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Autolesiones: una estrategia desesperada para reducir la tensión psíquica


Las autolesiones son comportamientos reiterados y deliberados destinados a provocar un daño físico en uno mismo y sin un propósito (consciente) de suicidio.

Las formas más habituales de autolesión (pero no las únicas) son cortes en la piel, quemaduras concigarrillos o golpearse la cabeza contra la pared.

En este artículo encontrarás las claves para comprender las autolesiones, y la lógica a la que responden.

¿Por qué iba alguien a querer autolesionarse?

La imagen de alguien infligiendo cortes en sus brazos con una cuchilla de afeitar puede resultar espeluznante para muchos e incomprensible para la mayoría, sobre todo teniendo en cuenta que no existe un propósito firme de acabar con la propia vida. Entonces, ¿qué lleva a las personas a autolesionarse?

Durante mucho tiempo se creía que las autolesiones eran un síntoma de psicosis, en cuanto a la creencia popular de que son llamadas de atención. Probablemente las dos ideas son equivocadas, las explicaciones más recientes indicarían que las autolesiones son más bien un intento por parte de la persona de terminar con los estados de gran tensión psíquica.

Las experiencias traumáticas en la infancia hacen a la persona más vulnerable ante el estrés por un proceso alterado de la maduración cerebral. Entre los mayores factores de riesgo se encuentran el abuso sexual, los malos tratos, la desatención emocional y el rechazo por personas de referencia. Estas son algunas experiencias habituales en la historia personal de los individuos quepadecen el trastorno límite de la personalidad (TLP).

Trastorno límite de la personalidad y autolesiones

Los comportamientos autolesivos son muy comunes en el TLP; de hecho, uno de los criterios a tener en cuenta a la hora de determinar el diagnóstico del TLP es la presencia de un comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación. Casi todas las personas que padecen TLP muestran la automutilación al menos de forma ocasional.

No obstante, las autolesiones no son un síntoma exclusivo del TLP, también pueden observarse en la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria y el en trastorno de estrés postraumático. De hecho, causarse daño físico a uno mismo tampoco es exclusivo de la especie humana, por ejemplo se pueden encontrar casos entre otros primates, como algunos monos que se muerden a sí mismos.

Otro de los criterios a tener en cuenta al hora de diagnosticar un TLP es la ocurrencia de experiencias disociativas graves.

Buscar el dolor para desplazar la disociación

Durante el ritual de autolesión existe al principio una elevada tensión psíquica a la que le acompaña una reducción de la percepción del dolor. La persona lleva a cabo la autolesión para reducir esta tensión, después de herirse se encuentra relajada (las heridas generan endorfinas) y luego empieza a experimentar molestias por el daño.

La estrategia utilizada es tan efectiva para reducir la tensión emocional que, a falta de otro método para encontrar alivio, la persona reincide en este comportamiento, generando un hábito.

A las personas con TLP, a diferencia de otras personas, la distracción no les ayuda como técnica de autorregulación emocional, y por ello recurren a estrategias drásticas.

En un primer momento la persona que se autolesiona encuentra un alivio momentáneo a su sobrecarga psíquica, después aparecen la culpa y la vergüenza, así como la preocupación por ocultar las heridas. Esto último puede provocar o empeorar el aislamiento social, generando un malestar adicional y creando un círculo vicioso.

Además, algunas de las consecuencias de la autolesión pueden ser un factor de mantenimiento: llamar la atención, provocar a los padres y/o entablar relación con otros afectados.

¿Qué es esta tensión psíquica que les lleva a autolesionarse?

A menudo las personas que buscan alivio en estos comportamientos autodestructivos tratan de librarse de las experiencias disociativas. La disociación es una alteración o desdoblamiento de las funciones psíquicas (como por ejemplo la memoria) que afecta sobre todo a nivel de la percepción de sí mismo o del ambiente.

La despersonalización es un fenómeno disociativo y es típico del TLP, así como de otras formas de trauma psicológico, como el trastorno de estrés postraumático.

Las personas que padecen despersonalización se perciben alejadas, irreales o extrañas. A menudo estas sensaciones van acompañadas de una reducción en la percepción del dolor.

Algunas investigaciones sugieren que las personas con TLP tienen un umbral de tolerancia al dolor mayor que la población general, y esta mayor tolerancia al dolor aumentaría en los momentos en los que se padece la tensión previa a las autolesiones.

Dicha forma de sensibilidad alterada del dolor es un índice que puede modificarse, pudiendo acercarse al de la población normal después de un tratamiento psicoterpéutico y tras dejar de autolesionarse.

Este comportamiento se da más entre niñas y mujeres jóvenes, posiblemente porque ellas suelen dirigir los sentimientos negativos hacia sí mismas. De hecho, la prevalencia del TLP es mucho mayor entre mujeres que en hombres, justo al contrario que en el trastorno antisocial de la personalidad, que se basa en la inatención y vulneración de los derechos del resto de personas.

¿Cómo detectar la autolesión?

Estas son las señales de alarma a tener en cuenta:

  • Frecuentes ciciatrices no explicables.
  • Ropa para disimular, negativa a desvestirse en presencia de alguien o de ir a lapiscina.
  • Guardar cuchillas de afeitar, vidrios rotos o material para curar.
  • Dibujos de autolesiones.
  • Signos inespecíficos: aislamiento, cambios de humor, conductas de riesgo, bajaautoestima e impulsividad.

Los detonantes que llevan a la persona a autolesionarse pueden ser experiencias interpersonales frustrantes. A veces también puede tratarse de un comportamiento emulado por los iguales como un signo de pertenencia, si bien autolesionarse con regularidad para superar el estrés es generalmente un indicativo de fuertes problemas emocionales.

Alternativas a la autolesión

Para eliminar los comportamientos de autolesión así como otros índices que dan cuenta del dolor emocional que padece la persona, es necesario adquirir estrategias adecuadas de regulación emocional y poder trabajar los elementos traumáticos que están en la basedel malestar.

Algunas técnicas de meditación dirigidas a la conciencia plena pueden ayudar con la regulación emocional, y de hecho son uno de los componentes de la terapia dialéctico-conductual, que es la terapia de elección para el TLP y se ha mostrado efectiva también para el comportamiento autolesivo, los pensamientos y/o comportamientos suicidas, los trastornos de la conducta alimentaria y el abuso de drogas o fármacos.

En cuanto a los traumas que suelen acompañar a los comportamientos autolesivos puede ser útil emplear el EMDR, una técnica muy útil para el abordaje del trastorno de estrés postraumático.

Referencias bibliográficas:

  • Schmal, C. (2014, mayo). Bases neuronales de la autolesión. Mente y Cerebro, 66, 58- 63.