Liviandad: conoce esta soft skill clave en el desarrollo personal
El modo en el que gestionamos las emociones que surgen a nuestro paso en el ámbito laboral es un aspecto clave sin el que no se puede entender el funcionamiento de las empresas y organizaciones en general. Sin embargo, muchas veces es algo relegado a un segundo plano, un error que da lugar a muchos problemas en los procesos de liderazgo y en el desempeño profesional.
Por eso, el coaching pone especial énfasis en la necesidad de potenciar las soft skills mediante formas de aprendizaje en lo que lo personal se solapa con lo profesional, y en este sentido, la liviandad es una de las más importantes. Veamos en qué consiste y por qué nos aporta beneficios en la vida privada y en el trabajo.
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¿Qué es la liviandad desde la perspectiva del coach?
En el contexto del coaching y de los procesos de desarrollo personal, la liviandad es una soft skill vinculada a la gestión de emociones. ¿Qué significa esto?
Empecemos por el concepto de “soft skill”: se trata de una habilidad de naturaleza eminentemente aplicada, no reducible a conocimientos textuales o que puedan ser plasmados en palabras, y que resulta de gran utilidad en la mayoría de roles profesionales, independientemente de a qué nos dediquemos. Es decir, es parte de lo que nos hace valiosos profesionalmente pero que, a la vez, no queda reflejado en el listado de títulos y diplomas que ponemos en nuestro currículum, porque no es algo que obtengamos a partir de la educación formal en la Universidad.
Existen varias soft skills, y todas ellas son de gran importancia para desempeñarnos bien en lo laboral, pero a la vez, nos resultan útiles en nuestra faceta personal, precisamente porque forman parte de nosotros y no quedan reducidas al conjunto de tareas que levamos a cabo en un puesto de trabajo concreto.
La liviandad es una de las más relevantes, y puede ser definida como la capacidad de darle a las experiencias de nuestra vida la relevancia que tienen, ni más ni menos. Es decir, que haber desarrollado esta soft skill nos permite no caer ni en la trivialización ni en la dramatización ante los problemas y retos que debemos afrontar y a los que debemos adaptarnos.
Por otro lado, aunque las soft skills no puedan ser integradas a nuestra manera de ser a través del clásico “estudio” de apuntes y libros de texto, sí pueden ser aprendidas y potenciadas mediante ciertos hábitos y rutinas, ya sea de manera autónoma o con ayuda profesional en psicoterapia o mediante el coaching.
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¿Para qué sirve la liviandad?
Desarrollar la liviandad como soft skill pasa por adoptar una mentalidad constructiva ante los problemas, centrándonos en lo que sí está bajo nuestro control y en el margen de maniobra del que disponemos, en vez de obsesionarnos por lo que podría haber sido y por lo que podría ser si tuviésemos muchos más recursos y habilidades de lo que llegaremos a tener a corto o medio plazo.
Es decir, que nos hace conectar con una perspectiva estoica de las cosas. Una perspectiva enfocada hacia el aquí y ahora, sin compararnos con versiones de la realidad alternativas e idealizadas, y sin alimentar el malestar que eso nos genera cayendo en dinámicas de autosabotaje (un error relativamente común y que consiste en narrar nuestras propias experiencias mediante una lente muy dramática o incluso trágica, por tal de darle significado y tener una visión clara y “simple” de lo que ocurre).
Dicho de otro modo, la liviandad nos permite mantenernos lejos de la trivialización de nuestros problemas y tareas pendientes (porque trivializar supone no darle prioridad o incluso evitar dedicar tiempo a ello) y de la dramatización (porque ello pasa por dejar que la ansiedad nos paralice o nos haga tomar decisiones a la desesperada con tal de aliviar el malestar).
Por todo ello, la liviandad cobra especial relevancia en estos ámbitos del desempeño profesional:
- Procesos de liderazgo
- Gestión del tiempo y estructuración de la jornada
- Manejo el estrés laboral, canalizando la tensión interna
- Mediación y resolución de conflictos
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