Comunicación asertiva: cómo expresarse de manera clara
En los tiempos que corren, se apela mucho a las técnicas de comunicación, una herramienta que es necesaria para el desarrollo de la sociedad, del ser humano como ser sociable y que necesita interrelacionarse para poder sobrevivir. La comunicación asertiva es una de las grandes protagonistas para que esto se pueda dar.
La ideología, el credo, la religión o cualquier tipo de opinión, pueden ser contrarias dependiendo de quién sea nuestro interlocutor, al grupo que pertenezcamos o a la clase social a la que pertenezcamos. Incluso dentro de nuestro grupo identitario podemos tener diferencias de pensamientos. He aquí donde entra en escena la asertividad.
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Características de la comunicación asertiva
Hay que empezar definiendo primero el concepto de comunicación asertiva para entender bien su naturaleza. Para empezar, la asertividad es aquella habilidad que tienen las personas que pueden decir las cosas de manera franca, directa y clara sobre lo que pensamos o queremos decir.
Todo esto, claro es, evitando herir los sentimientos del interlocutor o de la audiencia, siendo educados y no menospreciando la idea de los demás. Por eso es tan complicada la implementación de la comunicación asertiva. Todos nos ofendemos cuando el otro piensa o nos dice algo que va en contra de nuestra integridad o pensamiento. En muchas ocasiones, es la base de cualquier conflicto, sea familiar o de amistad, así como en el ámbito profesional.
En definitiva, la comunicación asertiva es la capacidad que tiene el ser humano de comunicar respetando a los demás, teniendo en cuenta la capacidad verbal (debatir/discutir), el lenguaje no verbal (gestos/expresiones) y la actitud (respeto). Por encima de todo, debemos respetar al resto si queremos ganarnos la misma actitud.
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Cómo mejorar la comunicación asertiva, en 8 pasos
Algunas personas tienen integrada una manera más o menos asertiva de comunicarse, sin embargo, no es ninguna cualidad innata. La personalidad de cada uno hará que seamos asertivos en mayor o menor grado. Por eso, a continuación te ofrecemos algunos pasos para mejorar esta habilidad.
1. Evaluación
Tenemos que identificar nuestra capacidad oral, nuestro estilo. ¿Cómo debatimos o discutimos? Como en cualquier tipo de solución, debemos identificar el problema. ¿Qué nos impide ser más asertivos? El lenguaje que usamos es muy importante. Un estilo agresivo, reduce la complicidad del otro. Una actitud pasiva, nos hace perder terreno en la afirmación de nuestras ideas.
2. Aprender a escuchar
Es uno de los principales requisitos para perfeccionar nuestros métodos de comunicación. Antes de nada, aprende a escuchar a los demás, deja que expongan sus ideas y no les interrumpas, mantén contacto visual y procura mostrar expresividad. Todos estos pasos son esenciales para ganarnos la confianza del receptor.
3. Hablar en primera persona
El error más común. No hay que interpelar al otro mostrándole que está en el error, haciéndole ver que se equivoca con esas ideas que no compartes. Utiliza el “yo” como elemento vehicular de tu exposición. Ejemplo: “yo creo que esto es así” y no “te equivocas”. Este pequeño truco evita la ofensa o el sentimiento de acusación.
4. Saber decir “no”
Tienes que saber oponerte a una idea o convencimiento con el simple hecho de decir no. Ello sin tener que sentirnos culpables, sin hacer ver al otro que le negamos sus ideas. Simplemente es una manera de reafirmar nuestro punto de vista. Aunque parezca mentira, una manera errónea de usar la negación, suele comportar a discusiones destructivas.
5. Buscar encuentros
Siempre hay puntos en común, siempre, por muy confrontada que esté una posición o idea con la otra, existen elementos que pueden llevarnos a converger. Buscar puntos en común es una manera de negociación, de poder sacar algo positivo evitando posturas extremas. En definitiva, generar una situación win-win. Ni perdedores ni vencidos.
6. Lenguaje corporal
La comunicación asertiva no tiene por qué ser exclusividad del uso de la palabra o la oratoria. El lenguaje corporal puede llegar a tener un protagonismo que muchos obvian. La postura, el contacto visual, los gestos con las manos, las sonrisas, pueden comportar un toque amable y empático con el otro.
7. Control emocional
Esto no quiere decir que escondamos las emociones o expresiones. Simplemente hay que evitar mostrarlas en exceso. Por ejemplo, la ira es muy difícil de contener cuando nos enfadan en una discusión o debate, cuando nos faltan al respeto. Hay que saber sortear esas situaciones, y así tendremos mucho ganado. Tampoco hay que reírse del otro, demuestra menosprecio.
8. Encajar las críticas
El elemento definitivo para ser un buen comunicador. Está relacionado con el punto anterior, y a menudo, como seres humanos, tendemos a no aceptar bien las críticas que nos llegan de los demás.
Es inevitable, pero no imposible. Cuando nos critiquen, debemos saber aceptarlo, la autocrítica nos hace ganar confianza y respeto con los demás.