauma también puede ser un fenómeno colectivo, algo cuya causa no sea una experiencia vivida individualmente sino colectivamente y heredada a través de las generaciones. De hecho, señala Martín-Baró, la psicología convencional a menudo es utilizada para alimentar esos traumas colectivos de manera discreta con fines propagandísticos; se busca canalizar ese dolor hacia metas que convienen a una élite.

Así pues, para la Psicología de la Liberación conocer los problemas mentales frecuentes en una zona nos habla sobre la historia de esa región y, por consiguiente, apuntan en dirección a una fuente del conflicto que debe ser abordada desde una perspectiva psicosocial, no actuando sobre individuos.